Las secuelas de una tragedia
Douglas McMurdo, subjefe de la polic¨ªa central de Escocia, ha sido la ¨²nica v¨ªctima pol¨ªtica de la tragedia de Dunblane hasta la fecha. McMurdo, de 56 a?os, responsable t¨¦cnico de la renovaci¨®n de la licencia de armas del asesino Thomas Hamilton, present¨® ayer su dimisi¨®n del cargo, dimisi¨®n que le fue aceptada inmediatamente. El informe sobre la tragedia pone de relieve la necesidad de aplicar con cuidado y de forma mucho m¨¢s estricta la norma para obtener una licencia. Hamilton era miembro de un club de tiro en Stirling, la localidad pr¨®xima a Dunblane donde resid¨ªa hasta el fat¨ªdico 13 de marzo, cuando puso fin a su vida despu¨¦s de -haber consumado una de las venganzas m¨¢s atroces que los tiempos vieron. Hasta entonces compr¨® armas y municiones con total facilidad.Durante casi 20 a?os, el hombre destinado a destruir la paz y la felicidad de la comunidad de Dunblane vivi¨® como un paria entre sus vecinos. Tolerado, pero con el estigma permanente del sospechoso, del apestado social. Lo curioso del caso es que ni las habladur¨ªas ni las continuas alegaciones de sus inclinaciones pederastas le impidieron dirigir uno tras otro sucesivos clubes deportivos de j¨®venes y de ni?os. Lord Cullen se?ala tambi¨¦n en su investigaci¨®n la necesidad de un mayor control en el funcionamiento de este tipo de negocios. El Gobierno prev¨¦ la creaci¨®n de una especie de base de datos que suministrar¨¢ informaci¨®n sobre los antecedentes de los individuos que desarrollan este tipo de tareas.
Aun as¨ª, a nadie se le escapa la imposibilidad de la tarea de prevenir un nuevo Dunblane. Los representantes de lobbies ligados a la venta de armas se lamentaban ayer de haber sido "castigados por la conducta de un individuo". Adem¨¢s, los lobbies consideran que la prohici¨®n va a aumentar el n¨²mero de armas ilegales. Se estima que hay entre 200.000 y tres millones de armas ilegales. A?aden que la medida pone asimismo en peligro un millar de puestos de trabajo.
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