Jos¨¦ Luis Borau clausura brillantemente con su ¨²ltimo filme una competici¨®n sin un claro favorito
Ic¨ªar Bolla¨ªn y Javier Batanero protagonizan 'Leo', "una historia de amor a tumba abierta"
Leo, la esperada ¨²ltima pel¨ªcula del veterano realizador Jos¨¦ Luis Borau, clausur¨® ayer la secci¨®n oficial del III Festival de Cine Espa?ol de M¨¢laga, sum¨¢ndose, gracias a su solidez y a la calidad de su gui¨®n, a la lista de favoritas para alzarse con los principales galardones del certamen. Se trata de una lista muy amplia, sobre todo si se tiene en cuenta que son s¨®lo siete los t¨ªtulos de la secci¨®n oficial entre los que el jurado deber¨¢ discernir su palmar¨¦s, y en el que figuran desde d¨ªas anteriores las pel¨ªculas Krampack, Adi¨®s con el coraz¨®n, Lista de espera y Sexo por compasi¨®n.
Es Leo una pel¨ªcula de corte cl¨¢sico, contada f¨¦rreamente desde un gui¨®n portentosamente construido. Cuenta la desgarrada historia de amor entre una confidente policial, Leo (Ic¨ªar Bolla¨ªn), y un m¨¢s bien inocent¨®n guardia jurado (Javier Batanero, m¨²sico, que debuta aqu¨ª en el cine), al que arrastra, en su desesperaci¨®n vital, hacia un ocaso intuido, pero no visualizado en las im¨¢genes del filme. Pero no s¨®lo hay en ¨¦ste una historia amorosa. La c¨¢mara de Borau hurga en una realidad del todo ajena a nuestro cine como es la del trabajo eventual, y sit¨²a a sus criaturas en un extra?o limbo, tierra de nadie hecha de pol¨ªgonos industriales y ausencia de tejido social.Como ocurre en las ¨²ltimas producciones del director aragon¨¦s, tambi¨¦n es Leo una pel¨ªcula para pelearse con ella a brazo partido. Cineasta que ha hecho del rigor y de la independencia sus mejores bazas art¨ªsticas, Borau no suele condescender ni con el p¨²blico ni con las facilidades que el cine al uso suele desperdigar en sus ficciones. No hay, en consecuencia, espacio ni para la esperanza, ni para la identificaci¨®n del espectador con los personajes ni, casi, para otro disfrute que no sea el placer que proporciona siempre una historia mod¨¦licamente contada.
Es un placer convulso, ambiguo incluso; merece todos los respetos y reconocimientos para nuestro ¨²ltimo narrador cl¨¢sico, a quien sin duda alguna no se le debe escapar por lo menos el premio a la mejor direcci¨®n, si es que el jurado finalmente no se atreve a premiar una pel¨ªcula tan ¨¢spera aunque tan llena de vida. Ic¨ªar Bolla¨ªn, su espl¨¦ndida protagonista, lo tendr¨¢ dif¨ªcil, porque se han visto aqu¨ª otros trabajos de altura, como el de Ingrid Rubio en El viaje de Ari¨¢n. No parece, igualmente, que sea la de Borau la pel¨ªcula preferida del p¨²blico, que aplaudi¨® a rabiar Lista de espera, de Juan Carlos Tab¨ªo, y Sexo por compasi¨®n, de Laura Ma?¨¤, mientras que Juan Luis Galiardo parece el ¨²nico actor premiable por su adorable creaci¨®n del maduro gal¨¢n en decadencia de Adi¨®s con el coraz¨®n.
La rueda de prensa posterior al pase de la pel¨ªcula se convirti¨® en una larga historia junto al fuego del director, que desvel¨® c¨®mo el inframundo periurbano, marginal y multirracial, surgido alrededor de los cinturones industriales inspir¨® su filme. "Leo es una historia de amor a tumba abierta y nunca mejor dicho", dijo Borau, quien asegur¨® que "todo lo que sale en la pel¨ªcula ha sucedido antes en la vida real". Como ejemplo puso que durante el rodaje en un pol¨ªgono de Fuenlabrada se produjo la famosa redada de un almac¨¦n clandestino de Teletubbies.
Por su parte, Ic¨ªar Bolla¨ªn reconoci¨® que aunque su sistema de trabajo como directora es opuesto al de Borau, ella se hab¨ªa dejado la directora en casa: "Con Jos¨¦ Luis me pasa siempre que aunque discuta a veces durante un rodaje, luego veo la pel¨ªcula que hace y tengo que callarme la boca". Sobre el debutante Batanero, miembro de Acad¨¦mica Palanca, no tuvo m¨¢s que elogios, a los que el cantautor respondi¨® diciendo que le "hab¨ªa tocado la loter¨ªa".
La proyecci¨®n fuera de concurso hoy de San Bernardo, de Joan Potau, pondr¨¢ fin a una edici¨®n donde la artiller¨ªa pesada de caras famosas y actividades paralelas se ha disparado al final. Mientras el productor El¨ªas Querejeta recib¨ªa ayer un homenaje con decenas de personalidades del cine espa?ol, sendas mesas redondas debat¨ªan sobre los nuevos rostros del cine espa?ol y el futuro del documental. La nutrida asistencia a las mesas redondas y a las sesiones de cine documental ha sido una de las constantes de este festival.
La jornada se cerr¨® con una fiesta gay a pie de playa montada por los organizadores del ciclo gay y l¨¦sbico. A pesar de la sensaci¨®n de mejora a medida que ha avanzado el festival, una pregunta sigue en el aire: en qu¨¦ y c¨®mo se han gastado los 260 millones de pesetas de presupuesto que han convertido al de M¨¢laga en el segundo festival de cine de Espa?a.
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