El montaje de la 'operaci¨®n Villalonga'
En la noche del 5 de mayo pasado, Paul Smits, presidente ejecutivo de la telef¨®nica holandesa KPN, de regreso a Rotterdam desde Madrid, explic¨® a la prensa las causas que a su juicio hab¨ªan frustrado la malograda fusi¨®n con la Telef¨®nica espa?ola. No es frecuente que altos ejecutivos llamen pan al pan y vino al vino, pero, seg¨²n las fuentes consultadas, Smits se sinti¨® tan manipulado en Espa?a que consider¨® necesario dejar constancia de que sab¨ªa lo que se tramaba."A pesar de su impresionante gesti¨®n al frente de la compa?¨ªa, Villalonga empez¨® a entrar en conflicto con m¨¢s gente, incluyendo a su ex amigo de colegio y aparentemente los bancos", narr¨® el presidente de KPN. "Por razones externas", prosigui¨®, "se puso un palo en la rueda de la bicicleta a pesar de que muchos cre¨ªan que este era un gran acuerdo".
Smits hab¨ªa observado la cara de los consejeros de Telef¨®nica durante dos reuniones. "Quedamos en esa extra?a situaci¨®n de ser utilizados como chivos expiatorios. Sab¨ªamos que el asunto de la participaci¨®n del Gobierno holand¨¦s en KPN y la empresa fusionada no era el tema de fondo y que hab¨ªa algo m¨¢s en juego. Se trataba de fusionar negocios y no emociones".
El pasado mi¨¦rcoles 25 de julio, el Financial Times, un peri¨®dico que suele renovar su simpat¨ªa por Aznar de manera frecuente, analiz¨® los hechos en una de sus influyentes columnas. "La campa?a para sacar a Juan Villalonga de Telef¨®nica est¨¢ desestabilizando a los inversores y puede afectar a la compa?¨ªa", escribi¨®.
El citado peri¨®dico sosten¨ªa que las investigaciones sobre unas opciones sobre acciones de Telef¨®nica adquiridas por Villalonga en enero de 1998 deb¨ªan ser investigadas. "Pero la percepci¨®n es que el Gobierno espa?ol est¨¢ determinado a echar a Villalonga por razones pol¨ªticas", a?ad¨ªa. Algunos ministros del Gobierno as¨ª lo han confirmado, en privado.
Villalonga adquiri¨® el 2 de enero de 1998, a trav¨¦s de un contrato con Argentaria Bolsa, 264.224 opciones sobre acciones de Telef¨®nica, a 4.620 pesetas cada una, con vencimiento en junio de 2000. Como en toda opci¨®n, pag¨® una prima, en este caso de 198 millones. Ese d¨ªa, Villalonga y el secretario del consejo, Jos¨¦ Mar¨ªa Mas, llamaron, por iniciativa propia, al presidente de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Juan Fern¨¢ndez-Armesto, para informarle de la operaci¨®n. La ley, dijeron, obliga a informar la compra o traspaso de acciones. No de opciones.
Fern¨¢ndez-Armesto, que lleva adelante una larga batalla por la mayor transparencia posible en el mercado, reaccion¨® con disgusto. Consult¨® con sus servicios y llam¨® a Mas. La operaci¨®n deb¨ªa ser comunicada a trav¨¦s de un hecho relevante para difundir al mercado. Quienes han seguido los hechos sostienen que Fern¨¢ndez-Armesto, aun cuando no le asist¨ªa la ley, fue imperativo. Se basaba en un antecedente. Una operaci¨®n similar realizada por Francisco Gonz¨¢lez, presidente de Argentaria, realizada un a?o antes, en febrero de 1997, hab¨ªa sido comunicada.
Sin embargo, el presidente de Telef¨®nica no estaba por la labor. En una carta, del 18 de enero de 1998, Villalonga daba cuenta en estilo arrogante de que no envi¨® la comunicaci¨®n sobre sus opciones porque ya hac¨ªa dos d¨ªas, el 16 de enero de 1998, que hab¨ªa ordenado dejarlas sin efecto. Al hacerlo -esto no ven¨ªa en la carta- obtuvo, durante los 14 d¨ªas en que estuvo vigente el contrato, un beneficio de 21 millones.
