'La burgues¨ªa de Granada no ha estado a la altura de la Alhambra"
![Miguel ?ngel Villena](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9458f660-e7f5-46ca-b675-7dc655f1b22d.png?auth=72374651f50d5e94f65c14aac0db0704c2482e399bf4b3056ae9b0b0b8708b6c&width=100&height=100&smart=true)
Mateo Revilla salt¨® en 1985 desde un apacible puesto de profesor de Historia del Arte en -la Universidad de Granada al ojo del hurac¨¢n de dirigir el Patronato de la Alhambra y el Generalife tras haber sido viceconsejero de Cultura de Andaluc¨ªa. Tras un largo pulso con el Gobierno central, la Junta de Andaluc¨ªa logr¨® en aquella fecha las competencias plenas en Cultura, incluida la gesti¨®n del monumento m¨¢s visitado de Espa?a y un emblema del arte musulm¨¢n. Desde entonces, Mateo Revilla, de 49 a?os, natural de Ja¨¦n, pero residente en Granada desde joven, ha impreso su particular sello a la Alhambra, "con aciertos y errores, pero con una voluntad de administraci¨®n transparente y de servicio a los intereses de la cultura" seg¨²n confiesa. En los ¨²ltimos meses, la cabeza del director de la Alhambra, un cargo de escaso poder pol¨ªtico, pero de indudable simbolismo, es una de las m¨¢s codiciadas para el PP andaluz. Una y otra vez, los gobernantes socialistas de la Junta han reiterado su confianza en Revilla.Pregunta. Usted lleva ya 12 a?os al frente del Patronato de la Alhambra y parece incombustible. ?Qu¨¦ apoyos tiene?
Respuesta. Hasta que llegaron las transferencias a la Junta, un grupo de notables de Granada controlaba la Alhambra desde hac¨ªa d¨¦cadas. Con mi nombramiento se trat¨® de dar un perfil distinto al cargo. Conviene se?alar que este puesto requiere, sobre todo, una formaci¨®n como historiador del arte y experiencia en gesti¨®n patrimonial, porque su contenido pol¨ªtico es realmente escaso, y prueba de ello es que no soy militante del PSOE. Dependo de la Consejer¨ªa de Cultura, que toma las grandes decisiones. Mi incombustibilidad, parad¨®jicamente y con franqueza, reside en mi desapego al cargo.
P. Durante estos ¨²ltimos a?os se aprob¨® el Plan Especial de la Alhambra y, se abordaron algunos proyectos urban¨ªsticos pol¨¦micos, pero los ¨²ltimos meses han colocado su gesti¨®n en el centro de un pulso pol¨ªtico. ?Por qu¨¦?
R. En 1996, todo el mundo pensaba que los socialistas perder¨ªan las elecciones andaluzas, pero, contra todo pron¨®stico, el PSOE volvi¨® a gobernar la Junta. A partir de ah¨ª comienzan una serie de ataques, a mi juicio, infundados. Me han achacado que el patronato se haya reunido poco, y estoy totalmente de acuerdo con esa apreciaci¨®n. Es m¨¢s, he hecho notar esta carencia en m¨¢s de una ocasi¨®n a las autoridades. Pero la responsabilidad no es m¨ªa. En cualquier caso, al fondo de la pol¨¦mica sobre la Alhambra se encuentra el inter¨¦s de ese grupo de notables por volver a controlar la Alhambra poniendo una persona de su confianza en la direcci¨®n y desde hace un par de a?os se afanan en esa tarea. Ahora han hallado su v¨ªa de expresi¨®n pol¨ªtica en el sector m¨¢s conservador del PP local.
P. Pero la construcci¨®n de una sala de fiestas al pie de la Alhambra, el Rey Chico, ha levantado un movimiento ciudadano de protesta que no se recordaba en Granada.
R. Es cierto que el Rey Chico ha provocado una contestaci¨®n muy fuerte, pero las obras cuentan con la licencia municipal, otorgada en su d¨ªa por todos los grupos pol¨ªticos. Ahora bien, el Ayuntamiento (gobernado ahora por el PP) ha aprovechado estas cr¨ªticas de modo oportunista para responsabilizar al patronato. Es una pena que, en vez de buscar soluciones posibles que parten de la responsabilidad determinante del Ayuntamiento en materia urban¨ªstica, se dediquen contradictoriamente a atizar y apagar el fuego de la pol¨¦mica, en lugar de rectificar o mejorar el proyect¨® del Rey Chico.
P. ?Detr¨¢s de la pol¨¦mica se halla el pulso de poderes entre un PSOE que domina la Junta, titular de la Alhambra, y el PP, que insiste desde el Gobierno y desde el Ayuntamiento en crear un consejo asesor que supervise la gesti¨®n?
R. La verdad es que se entrecruza un conflicto entre administraciones con una pol¨¦mica urban¨ªstica. De todos modos, es un tema absurdo. La idea del consejo asesor surge en c¨ªrculos de notables de Granada y el alcalde lo ha expuesto como forma de control pol¨ªtico de la Alhambra. Sinceramente pienso que los problemas de la Alhambra no se solucionan con este consejo y que el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura tiene f¨®rmulas m¨¢s inteligentes y eficaces de influir en la pol¨ªtica de gesti¨®n sin necesidad de invadir competencias de la comunidad aut¨®noma que crean una conciencia de agravio como si Andaluc¨ªa fuera una autonom¨ªa de segunda clase. Cabe recordar, adem¨¢s, que en el actual patronato ya est¨¢n representados el Gobierno y el Ayuntamiento.
P. Pero el Gobierno y el alcalde de Granada, Gabriel D¨ªaz Berbel, ambos del PP, insisten en las deficiencias de su gesti¨®n.
R. Mire, el n¨²mero de visitantes ha aumentado sin cesar en los ¨²ltimos anos, hasta llegar a cerca de 1,9 millones el pasado a?o, lo que supone que la Alhambra es el monumento m¨¢s visitado de Espa?a, por delante del Museo del Prado. Este hecho genera complejos problemas, adem¨¢s de una inevitable tensi¨®n entre intereses econ¨®micos y culturales. Tambi¨¦n se ha ejecutado la casi totalidad de un presupuesto de 1.232 millones de pesetas y se ha modernizado y profesionalizado la gesti¨®n. Soy consciente de que resta mucho por hacer para mejorar la conservaci¨®n de este complejo ¨²nico en Europa, pero nadie puede negar avances en un organismo que antes de 1985 se gobernaba Con un aparato, t¨¦cnico y administrativo muy precario.
P. Da la impresi¨®n de que existe una cierta relaci¨®n amor-odio entre Granada y la Alhambra. ?Es cierto?
R. Algo d¨¦ eso, hay. La significaci¨®n de la Alhambra, adem¨¢s, trasciende no s¨®lo las fronteras de Granada, sino las de Espa?a. En el pasado, la burgues¨ªa y las clases dirigentes de la ciudad no siempre han estado a la altura de un patrimonio monumental tan impresionante, que incluye el complejo, de Alhambra-Generalife y el barrio del Albaic¨ªn como patrimonios de la humanidad declarados por la Unesco. Algunos granadinos contemplan a veces la Alhambra como una f¨¢brica de hacer dinero y como objeto de consumo de un turismo de masas, y esa actitud resulta equivocada. Por otra parte, la ciudad no es capaz de generar una oferta interesante de ocio y de cultura que alargue las visitas, de apenas unas horas, que muchos turistas dedican a Granada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.