Una ley de patentes desencadena las hostilidades comerciales entre Argentina y EE UU

La alianza pol¨ªtica entre Argentina y Estados Unidos funciona a satisfacci¨®n de las partes, pero cuando de mercados y dinero se trata sufre el noviazgo. La decisi¨®n del presidente Bill Clinton, presionado por el lobby farmac¨¦utico, de suspender las preferencias arancelarias a 113 productos argentinos, cuyas exportaciones a EE UU suman 260 millones de d¨®lares (37.700 millones de pesetas), ha sido protestada por el Gobierno de Carlos Menem e indign¨® en el Congreso, donde varios diputados proponen al Ejecutivo represalias contra los inversores norteamericanos.

Con cuidado para no afectar el flanco pol¨ªtico, Estados Unidos ha castigado las leyes argentinas de patentes y propiedad intelectual por considerar que perjudican las posibilidades de penetraci¨®n de sus empresas y laboratorios en este emergente mercado suramericano."Argentina soportar¨¢ estas medidas, pero el Gobierno no modificar¨¢ una legislaci¨®n de la, que est¨¢ muy satisfecho", afirm¨® el ministro de Relaciones Exteriores, Guido Di Tella. "Es un golpe innecesario y arbitrario a un aliado pol¨ªtico y comercial", agreg¨®.

La disposici¨®n del Departamento de Comercio de EE UU, al que fuentes oficiales tratan en Buenos Aires de restar importancia, no sorprendi¨® mucho porque ya en enero Washington hab¨ªa amagado con sanciones, al manifestar su disgusto por el contenido de la ley, de patentes en lo argentina, principalmente que ata?e al sector farmace¨²tico. La ley establece un per¨ªodo de cinco a?os antes de que los laboratorios nacionales abonen derechos de patente.

Acuerdos internacionales

Estados Unidos, contra la argumentaci¨®n de Buenos Aires, sostiene que el plazo contraviene los acuerdos internacionales sobre propiedad intelectual. Aunque se pretende no envenenar las relaciones con uno de los mejores aliados en Am¨¦rica Latina, ese prop¨®sito no es f¨¢cil porque las medidas tomadas afectan al 50% de los productos argentinos incluidos en el Sistema Generalizado de Preferencias.

El pasado a?o Argentina vendi¨® en los mercados norteamericanos un total de 1.800 millones de d¨®lares (261.000 millones de pesetas), y en 1996 la diferencia entre las exportaciones e importaciones fue desfavorable en 2.236 millones.

El Gobierno estadounidense parece querer escarmentar, demostrar al mundo que "con la propiedad intelectual no se juega". Las sanciones refrendadas por Clinton restan competitividad a las mercanc¨ªas gauchas, fundamentalmente las de los sectores qu¨ªmico, metal¨²rgico, l¨¢cteo, agr¨ªcola, c¨¢rnico, y art¨ªculos de piel y cuero.

El Gobierno de Menem recuerda, por su parte, las "sucesivas postergaciones" (por parte de Estados Unidos) en la aplicaci¨®n de los acuerdos adoptados en la Ronda de Uruguay del GATT sobre liberalizaci¨®n del comercio internacional, como la adquisici¨®n de 20.000 toneladas de carne, la cuota de cacahuete o la de otros productos argentinos".

En una comunicaci¨®n al Congreso, Clinton no se anduvo por las ramas: "Las leyes argentinas no les dan seguridad a las inversiones extranjeras". Hace unos meses envi¨® una carta a Menem anticip¨¢ndole las sanciones. "Nos nos queda otro remedio", escribi¨®.

El ex ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo, con excelentes contactos en la Administraci¨®n y el ambiente econ¨®mico norteamericanos, abund¨® sobre este punto con mayor contundencia ante un auditorio de ejecutivos y hombres de empresa.

En Argentina, dijo, hay leyes que protegen la corrupci¨®n, jueces corruptos asociados y grupos que consiguen leyes para sus negocios. Los detractores de Cavallo buscan su desprestigio proclamando que respira por la herida desde que fue destituido por Menem y le pintan como un quintacolumnista de Washington.

El Congreso argentino se ha movilizado y protestar¨¢ ante la Organizaci¨®n Mundial de Comercio. Varios diputados del Gobierno y de la oposici¨®n proponen que se excluya a las empresas norteamericanas de las licitaciones p¨²blicas argentinas.

Otra alternativa es fijar un impuesto aduanero del 30% a todas las exportaciones estadounidenses y aumentar la fiscalidad interna a las coca colas y otras bebidas gaseosas con origen en EE UU. La reacci¨®n de las empresas afectadas ha sido m¨¢s cauta que crispada.

El titular de la Union Industrial Argentina (UIA) lamenta que el castigo "no se compadece con el esfuerzo que hicimos en el proceso de apertura econ¨®mica". M¨¢s belicosos fueron los laboratorios y la Asociaci¨®n de Farmacias Mutuales y Sindicales, que llam¨® a "boicotear la compra de los productos norteamericanos".