400 heroin¨®manos permanecen en lista de espera para recibir metadona en la capital

Los programas de mantenimiento con metadona tienen cada vez m¨¢s aceptaci¨®n entre los toxic¨®manos y eso hace que las 8.000 plazas que hay en la regi¨®n para dispensar este sustitutivo opi¨¢ceo se hayan quedado cortas. S¨®lo en la capital hay 400 heroin¨®manos en lista de espera. El tiempo medio que deben aguardar desde que se la prescriben hasta que se la dan es de tres meses. La Agencia Antidroga de la Comunidad explica que desde mayo se ha producido "una avalancha de peticiones", por lo que a partir de septiembre se crear¨¢n 200 nuevas plazas al mes.

Lista de espera ¨²nica

El Plan Municipal sobre Drogas, que regenta siete centros de atenci¨®n a drogodependientes (CAD) en la ciudad y varias plazas m¨¢s en convenio con la Comunidad, vienen observando desde enero un incremento en el n¨²mero de peticiones para ingresar en los programas de metadona.Beatriz Elorriaga, concejal de Servicios Sociales, considera que el aumento se debe "a la mejora en los sistemas de captaci¨®n de drogodependientes, que antes eran reacios a recibir este sustitutivo". "Disponemos de m¨¢s programas de reducci¨®n del da?o, que llegan a los toxic¨®manos m¨¢s desarraigados, en centros de emergencia, equipos m¨®viles y tambi¨¦n en la narcosala de Las Barranquillas", agrega la edil.

Elorriaga tambi¨¦n atribuye el incremento a una mejor consideraci¨®n social de estos planes: "Antes se pensaba que s¨®lo se daba metadona a los toxic¨®manos marginales, pero cada vez llega gente m¨¢s normalizada". "Para atender esta demanda propondremos a la Agencia crear otras 500 nuevas plazas en el 2001", apostilla.

Jos¨¦ Manuel Torrecilla, director t¨¦cnico de la Agencia Antidroga, explica que en los 23 centros para drogodependientes (CAID) que regenta este organismo en la capital (3) y en otros 20 municipios, la "avalancha" se ha producido en los ¨²ltimos dos meses.

"En mayo, los toxic¨®manos que solicitaban este sustitutivo opi¨¢ceo en nuestros 23 centros no ten¨ªan que esperar m¨¢s de tres semanas", asegura. "Como soluci¨®n nos estamos planteando crear 200 nuevas plazas al mes a partir de septiembre, frente a las 160 mensuales que pon¨ªamos en marcha hasta ahora. Despu¨¦s, veremos si hay que reforzar m¨¢s el programa", a?ade.

La lista de espera para los programas de metadona es ¨²nica para los centros dependientes del Ayuntamiento como para los de la Comunidad. Pero cada instituci¨®n regula su funcionamiento por su cuenta. A cualquier toxic¨®mano que llame para pedir informaci¨®n sobre los programas de metadona a los siete CAD del Ayuntamiento (en Latina, Villaverde, Puente de Vallecas, San Blas, Tetu¨¢n, Araganzuela y Hortaleza) le responder¨¢n que existe una lista de espera de m¨¢s de tres meses. La espera incluso llega hasta los cinco meses en Vallecas y de tres a cuatro en Tetu¨¢n y Arganzuela. En los CAID que la Comunidad tiene en la capital (en Usera, San Blas y Tetu¨¢n) los plazos van de un mes en el de Usera a los tres meses y medio en el de Tetu¨¢n.Torrecilla asegura que esos tiempos de espera en los CAID son aproximados. "Llegar¨ªamos a los tres meses si no hici¨¦ramos nada, pero como vamos a tomar medidas, no habr¨¢ nadie que tenga que aguardar tanto; esperamos volver a la lista de espera cero antes de fin de a?o", afirma.

La metadona es un opi¨¢ceo de laboratorio sustitutivo de la hero¨ªna que se dispensa gratis y bajo control m¨¦dico, psicol¨®gico y social. Hay toxic¨®manos que la toman para dejar de consumir, por lo que los m¨¦dicos les van rebajando la dosis hasta eliminarla del todo. Pero otros lo que consiguen no es dejar de drogarse, sino cambiar una sustancia adulterada y sin control sanitario -como la hero¨ªna- por otra gratuita y bajo control m¨¦dico.

Sin embargo, como la metadona evita el mono pero no provoca subid¨®n alguno, no son raros los casos de usuarios de esta sustancia que consumen tambi¨¦n coca¨ªna, alcohol o tranquilizantes.

Los usuarios de los programas de metadona suelen tener m¨¢s edad (34 a?os de media), m¨¢s a?os de consumo y m¨¢s fracasos en sus intentos de desengancharse que los que van a los programas de desintoxicaci¨®n.