Opciones en discordia
?Muerto el perro se acab¨® la rabia? No fue ¨¦sta la idea de Fern¨¢ndez-Armesto. Preocupado por operaciones "novedosas" en Bolsa, como eran las opciones en discordia, el presidente envi¨® al equipo de supervisi¨®n de la CNMV a la boca del lobo para estudiar la amplitud de las operaciones con derivados en Bolsa. El 30 de enero ya estaban los supervisores en Argentaria Bolsa. Durante cinco meses hicieron un exhaustivo trabajo de campo. Las operaciones realizadas por Argentaria Bolsa inclu¨ªan la venta de opciones sobre t¨ªtulos de Argentaria, Telef¨®nica, Repsol y Fecsa, entre otras, y sus clientes eran particulares.Las opciones adquiridas por Villalonga y las suscritas por otro consejero de Telef¨®nica, Alberto Cortina, formaban parte de 80 operaciones en un periodo de cuatro meses y medio, a partir del 1 de enero de 1998. La supervisi¨®n confirm¨® que, en efecto, Villalonga hab¨ªa deshecho sus opciones y que al hacerlo gan¨® 21 millones.
La supervisi¨®n termin¨® sus trabajos pero decidi¨® curarse en salud y pidi¨® que el servicio de inspecci¨®n de la CNMV hiciera su propia investigaci¨®n. El hecho de que Villalonga comprara opciones de su propia compa?¨ªa -en el Reino Unido est¨¢ prohibido por ley- planteaba el posible uso de informaci¨®n que ¨¦l s¨®lo pod¨ªa obtener en raz¨®n de su cargo.
A partir de junio de 1998, los sabuesos de la CNMV, bajo la coordinaci¨®n de su entonces jefe, Jes¨²s Ybarra, quiz¨¢ uno de los mayores expertos espa?oles en la materia, estudiaron las operaciones en Argentaria Bolsa.
En septiembre de 1998, un texto an¨®nimo con membrete de Argentaria comenzaba a circular entre funcionarios de la CNMV y en otras institituciones como el Banco de Espa?a. All¨ª se expon¨ªan datos precisos, aunque en algunos casos inexactos, de las opciones de Villalonga y Cortina. La CNMV ya se lo sab¨ªa.
Tras casi seis meses de inspecci¨®n, Ybarra propuso, en noviembre de 1998, no abrir un expediente sancionador por uso de informaci¨®n privilegiada: era imposible definir cu¨¢l era la informaci¨®n relevante que pudo haber motivado la compra de las opciones.
En el par¨¦ntesis que va de noviembre de 1998 a junio de este a?o, Villalonga, como constat¨® Smits, se convirti¨® en un personaje molesto. Ya con ocasi¨®n del esc¨¢ndalo de las stock options (las opciones sobre acciones concedidas por la propia Telef¨®nica a Villalonga y su grupo de ejecutivos), en la recta final de las elecciones del 12 de marzo pasado, Aznar le solicit¨® que renunciara. Villalonga se neg¨®.
El 16 de junio pasado, El Mundo, uno de los peri¨®dicos que m¨¢s hab¨ªan apoyado a Villalonga en su gesti¨®n, y que al mismo tiempo formaba parte de un grupo de medios de comunicaci¨®n participados por Telef¨®nica, inform¨® sobre las opciones adquiridas por el entonces presidente de Telef¨®nica, acus¨¢ndole, sin ambages de usar informaci¨®n privilegiada.
Seg¨²n aseguraba, la clave que hab¨ªa llevado a Villalonga a adquirir las opciones en enero de 1998 era la gestaci¨®n de un pr¨®ximo acuerdo entre Telef¨®nica y la norteamericana MCI Worldcom. M¨¢s tarde, subray¨® que la llave maestra era otra: un acuerdo que Telef¨®nica manten¨ªa con British Telecom, pacto que en realidad ya llevaba suscrito casi diez meses cuando Villalonga adquiri¨®, en enero de 1998, sus opciones.
