Falsas premisas
Noam Chomsky, el genial ling¨¹ista del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que cre¨® en los a?os cincuenta la gram¨¢tica generativa y revolucion¨® con ello no s¨®lo la ling¨¹¨ªstica, sino tambi¨¦n la psicolog¨ªa del aprendizaje, sigue siendo, a sus 70 a?os, el m¨¢s activo e influyente intelecto en ese campo de estudio.Su propuesta de que el lenguaje humano se basa en un mecanismo innato y universal en nuestra especie choc¨® frontalmente con la escuela gram¨¢tica hegem¨®nica hasta mitad de siglo -el estructuralismo- y tambi¨¦n con las teor¨ªas psicol¨®gicas dominantes en la ¨¦poca, que ve¨ªan el lenguaje como un acto m¨¢s de aprendizaje social, adquirido por el ni?o a base de imitaci¨®n, como cualquier habilidad manual o comportamiento.
Chomsky no pod¨ªa tolerar ese punto de vista, y se fij¨® enseguida en que los ni?os adquieren muy r¨¢pidamente la capacidad de construir correctamente un n¨²mero pr¨¢cticamente infinito de frases que no han o¨ªdo nunca previamente, y ello con un material de partida muy modesto: las pocas frases inconexas que el ni?o escucha en su entorno familiar en sus primeros a?os de vida. Curiosamente, Chomsky bas¨® su teor¨ªa del innatismo en una serie de observaciones y an¨¢lisis que ¨¦l mismo considera esencialmente err¨®neos en la actualidad. A la vista de los ¨²ltimos experimentos con beb¨¦s de siete meses, parece ser que el ling¨¹ista extrajo la conclusi¨®n correcta de una serie de premisas falsas. Los genios tienen estas cosas.
Chomsky fue un pionero: la gen¨¦tica est¨¢ revelando un n¨²mero creciente de facultades mentales basadas en propiedades innatas del cerebro.
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