EEUU y Europa compiten por atraerse las simpat¨ªas de los miles de opositores a la OMC

ENVIADOS ESPECIALESEstados Unidos y la Uni¨®n Europea (UE) intentaban ayer llevarse a su molino el agua de las protestas callejeras de Seattle contra una liberalizaci¨®n incontrolada del comercio. Bill Clinton, en su discurso ante la cumbre de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), afirm¨® que esta organizaci¨®n "debe incorporar" las preocupaciones de los manifestantes por el medio ambiente y los derechos laborales. Pascal Lamy, comisario europeo de Comercio, subray¨® que los manifestantes piden exactamente lo mismo que la UE.

Las peticiones son que la cumbre no se limite a liberalizar la agricultura y los servicios, sino que incorpore la protecci¨®n del trabajo, la seguridad alimentaria y el desarrollo de los pa¨ªses pobres, seg¨²n el comisario europeo de Comercio.Aunque todas las delegaciones condenaban los episodios de violencia y vandalismo protagonizados por grupos minoritarios de j¨®venes manifestantes, tambi¨¦n todas dec¨ªan tener abiertos los o¨ªdos al clamor de inquietudes expresadas en las calles de Seattle por unos 40.000 opositores a la OMC.

Charlene Barshefsky, secretaria de Comercio de EEUU y anfitriona de la cumbre, expres¨® su "comprensi¨®n por las preocupaciones por el medio ambiente y los derechos laborales de los manifestantes pac¨ªficos". El propio Clinton us¨® tambi¨¦n la palabra "comprensi¨®n" para aludir a sus sentimientos respecto a las protestas.

Anulada la sesi¨®n de apertura a causa de las protestas del martes, las delegaciones negociaban ayer a puerta cerrada en el Centro de Convenciones de Seattle. Aunque se registraban progresos en algunas ¨¢reas, el ambiente segu¨ªa siendo marcado por el pesimismo sobre la posibilidad de encontrar un acuerdo entre EEUU y la UE que permita declarar que la cumbre es un ¨¦xito y el punto de lanzamiento de una nueva ronda de liberalizaci¨®n del comercio mundial.

Pero si ese pesimismo era anterior al comienzo de la cumbre, lo nuevo ayer era la fuerza del eco de los gritos de los manifestantes y de los disparos policiales de granadas lacrim¨®genas.

Clinton, el ¨²nico jefe de Estado presente en la cumbre, lleg¨® a Seattle en la noche del martes, cuando ya reg¨ªa en la ciudad el estado de emergencia. Una situaci¨®n desastrosa para su sue?o de que esta cumbre de Seattle desencadene una ronda de negociaciones que lleve su apellido. El presidente de EE UU declar¨® ayer que la OMC debe "escuchar e incorporar a su agenda las leg¨ªtimas preocupaciones" de los manifestantes, una bien organizada coalici¨®n de grupos ecologistas y centrales sindicales.

"Creo", dijo Clinton, "que deber¨ªa abrirse este proceso a toda la gente que se est¨¢ manifestando, creo que la OMC deber¨ªa reforzar en sus negociaciones el peso de los intereses de esa gente".

Clinton a?adi¨® que estas inquietudes, sin embargo, "no deben servir de excusa para el proteccionismo". "La expansi¨®n del comercio", dijo, "beneficia a todos los ciudadanos de EE UU y el mundo".

Los delegados norteamericanos pon¨ªan el acento en la coincidencia con sus posiciones de dos reivindicaciones concretas de los manifestantes: la necesidad de controlar que los pa¨ªses en v¨ªa de desarrollo no exploten mano de obra infantil y la oposici¨®n a que determinados pa¨ªses asi¨¢ticos pesquen gambas con redes que capturan tortugas.

Pero los europeos replicaban que la UE comprende muy bien la angustia de los manifestantes por la carne hormonada y los productos transg¨¦nicos y su oposici¨®n a que la OMC se olvide de los pa¨ªses pobres en beneficio de las grandes multinacionales.

"La UE simpatiza con la leg¨ªtima preocupaci¨®n de los manifestantes", declar¨® a EL PA?S un portavoz del comisario europeo de Comercio. "Esta gente reclama que en el seno de la OMC se negocien nuevos temas que no son estrictamente comerciales, pero que est¨¢n relacionados con el comercio".

El secretario general de la ONU, Koffi Annan declar¨®, por su parte: "Deber¨ªamos escuchar a los manifestantes, aunque no estoy muy seguro de que la OMC sea el foro adecuado para ello". La ¨²nica voz discordante fue la de Mike Moore, director general de la OMC. Moore, un laborista neoceland¨¦s afirm¨® que la actuaci¨®n de los manifestantes es "contraria a los pobres y a los pa¨ªses en v¨ªa de desarrollo".