El mismo 16, por prudencia, seg¨²n fuentes conocedoras de la decisi¨®n, el presidente de la CNMV decidi¨® abrir un expediente reservado de informaci¨®n sobre las operaciones de enero de 1998. Dicha apertura, resultado de una reuni¨®n entre Fern¨¢ndez -Armesto y la inspecci¨®n de la CNMV, se hizo constar en un acta.
La pol¨ªtica, en este punto, comenzar¨ªa a aflorar de manera manifiesta. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tras la cumbre hispano-portuguesa de Feira (Portugal), el 20 de junio declar¨® ante preguntas de la prensa: "La CNMV tiene resortes, poderes e instrumentos suficientes para que si aprecia que pueden existir determinadas circunstancias se proceda a la investigaci¨®n. S¨®lo le puedo decir que espero y deseo que la CNMV act¨²e en consecuencia".
Esa misma tarde del 20 de junio, las declaraciones del presidente del Gobierno causaron efecto. El vicepresidente de la CNMV, Luis Ramallo, vi¨® la se?al para su entrada en el ruedo, habida cuenta de su enemistad manifiesta con Fern¨¢ndez-Armesto. Esa misma tarde del 20 de junio, Ramallo present¨® un escrito dirigido al presidente de la CNMV en el que solicitaba la reuni¨®n de un consejo extraordinario. Los deseos de Aznar en Portugal fueron, a lo que se ve, ley para Ramallo. Una orden de car¨¢cter pol¨ªtico.
Lo que ignoraba Ramallo esa tarde del 20 de junio era que Fern¨¢ndez-Armesto ya hab¨ªa abierto el expediente. Y no por ¨®rdenes de Aznar. Por simple prudencia, Fern¨¢ndez-Armesto, resolvi¨® bucear una vez m¨¢s en el tema de las opciones, mientras Ramallo, ampar¨¢ndose en Aznar, buscaba el ajuste de cuentas.
Aznar prosigui¨® con sus declaraciones. El 26 y el 30 de junio, durante una gira por Asia, llam¨® a la CNMV y al consejo de Telef¨®nica a asumir sus responsabilidades. Y, al mismo ritmo, Ramallo embisti¨® contra Fern¨¢ndez-Armesto por haber ocultado, presuntamente, la anterior inspecci¨®n de Argentaria Bolsa, en 1998, al consejo.
El fin justificaba los medios. Para acometer aquella situaci¨®n que Paul Smits hab¨ªa advertido a primeros de mayo exist¨ªa una nueva excusa. Y la CNMV era el bulldozer.
Exigencia
La compra de las opciones debi¨® ser, en efecto, comunicada al mercado, como exigi¨® Fern¨¢ndez-Armesto a Villalonga, el 8 de enero de 1998, tras conocer de labios del propio Villalonga la operaci¨®n. Pero, por las razones que sean -inmadurez, arrogancia, sentimiento de culpabilidad- Villalonga decidi¨® deshacerlas antes que comunicarlas.La compra de esas opciones, a¨²n cuando no constituyan un delito, era y es indefendible, por la misma raz¨®n que est¨¢n prohibidas en otros pa¨ªses. Aqu¨ª no es delito, pero su comunicaci¨®n -que ahora s¨ª es obligada- era fundamental para disipar la sombra de la m¨¢s m¨ªnima duda.
Pero para la destituci¨®n de Villalonga, las opciones eran una buena excusa. En mayo, el Gobierno us¨® la participaci¨®n p¨²blica de KPN para vetar la creaci¨®n de la cuarta empresa telef¨®nica europea; en julio de 2000, "determinado a echar a Villalonga", como escribi¨® el Financial Times, el Gobierno utiliz¨® la "campa?a" de las opciones.
La nueva investigaci¨®n de la Comisi¨®n de Valores, concluida ayer, no pod¨ªa llegar a ning¨²n puerto distinto. Pero no por falta de ganas ni por no enmendarse la plana a s¨ª misma. Simplemente, por falta de materia. Si la hubiese habido, la propia Securities and Exchange Comission (SEC) norteamericana, habida cuenta de que Telef¨®nica cotiza en el mercado de Nueva York, hubiera adoptado medidas. Pero esto, ?ahora a qui¨¦n le importa?
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