Rivalidades nacionalistas

La rivalidad entre nacionalistas catalanes y vascos ha vuelto a ponerse de relieve en las negociaciones que el Partido Popular ha mantenido con ellos estos meses. En un momento, cuando el PP entr¨® en la recta final de la negociaci¨®n con CiU, desaceler¨® las conversaciones con el PNV. Adem¨¢s de los propios obst¨¢culos de la negociaci¨®n con el partido de Arzalluz, exist¨ªa en el PP el temor a que CiU reclamara de manera firme las mismas cotas que el PNV avanzaba en materia financiera, con la profundizaci¨®n del Concierto Econ¨®mico.La reclamaci¨®n por el PNV al PP de la concertaci¨®n de los impuestos especiales (alcohol, tabaco e hidrocarburos) salt¨® a la mesa de negociaci¨®n entre los nacionalistas catalanes y los populares. La delegaci¨®n de CiU lleg¨® a reclamarlo, avanzadas las conversaciones, al tener conocimiento de que el PNV centraba su negociaci¨®n con el PP en ese punto, que marcaba un avance claro en la autonom¨ªa financiera vasca, ya de por s¨ª mucho m¨¢s amplia, por el procedimiento del Concierto Econ¨®mico, que la catalana, sometida al r¨¦gimen financiero com¨²n. Ello oblig¨® a las delegaciones del PP y del PNV a extremar sus cautelas en la fase m¨¢s avanzada de la negociaci¨®n.

Coincidi¨® con la retirada de Rodrigo Rato de la mesa negociadora con el PNV y su dedicaci¨®n en exclusiva a la negociaci¨®n con CiU. En ese momento Jaime Mayor Oreja tom¨® en solitario, desde el PP, las riendas de la negociaci¨®n con el PNV mientras los nacionalistas vascos limitaron su delegaci¨®n al portavoz del Congreso, I?aki Anasagasti, y al vicelehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe, especialista en el Concierto Econ¨®mico.

Fue ese tambi¨¦n el momento en que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y los negociadores nacionalistas vascos arreciaron p¨²blicamente el discurso de que la clave de su apoyo a la investidura de Aznar resid¨ªa en el reconocimiento de la singularidad del Estatuto vasco.Esa ha sido la clave del ¨¦xito de la negociaci¨®n: que el PNV ha sentido el reconocimiento de su singularidad, con una reclamaci¨®n por encima de CiU, pese a ser los nacionalistas catalanes imprescindibles para la gobernabilidad de Aznar y los vascos, no. En esa clave se entienden las frases de halago que Arzalluz ha dirigido a Aznar. En sus conversaciones privadas no han faltado referencias al vasco-navarro Manuel Aznar, abuelo del virtual presidente del Gobierno, que fue nacionalista vasco en su primera juventud.

En todo caso, Arzalluz ten¨ªa claro que ¨¦sta, con la entrada de un nuevo partido en el Gobierno, sin ataduras administrativas ni inercias, era su gran oportunidad para dar un salto en el desarrollo del Estatuto de Gernika. Tambi¨¦n ha sido h¨¢bil al poner sobre la mesa negociadora como punto crucial, la profundizaci¨®n del Concierto Econ¨®mico, una reclamaci¨®n que re¨²ne las caracter¨ªsticas de la singularidad, de su gran importancia financiera para el Pa¨ªs Vasco -si se cumple el compromiso aumentar¨¢ sustancialmente la capacidad financiera de la Hacienda vasca, cercana al cupo negativo- y de ser muy aceptada, tradicionalmente, por la derecha econ¨®mica y pol¨ªtica vasca.

Por parte del PP, la clave del ¨¦xito de la negociaci¨®n se llama pol¨ªtica de pacificaci¨®n y tiene un nombre y apellido: Jaime Mayor Oreja. Al presidente del PP vasco no le ha costado mucho convencer a Aznar que la pol¨ªtica de pacifica ci¨®n vasca pasa por contar con el concurso del PNV y para ello era necesaria su colaboraci¨®n desde el primer momento, esto es, la investidura. M¨¢s a¨²n, cuando el PP est¨¢ lejos de la mayor¨ªa absoluta y tiene que renunciar a su pol¨ªtica de cumplimiento, ¨ªntegro de las penas para los terroristas. En esta negociaci¨®n se presenta la aparente paradoja de que el problema n¨²mero uno del Pa¨ªs Vasco, su normalizaci¨®n, ha sido aparcado. As¨ª lo quisieron al alim¨®n el PP y el PNV que se remitieron al Pacto de Ajuria Enea como punto de encuentro, con una interpretaci¨®n que apunta a una aproximaci¨®n de los populares a las tesis nacionalistas .en esta materia.