La crisis ahoga a Paraguay y salpica al Gobierno
Empresarios, sindicatos y oposici¨®n se rebelan contra la pol¨ªtica de Gonz¨¢lez Macchi
En las noches estivales de Asunci¨®n, los habitantes de la capital paraguaya sol¨ªan dormir con las ventanas de sus casas abiertas para aplacar el calor. El incremento de la delincuencia, tras tres a?os de estancamiento econ¨®mico, ha modificado esa costumbre de esta ciudad colonial de 600.000 pobladores.
El desasosiego social se profundiz¨® a¨²n m¨¢s cuando a mediados de enero el Gobierno del colorado (populista) Luis Gonz¨¢lez Macchi decidi¨® que los monopolios estatales subieran las tarifas del agua (10%), electricidad (30%) y gasoil (17%). Los paraguayos ya hab¨ªan recibido 2001 con incrementos en el precio de ese combustible y del transporte. De ah¨ª que el ¨²ltimo tarifazo generara la fuerte y un¨¢nime cr¨ªtica de sindicalistas, empresarios, oposici¨®n liberal, asociaciones de consumidores y la Iglesia.
Los tractores y maquinarias de unos 150.000 productores agr¨ªcolas cortaron hace tres semanas las carreteras del sur y este de Paraguay, un pa¨ªs de 5 millones de habitantes con una superficie mayor a la de Alemania. El llamado tractorazo apunt¨® contra el nuevo aumento del valor del di¨¦sel que, seg¨²n los agricultores, encarece los costes del sector en 34 millones de d¨®lares. Los manifestantes consiguieron una tarifa exclusiva de electricidad y una subida en el precio del algod¨®n, el cultivo que impuls¨® el a?o pasado el crecimiento del 1,5% de la econom¨ªa.
Los taxistas de Asunci¨®n acompa?aron el tractorazo bloqueando las calles de esta ciudad donde se escuchan por igual el espa?ol y el guaran¨ª. Exig¨ªan seguridad y un subsidio al gasoil. Las amas de casa se sumaron a las protestas con el bullicio de sus cacerolas.
Los sindicatos piden un alza salarial del 20%. El Gobierno lo posterga. Se ampara en que el Banco Central considera que una subida de las n¨®minas s¨®lo se justifica si la inflaci¨®n, que el a?o pasado alcanz¨® el 9,6%, supera el 10%.
El l¨ªder de la Asociaci¨®n de Usuarios, Juan Vera, opin¨® que el tarifazo evidencia la 'fragilidad' de Gonz¨¢lez Macchi para enfrentar al contrabando, la corrupci¨®n, el desempleo y la impunidad. 'S¨ªntoma m¨¢s elocuente del agotamiento del modelo econ¨®mico, pol¨ªtico y social', lo calific¨® Guillermo Stanley, titular de la patronal industrial en un pa¨ªs campesino que ahora promociona la maquila, el sistema de ensambladoras importado de la frontera de M¨¦xico con EE UU. Gonz¨¢lez Macchi pertenece al Partido Colorado, la fuerza que gobierna desde hace m¨¢s de medio siglo. Sin embargo, lleg¨® al poder de la mano de una coalici¨®n de unidad nacional despu¨¦s de que en 1999 el asesinato del vicepresidente Luis Arga?a condujera al exilio al presidente Ra¨²l Cubas, el delf¨ªn del ex golpista y sospechoso del crimen Lino Oviedo, hoy detenido en Brasil. El a?o pasado, el liberal Julio C¨¦sar Yoyito Franco logr¨® una hist¨®rica victoria en las elecciones para designar al n¨²mero dos de Gonz¨¢lez Macchi, que finaliza su gobierno en 2003.
La econom¨ªa tampoco ofrece indicios de estabilidad. En octubre, mientras Argentina rozaba la crisis financiera, los analistas pon¨ªan en duda que Paraguay pudiese afrontar en 2001 el pago de 270 millones de d¨®lares de intereses de la deuda externa, que totaliza 2.053 millones. El paro trep¨® del 4,4% en 1994 al 9,4% en 1999 y al 16% en 2000, en una tierra que tradicionalmente empuj¨® a sus hijos a emigrar.
Una misi¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una reciente visita a Paraguay, fracas¨® en su intento de acordar un plan para esta econom¨ªa. Dej¨®, sin embargo, un listado de recomendaciones: reducci¨®n del 50% de los funcionarios contratados -unos 10.000-, congelaci¨®n salarial, eliminaci¨®n de las horas extras en el sector p¨²blico, limitar en 100 millones de d¨®lares el crecimiento anual de la deuda externa y disminuci¨®n a la mitad del d¨¦ficit p¨²blico, que el a?o pasado trep¨® al 4,5% del PIB. 'Es necesario que el Gobierno quiera un programa econ¨®mico en serio', dispar¨® Thomas Reichmann, jefe de la delegaci¨®n del FMI.
Los t¨¦cnicos se inquietaron por la falta de voluntad pol¨ªtica para emprender reformas econ¨®micas, las bajas recaudaciones impositivas y el peligro de que el Banco Central recurra a la emisi¨®n de moneda para tapar el rojo presupuestario, seg¨²n expres¨® el ex ministro de Hacienda de Gonz¨¢lez Macchi, Federico Zayas, que se reuni¨® con ellos. 'Jesucristo es paraguayo', declar¨® Zayas al peri¨®dico local Abc, en referencia al cr¨¦dito por 400 millones de d¨®lares que el a?o pasado Taiwan le otorg¨® a este pa¨ªs suramericano, uno de los pocos que lo reconoce como estado independiente de China. Ahora Paraguay negocia una donaci¨®n de 75 millones de la Uni¨®n Europea.
Ministros enfrentados
Los miembros del Gobierno est¨¢n en desacuerdo sobre c¨®mo ajustar el gasto p¨²blico. Por eso terminaron optando por tarifazos para contener el d¨¦ficit. Las reservas internacionales cayeron en enero de 785 millones de d¨®lares a 665 millones, mientras el guaran¨ª se devaluaba el 4% frente al d¨®lar, al comp¨¢s de la depreciaci¨®n del real brasile?o. El titular de Econom¨ªa, Francisco Oviedo, admiti¨® dificultades para pagar el sueldo a 200.000 funcionarios y anunci¨®, a mes y medio del inicio de 200, que se ampliar¨¢ el presupuesto estatal en 137 millones. Tambi¨¦n acord¨® con el FMI aumentar impuestos al combustible, transportistas, profesionales, agropecuarios y a la importaci¨®n de art¨ªculos de lujo.
Comenzaron el mes pasado las prejubilaciones en dos empresas estatales: la petrolera Petropar y la telef¨®nica Antelco, que restringi¨® el suministro de telefon¨ªa m¨®vil en el Ejecutivo a los ministros y viceministros. Antelco sigue en proceso de privatizaci¨®n, al igual que el servicio de agua, el ferrocarril y Antelco. Directivos de Telef¨®nica visitaron hace tres semanas a Gonz¨¢lez Macchi y le expresaron inter¨¦s por esa ¨²ltima empresa valorada en 150 millones de d¨®lares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.