Furgonetas en batallas medievales
Un estudiante ingl¨¦s ha recopilado en Internet miles de errores sacados de 860 pel¨ªculas.
Cada vez que se estrena una pel¨ªcula, millones de detectives repartidos por todo el mundo se aprestan a cazar sus gazapos. Son gente con tiempo y destreza suficientes como para descubrir que los delfines que cortejan al Titanic pertenecen a especies del oc¨¦ano Pac¨ªfico mientras el barco, en teor¨ªa, surca el Atl¨¢ntico. Gente que se pregunta: "Al principio de Titanic hab¨ªa unos veinte perros embarcando, ?qu¨¦ pasa con ellos cuando el barco se hunde?". Y otros que, con una l¨®gica elemental, aseguran: "Al final de la pel¨ªcula, cuando un bote vuelve a salvar a los supervivientes, un hombre desde el bote grita: "?Puede alguien o¨ªrme?". Y el eco le responde: "?Puede alguien o¨ªrme?". Pero ?qu¨¦ eco? No hay nada alrededor que pueda crear ese eco?" John Sandys, un estudiante de 20 a?os de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, abri¨® hace tres a?os una p¨¢gina en Internet con los gazapos que ¨¦l hab¨ªa descubierto en algunas pel¨ªculas. Desde entonces hasta ahora, y despu¨¦s de 2.500 mensajes recibidos, Sandys lleva alistados en su p¨¢gina (www.movie.mistakes.co.uk) los errores correspondientes a 860 pel¨ªculas.Una de las que m¨¢s deslices cuenta en su haber es Braveheart, la pel¨ªcula dirigida y protagonizada por Mel Gibson donde se cuenta la historia del independentista escoc¨¦s William Wallace. En plena batalla medieval aparece en lontananza una... furgoneta del rodaje. Pero hay m¨¢s: un viejo soldado al que le cortan el brazo con un hacha aparece despu¨¦s repartiendo mandobles con sus dos brazos en perfectas condiciones. La supuesta sangre al principio de la batalla salta a una esquina de la c¨¢mara y se queda all¨ª varios segundos. Y m¨¢s, y m¨¢s y m¨¢s... En El mago de Oz, el alambre que hace moverse la cola del le¨®n se hace visible en varias tomas. En Zul¨², los guerreros ind¨ªgenas se dejan ver con relojes de mu?eca, tal vez de la misma marca que los que lucen los soldados romanos de Kirk Douglas y Laurence Olivier en Espartaco, y, sin duda, tan contempor¨¢neos como las zapatillas deportivas que se aprecian entre los legionarios romanos de la misma pel¨ªcula.
En Ben Hur, durante la famosa carrera de cu¨¢drigas, las cubiertas de las ruedas del coche del c¨¢mara aparecen reflejadas en la arena.
En La Biblia, Ad¨¢n tiene ombligo. Nada objetable si no fuera por el peque?o detalle de que su cuerpo no lleg¨® al mundo desde las entra?as de ninguna mujer y no fue preciso cortarle el cord¨®n umbilical.
En Pretty woman, Richard Gere llama una vez a Julia Robert... "Julia", cuando el nombre del personaje de ella es Vivien. En Terminator II, cuando la protagonista escapa del hospital se puede o¨ªr el sonido de sus zapatos en la huida... aunque ella va descalza. En Superman II, cuando Christopher Reeve levanta al general Zod con una mano, destaca una mancha de sudor en su traje de Superman, a la altura del sobaco. En Rambo III, Silvester Stallone se presenta con una cicatriz en la mejilla que se vuelve m¨¢s peque?a, m¨¢s grande, se hace blanca, roja, y en algunos momentos desaparece. ?Y todo en el transcurso del mismo d¨ªa!
En Anaconda, cuando la chica acaba estrangulada en el bote, despu¨¦s de muerta se le ve el abdomen movi¨¦ndose al respirar. Y en Notting hill, cada vez que aparece la calle de la librer¨ªa, se ve al mismo adulto, a la izquierda de la pantalla, sec¨¢ndole las l¨¢grimas al mismo ni?o.
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