Seis asociaciones denuncian ante el Poder Judicial 40 casos de malos tratos a presos
Seis asociaciones -Coordinadora de Barrios, Asociaci¨®n contra la Tortura, Madres contra la Droga, Derechos Humanos de Andaluc¨ªa, Asociaci¨®n Libre de Abogados y Coordinadora de Solidaridad con los Presos- han realizado un informe de alrededor de 40 casos de presuntos malos tratos a presos comunes ocurridos en la c¨¢rceles espa?olas durante 1996 y 1997. Ma?ana lo entregar¨¢n en el Consejo General del Poder Judicial, con la intenci¨®n de que no se vuelvan a producir este tipo de situaciones.
Las asociaciones aprovechar¨¢n as¨ª la invitaci¨®n que les hizo el presidente del CGPJ, Javier Delgado, despu¨¦s del encierro para reivindicar los derechos de los presos que mantuvieron en la catedral de La Almudena de Madrid.El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, relata con m¨²ltiples detalles -los motivos, el nombre del recluso o el de los funcionarios participantes que pudieron ser identificados- 16 agresiones denunciadas en 1996, ocurridas en las c¨¢rceles de Brieva (?vila), Ja¨¦n II, Puerto de Santa Mar¨ªa I (C¨¢diz), Villabona (Asturias), Alcal¨¢-Meco (Madrid), Soto del Real (Madrid), Picassent y Picassent II (Valencia).
Tambi¨¦n recuerda otras 24 agresiones denunciadas en 1997 y ocurridas, adem¨¢s de en las c¨¢rceles ya citadas, en las de Segovia, Pamplona, Alahur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), Herrera de la Mancha (Ciudad Real), Oca?a (Toledo), Topas (Salamanca) y Huelva. Las agresiones se produjeron por distintos motivos pero, casi siempre, seg¨²n el informe, cuando los presos trataban de reivindicar alg¨²n derecho, como disponer de una bata durante los cacheos, o llegar tarde a la celda despu¨¦s de la cena un d¨ªa en el que televisaban un partido de f¨²tbol o de un vis a vis.
Las otras dos partes del informe se refieren a c¨®mo se archivaron las distintas denuncias interpuestas por estos hechos y a c¨®mo ocho presos murieron en prisi¨®n porque no se les concedi¨® a tiempo el permiso para morir con su familia, a pesar de ser enfermos terminales, o por negligencia de los m¨¦dicos o los funcionarios de los centros penitenciarios, que desatendieron a los enfermos o no les trataron adecuadamente su dolencia.
Uno de estos presos era Miguel Angel B. A., quien muri¨® en abril de 1996 en la prisi¨®n zaragozana de Torrero. Bazos estaba siguiendo tratamiento en el Grupo de Atenci¨®n a Drogodependientes de la c¨¢rcel de Daroca y fue trasladado a la de Huesca que no dispon¨ªa de este servicio. En febrero de 1996 fue trasladado a la prisi¨®n de Torrero para que declarara como testigo en un juicio que se iba a celebrar contra miembros de una asociaci¨®n que hab¨ªa denunciado las torturas y vejaciones.
Tras declarar, por miedo a las represalias, se autolesion¨®. Cuando se recuper¨® volvi¨® a la c¨¢rcel, donde se le aplicaron medidas antisuicidio. Al poco tiempo de retirarle estas medidas, fue sancionado y aislado en una celda, donde se suicid¨®, siempre seg¨²n el informe que se presentar¨¢ ma?ana ante el Poder Judicial.
El documento concluye explicando que en la mayor¨ªa de los casos las denuncias presentadas por este tipo de hechos se han terminado archivando. La intenci¨®n de las asociaciones al presentar este informe es pedir al Consejo General del Poder Judicial que tome cartas en el asunto, pues aunque no entra entre sus funciones evitar que ciertos funcionarios sigan maltratando a los presos, s¨ª lo es el que la Justicia cumpla su funci¨®n y no se archiven sin m¨¢s estos casos.
El informe que ma?ana conocer¨¢ Javier Delgado est¨¢ lleno de duros ejemplos. Uno de ellos relata c¨®mo en noviembre de 1996, 15 funcionarios de la c¨¢rcel madrile?a de Soto golpearon repetidamente a un preso y lo dejaron despu¨¦s esposado a su cama. Su delito, haber pedido explicaciones por el corto tiempo de paseo que ese d¨ªa hab¨ªan disfrutado los presos. Tras la paliza, fue trasladado al hospital de La Paz, donde se le apreci¨® fractura en una costilla, contusiones y hematomas. Permaneci¨® hospitalizado 10 d¨ªas y su caso fue archivado por un juzgado de Colmenar Viejo.
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