Dos novilleros en capilla
Anunciaron a Luis Vilches y Fern¨¢ndez Pineda mano a mano, no se sabe muy bien para qu¨¦. Ser¨ªa porque ambos est¨¢n en capilla ante una inminente alternativa, pero no parece suficiente motivo.
Un mano a mano tiene fundamento si es para contrastar estilos o entablar competencia. Dos frente a frente, en igualdad de condiciones, con las mismas armas; ese es el sentido de los mano a mano. Luis Vilches y Fern¨¢ndez Pineda, en cambio, iban cada cual a lo suyo. Uno despu¨¦s del otro, ordenadamente, sin molestar ni re?ir.
El ¨²nico con ganas de pelea era el sobresaliente, que entr¨® tres veces a quites, con m¨¢s moral que el Alcoyano. El sobresaliente, de nombre civil Armando L¨®pez y para el arte apodado Azuquita (diminutivo de az¨²car), ensay¨® un quite por ver¨®nicas, que le salieron ful, y dos por chicuelinas de voluntarioso aguante y pinturera realizaci¨®n. No es casualidad. Las chicuelinas las da todo el mundo pues no requieren t¨¦cnica especial y son de seguro efecto. Las ver¨®nicas, en cambio, exigen mando, templanza, oficio,arte y lo que hay que tener, o salen hechas un churro.
Las ver¨®nicas daban pie al an¨¢lisis comparativo de los novilleros en capilla. Luis Vilches las intentaba ce?idas y las lograba apenas, en tanto Fern¨¢ndez Pineda cargaba la suerte y ganaba terreno en cada lance. Al cuarto de la tarde lo recibi¨® en la puerta de chiqueros mediante la larga cambiada y lo veronique¨® luego con emocionante entrega.
Luis Vilches le hac¨ªa un quite por ver¨®nicas al segundo de la tarde cuando result¨® empitonado de mala manera, sin consecuencias. Poco despu¨¦s, el empitonado era Fern¨¢ndez Pineda: al iniciar la faena de muleta sali¨® volteado y estrellado contra las tablas. Menudo cogid¨®n. Por suerte qued¨® ileso y pudo seguir, si bien el novillo hab¨ªa desarrollado sentido y embest¨ªa incierto, iba con la cara alta, derrotaba al bulto cada vez que Fern¨¢ndez Pineda intentaba un pase.
La tarde iba de percances tambi¨¦n y el tercero arroll¨® y lesion¨® en un pie al pe¨®n Francisco Javier Garc¨ªa al salir de un par de banderillas. Ese novillo correspond¨ªa a Luis Vilches, que luci¨® a medias.
Donde luci¨® de verdad Luis Vilches fue en el novillo que abri¨® plaza, con una faena sorprendente. He aqu¨ª que el torero ligaba los pases. He aqu¨ª que no rectificaba terrenos al concluir cada muletazo sino que los ganaba y llevaba embebido al novillo en la pa?osa. Es este un toreo que no se lleva; un toreo a la antigua; un toreo que requiere para realizarlo valor y maestr¨ªa.
Luis Vilches, que hab¨ªa iniciado el trasteo dibujando unos ayudados por bajo extraordinarios, de gran belleza los que instrument¨® a izquierdas, cuaj¨® dos tandas de derechazos con las maneras dichas y al ensayar el natural el novillo ya se hab¨ªa puesto tardo y reserv¨®n. Llega a hacerlo al rev¨¦s -los naturales de entrada- y alcanza un ¨¦xito seguro.
Lo chocante es que ese toreo no lo volvi¨® a repetir. En sus dos restantes faenas -premiosas, de escaso temple, si bien volvi¨® a cuajar buenos ayudados-, rectificaba terrenos, perd¨ªa pasos o se quitaba corriendo.
Distinta interpretaci¨®n del toreo ofreci¨® Fern¨¢ndez Pineda en el cuarto novillo, al que instrument¨® redondos y naturales con una templanza, una hondura y un gusto nada comunes. Toreo puro realizado con solemnidad y belleza, nada menos. En el sexto, que estaba inv¨¢lido, emple¨® modos muy distintos, se puso pesado, alg¨²n silbido oy¨® por eso, sufri¨® un desarme, mediada la faena la gente empez¨® a desfilar y cuando cobr¨® la estocada los tendidos estaban medio vac¨ªos.
Los detalles que se advirtieron en Luis Vilches y Fern¨¢ndez Pineda hacen concebir buenas esperanzas respecto al futuro de ambos coletudos. En otros aspectos daban la sensaci¨®n de estar verdes, lo cual no es extra?o en novilleros y ya madurar¨¢n. Lo malo es que no les queda tiempo a ninguno de los dos porque est¨¢n en capilla y ser¨¢n investidos doctores en tauromaquia (tiene us¨ªa la denominaci¨®n) en esta misma feria. Fern¨¢ndez Pineda toma la alternativa dentro de ocho d¨ªas. Luis Vilches hoy mismo, sin ir m¨¢s lejos. En fin, que dios reparta suerte...
Torrealta / Vilches, Fern¨¢ndez
Novillos de Torrealta, cuatro primeros de escasa presencia, resto con trap¨ªo; sospechosos de pitones; en general con casta, manejables; 2? desarroll¨® sentido. Luis Vilches: dos pinchazos, estocada corta, rueda de peones y dos descabellos (palmas y sale al tercio); estocada perdiendo la muleta y rueda insistente de peones (ovaci¨®n y salida al tercio); dos pinchazos, estocada - aviso con retraso- y el novillo se levanta y se echa varias veces (ovaci¨®n y salida al tercio). Fern¨¢ndez Pineda:pinchazo, estocada ladeada y rueda vertiginosa e insistente de peones (algunas palmas);( estocada ladeada perdiendo la muleta (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada (silencio).
Plaza de la Maestranza,20 de abril. 1? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Babelia
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