Cauto el Valencia, euf¨®rico el Bayern
El cuadro de C¨²per, apoyado por 23.000 seguidores, intentar¨¢ corregir los errores de la temporada pasada ante el Madrid
Los saltos de alegr¨ªa del m¨ªtico Franz Beckenbauer el s¨¢bado, en la tribuna del Volksparkstadion de Hamburgo, expresan el estado de excitaci¨®n en que se encuentra el equipo que preside, el Bayern M¨²nich. El club b¨¢varo acaba de ganar al estilo Cruyff su 17? t¨ªtulo de Liga: en el ¨²ltimo suspiro, empatando en el tiempo de prolongaci¨®n con el Hamburgo, para quedar un punto por delante del Schalke 04. Considerado por sus adversarios como el club m¨¢s prepotente de Alemania, el Bayern afronta con enorme seguridad y confianza su s¨¦ptima final de la m¨¢xima competici¨®n europea: gan¨® las tres primeras (1974, 1975 y 1976) y perdi¨® las tres ¨²ltimas (1982, 1987 y 1999).
El Valencia, en cambio, encara con pies de plomo su segundo asalto al t¨ªtulo. Llega fuerte, s¨ª, pero precavido: no quiere que le pase lo del a?o pasado, en Par¨ªs, cuando pag¨® muy cara su biso?ez ante el experimentado Real Madrid (3-0). El conjunto de H¨¦ctor C¨²per aterrizar¨¢ esta tarde en Mil¨¢n y se instalar¨¢ en un hotel cercano al lago de Como, a unos 60 kil¨®metros de la ciudad. Los cerca de 23.000 valencianistas que le acompa?ar¨¢n el mi¨¦rcoles empezaron ayer a desplazarse a Italia, si bien la mayor¨ªa lo har¨¢ el d¨ªa del encuentro. El n¨²mero de seguidores alemanes se prev¨¦ superior aunque s¨®lo sea por la mayor proximidad de M¨²nich a Mil¨¢n. El reparto de las localidades ha vuelto a causar malestar entre la afici¨®n valencianista, que acusa a los consejeros de nepotismo en la distribici¨®n.
El Valencia destierra la euforia que precedi¨® a su pasada final, ante el Madrid, y quiere que esa experiencia negativa le sirva para jugar el 'partido m¨¢s dif¨ªcil posible', seg¨²n explica su portero titular, Ca?izares. As¨ª lo interpreta tambi¨¦n el legendario valencianista Mario Kempes: 'El Valencia va ahora de v¨ªctima y a Par¨ªs iba de verdugo'.
Ser¨¢ una final entre latinos y germanos, advierte Ca?izares. No le falta raz¨®n: en el probable once del Valencia hay cuatro argentinos (Pellegrino, Ayala, Kily y Aimar), un italiano (Carboni), un caribe?o (Angloma) y cuatro espa?oles (Ca?izares, Baraja, Mendieta y S¨¢nchez). La excepci¨®n es el noruego Carew. En el Bayern, las excepciones a la mayor¨ªa germ¨¢nica ser¨ªan el brasile?o Elber y los franceses Sagnol y Lizarazu.
El maduro y reflexivo vestuario valencianista tiene muy claro lo que quiere: no dejar escapar de nuevo el tren de la gloria. De ah¨ª la filos¨®fica frase del central Pellegrino: 'Las finales no se juegan: se ganan o se pierden'.
El Bayern ha superado la terrible decepci¨®n de hace dos a?os, en Barcelona, y casi con el mismo equipo ha vuelto a la final europea con un deseo gigantesco de conquistarla. No lo hace desde 1976, cuando se adjudic¨® su tercer trofeo ante el Saint ?tienne. Desde entonces ha perdido tres finales. La ¨²ltima pas¨® con may¨²sculas a la historia del f¨²tbol: el Manchester United dio la vuelta al marcador en los dos ¨²ltimos minutos.
C¨²per asegura que su equipo est¨¢ mejor preparado an¨ªmicamente que la temporada pasada. Est¨¢ convencido de poder corregir los numerosos errores de Par¨ªs. 'Dar¨ªa la vida por jugar otra vez la final', dijo en la noche en que cay¨® ante el Madrid. Inopinadamente, lleg¨® la oportunidad, si no de disputar ese encuentro, s¨ª al menos otro del mismo valor. Y de acabar con la mala racha de finales perdidas por parte del preparador argentino: dos al frente del Mallorca (la Copa del Rey y la Recopa) y una con el Valencia (la del curso pasado).
Jeremies, baja
El Valencia dispone para la cita de todos sus jugadores mientras que el Bayern presenta una baja de consideraci¨®n: su centrocampista Jeremies, el pulm¨®n de los b¨¢varos, ausente por una inflamaci¨®n en una rodilla. Otro detalle a favor de los valencianistas es que todos sus titulares, salvo Pellegrino, descansaron el viernes en la Liga: estuvieron en el banquillo en el partido frente al Athletic (1-0).
Ottmar Hitzfeld, sin embargo, hubo de alinear a los mejores el s¨¢bado en el decisivo encuentro de Hamburgo. Eso s¨ª, no hubo celebraci¨®n. Sus jugadores se reservan hasta la noche del mi¨¦rcoles, si es que tienen algo que celebrar. S¨®lo una peque?a disensi¨®n se ha abierto en la plantilla del Bayern: su m¨¢ximo goleador, Elber, ha dicho que quiere abandonar el club tras la final de Mil¨¢n.
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