Solar, antidogm¨¢tico
Es probable que el cr¨¦dito actual de Albert Camus sea excesivo; es probable que lo sea tambi¨¦n el descr¨¦dito de Jean Paul Sartre. Pero la historia pasa factura y el derrumbamiento del comunismo se ha llevado por delante, o ha puesto al menos entre severos par¨¦ntesis, una obra por lo dem¨¢s tan imprescindible como la sartriana. La injusticia, aunque por distintos motivos, es tan hist¨®rica como lo fue en su momento la postergaci¨®n, o el relegamiento, de Camus, quien tuvo la valent¨ªa de no ceder a la dial¨¦ctica de los manique¨ªsmos, ni a los discursos dogm¨¢ticos, aun a riesgo de hacerse acreedor a los dicterios de la izquierda. m¨¢s o menos stalinista.El hecho es que su pensamiento mediterr¨¢neo, solar, pagano, antidogm¨¢tico, ce?ido a la realidad terrestre, leal a la naturaleza humana -aspecto ¨¦ste capital-, luce hoy con intensidad desbordante. Fuera de esquemas previos y teolog¨ªas inversas, ?c¨®mo no acudir a su obra ante el delirio nacionalista, la furia de los integrismos, el dogmatismo del llamado liberalismo econ¨®mico, la muerte por inanici¨®n o por horribles actos de crueldad de tantos inocentes, entre ellos muchos ni?os, tan v¨ªctimas y tan desdichados como lo era el hijo del juez Othon en La peste? Camus, importa decirlo, no da para hacerse conservador.
La obra camusiana nunca ha dejado de estar presente en Espa?a desde que en los a?os cuarenta circulaban por aqu¨ª las ediciones latinoamericanas. La publicaci¨®n de los fragmentos de su ¨²ltima, inacabada y magn¨ªfica novela El primer hombre (edici¨®n espa?ola en Tusquets, que alcanz¨® ventas considerables), que viajaba con ¨¦l aquel fat¨ªdico 4 de enero de 1960, no hizo sino aumentar el alto inter¨¦s que ya ven¨ªa suscitando la obra entera camusiana desde bastantes a?os atr¨¢s. Episodios como la meditaci¨®n del protagonista, Camus mismo, ante la tumba de su padre muerto en la batalla del Mame son absolutamente memorables. Ahora mismo alcanza en Francia un ¨¦xito notable la biograf¨ªa de Olivier Todd, Albert Camus. Une vie, que corrige y pone al d¨ªa la excelente de Herbert Lottman (edici¨®n espa?ola en Taurus), cuya versi¨®n espa?ola est¨¢ ya en marcha (en Tusquets).
Esta edici¨®n de Obras de Alianza rescata las mejores versiones antiguas, como la que hizo Rosa Chacel de La peste, revisa otras e incorpora nuevas traducciones. Los herederos de Camus han tenido el acierto de no autorizar nunca obras completas, de modo que el lector puede abordar en cada momento lo m¨¢s permanente y duradero del gran escritor. Por supuesto, ninguna versi¨®n, por buena que sea, vale el original franc¨¦s: este estilo ¨¢tico e hiriente, esa precisi¨®n transparente y lac¨®nica, esa penetraci¨®n sutil en la carne misma del lenguaje. Pero el franc¨¦s empieza en Espa?a a parecerse al lat¨ªn, y ¨¦sta es otra raz¨®n para acoger con los mejores pronunciamientos la edici¨®n de Alianza.
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