Jeremy Irons se?ala que su vida privada es "m¨¢s peligrosa e interesante" que sus papeles
El actor brit¨¢nico presenta en Espa?a la nueva y pol¨¦mica versi¨®n de 'Lolita'
Riesgo, inteligencia, pasi¨®n y libertad fueron las palabras m¨¢s utilizadas ayer por Jeremy Irons. El actor brit¨¢nico present¨® en San Sebasti¨¢n la nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica de Lolita, la magistral novela de VIad¨ªmir Nabokov, que ha provocado un esc¨¢ndalo en Estados Unidos y que ha tra¨ªdo consigo obst¨¢culos de distribuci¨®n para el filme. Al defender su papel, Irons destac¨® que disfruta "explorando como actor los l¨ªmites de la existencia", al tiempo que con una cautivadora sonrisa coment¨®: "Mi matrimonio y mi vida privada son m¨¢s peligrosos e interesantes que cualquier pel¨ªcula que haya hecho".
Es encantador y ¨¦l lo sabe. No s¨®lo es consciente de ello, sino que cultiva un atractivo que muchos hombres y casi todas las mujeres juzgan irresistible. A sus 49 a?os reci¨¦n cumplidos, -casado desde 1994 con la actriz irlandesa Shinead Cussak-, Jeremy Irons irrumpi¨® relajado y jovial en la sede del festival, arropado por Adrian Lyne, director de Lolita, y la jovenc¨ªsima actriz Dominique Swain, seleccionada entre 2.500 aspirantes para interpretar a la m¨ªtica adolescente, ingenua y perversa, de la literatura del siglo XX. Con una camisa azul y unos pantalones de pana, luciendo bigote y perilla por su nuevo rodaje, el actor de La misi¨®n, Herida o La casa de los esp¨ªritus arranc¨® aplausos no s¨®lo de sus seguidores, sino de buena parte de los 300 periodistas que hab¨ªan acudido a la conferencia informativa. Irons recibi¨® anoche el Premio Donostia Europa de manos de la actriz espa?ola Marisa Paredes.Una vida extra
En su despacho figura una inscripci¨®n con una definici¨®n de riesgo como "una vida extra". "Hacer pel¨ªculas puede ser algo aburrido y por eso he procurado trabajar en filmes interesantes y aceptar papeles que me apasionaran. Quiz¨¢ deber¨ªa haber elegido mejor y ahora ser¨ªa una gran estrella". Irons, uno de los actores m¨¢s famosos de la ¨²ltima d¨¦cada, realiz¨® estas declaraciones sin el menor atisbo de cinismo o de falsa modestia. Con ese argumento el int¨¦rprete justific¨® haber encarnado al personaje de Nabokov, que ya representara James Mason en una pel¨ªcula de Stanley Kubrick que Irons confes¨® no haber visto. "Me atrajo mucho", afirm¨®, "que Lolita figure como una obra de arte, una pieza cl¨¢sica en la narrativa contempor¨¢nea. Asimismo mi papel responde a un hombre que se halla fuera de mi experiencia y de la mayor¨ªa de nosotros afortunadamente".
S¨ªmbolo ya de la fascinaci¨®n de un hombre maduro por una adolescente, turbadora mezcla de ni?a y mujer, el rodaje de Lolita despert¨® una ola de puritanismo en Estados Unidos, donde se sit¨²a la acci¨®n en los a?os cincuenta, que Irons no dud¨® en calificar de "histeria moral". Seg¨²n el actor, "a la gente que decide lo que es moral le gusta ver las cosas en blanco y negro, cuando la vida se presenta m¨¢s bien en tonos grises. Los espectadores inteligentes debemos negarnos a simplificar las cosas de esa manera".
El realizador Adrian Lyne, autor de filmes tan populares como Atracci¨®n fatal o Nueve semanas y media, subray¨® que se hab¨ªa encontrado con dos problemas al abordar la historia. "En primer lugar", dijo, "se trataba de adaptar una novela que es una obra de arte y, en segundo t¨¦rmino, deb¨ªa afrontar una nueva versi¨®n despu¨¦s de que un genio como Kubrick ya hubiera rodado un filme". Aunque vino a reconocer que las trabas de distribuci¨®n han contribuido indirectamente a la publicidad de Lolita, el realizador brit¨¢nico lanz¨® duros dardos contra el conservadurismo moral en Estados Unidos, a la vez que mostraba su confianza en que la pel¨ªcula tenga ¨¦xito en su exhibici¨®n en Europa.
Con una s¨®lida formaci¨®n intelectual y una trayectoria como actor de teatro que lo distinguen de tantos divos zafios e intrascendentes, Irons filosof¨® sobre los amores que rozan con el incesto o con la pedofilia. "Parte del crecimiento afectivo de un adolescente pasa por coquetear o por seducir a los adultos m¨¢s cercanos, comenzando por los de su propia familia. Deber¨ªamos ense?ar a padres e hijos que algunas pr¨¢cticas de la sexualidad responden a se?ales, a signos de aprendizaje, m¨¢s que a sentimientos directos hacia las personas pr¨®ximas". En una prolongaci¨®n de su rol, la actriz californiana Dominique Swain contest¨® a una pregunta sobre el atractivo que ejerce Irons, entre murmullos de los periodistas. "Me atrae, desde luego. No quisiera acostarme con ¨¦l, pero mi personaje s¨ª".
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