La hip¨®tesis de la p¨®cima mixta

Al concederle la inmunidad al general Pinochet, el Alto Tribunal de Justicia brit¨¢nico decidi¨®, el pasado 28 de octubre, permitir una apelaci¨®n a la C¨¢mara de los Lores por parte de la Fiscal¨ªa de la Corona. La sentencia justifica el recurso porque "la decisi¨®n del tribunal contiene un asunto de ley de importancia p¨²blica general, esto es, la correcta interpretaci¨®n y la amplitud de la inmunidad de la que goza un ex jefe de Estado frente al arresto y a la extradici¨®n en el Reino Unido respecto a hechos cometidos cuando era jefe de Estado".Al examinar la cuesti¨®n de la inmunidad, los jueces lores han visto un hecho: no hay una convenci¨®n internacional que, como tal, defina o limite la inmunidad de un jefe de Estado. Por tanto, se trata de definir o limitar la inmunidad de un ex jefe de Estado en casos particulares.

La primera piedra, pues, es la inmunidad. Hay cierto consenso en que un jefe de Estado en ejercicio goza de una inmunidad que se deriva de la inmunidad soberana de su Estado. Tal consenso se rompe al hablar de un ex jefe de Estado. Esto es lo que recogi¨®, por mayor¨ªa, la sentencia anulada del 25 de noviembre de 1998.

Para ver la resistencia de esta piedra se puede utilizar otro material. A saber: si en los convenios internacionales, firmados por el Reino Unido, Chile y Espa?a, existen obligaciones que permitan restringir la inmunidad de un ex jefe de Estado acusado de delitos en nombre de la ley y de su Estado. Esos tratados, en este caso, son el de la lucha contra la tortura y la desaparici¨®n de personas.

Pero esto tambi¨¦n se complica. Primero, porque los tratados, al buscar el consenso, no siempre definen con la m¨¢s absoluta claridad los delitos internacionales ni las facultades jurisdiccionales. Segundo, porque, tras ser firmados, tienen que tener fuerza legal en los pa¨ªses que los han ratificado, lo que establece la fecha de aplicaci¨®n a partir de ese momento. En Chile, el tratado contra la desaparici¨®n de personas ser¨ªa aplicable desde el 12 de noviembre de 1981, mientras que la convenci¨®n contra la tortura, desde el 30 de septiembre de 1988.

En Londres se ha barajado la posibilidad de que los jueces lores hayan preparado una p¨®cima mixta. Es decir, que como ex jefe de Estado, Pinochet gozar¨ªa de inmunidad, pero ¨¦sta se hallar¨ªa debilitada por los tratados internacionales. Eso s¨ª: aplicados desde su vigencia. Los casos se ver¨ªan notablemente reducidos, aunque no por ello ser¨ªan menos importantes. Pero esta f¨®rmula tambi¨¦n admite otro fallo: Pinochet no es inmune, pero s¨®lo podr¨ªa ser enjuiciado por delitos cometidos despu¨¦s de la vigencia de los tratados en Chile. Tanto la primera como la segunda obligar¨ªan a Pinochet a permanecer en Londres y someterse al proceso de extradici¨®n. Pero ambas hip¨®tesis, a tres d¨ªas del veredicto, son una especulaci¨®n. Y a ellas se a?ade la de la inmunidad absoluta.