El primer ni?o robot con capacidad de amar une el cine de Spielberg y Kubrick
La proyecci¨®n de 'Inteligencia artificial' en Los ?ngeles fue recibida con cierta frialdad
La pel¨ªcula que Stanley Kubrick nunca pudo realizar lleg¨® a los o¨ªdos de Steven Spielberg en 1985 de boca del m¨ªtico director. Kubrick est¨¢ muerto, pero cuando el p¨²blico se siente a ver el oleaje con el que se inicia AI no sabr¨¢ si est¨¢ asistiendo a la ¨²ltima obra del autor de Espartaco o a la nueva creaci¨®n del director de ET. El filme se estrenar¨¢ en Estados Unidos el 29 de junio, y en Espa?a est¨¢ prevista para el 21 de septiembre.
Spielberg, o Kubrick, introduce al espectador en un mundo de seres mecas (diminutivo de mec¨¢nicos) y orga (org¨¢nicos) donde David (Haley Joel Osment), el primer robot capaz de amar, pasa a formar parte de una familia de humanos donde su ¨²nico sue?o es 'ser un ni?o de verdad'. Sin la aceptaci¨®n de humanos o robots y con un oso de peluche como ¨²nico aliado, David comenzar¨¢ una larga b¨²squeda de su hada madrina que le llevar¨¢ del infierno de los mecas, en el Flesh Fair al cielo del placer, en Rouge City, o a las fr¨ªas aguas que inundan Manhattan, conociendo a su creador y su futuro, y con Joe Gigolo-el gigolo meca que interpreta Jude Law- como gu¨ªa en la b¨²squeda del cari?o de su madre.
Atracci¨®n
Como ha descrito la viuda del realizador de 2001: Una odisea en el espacio, Christiane Kubrick, la atracci¨®n entre su marido y Spielberg se asemeja a una uni¨®n de polos opuestos, la historia del creador que estaba intrigado por aquellos que saben atraer al p¨²blico en masa con su arte y del artista de variedades que siempre aspira a mayores artes. 'Steven lleg¨® a la cocina de Stanley y estoy seguro de que ¨¦ste ya ten¨ªa el t¨ªtulo de cr¨¦dito en su cabeza: una producci¨®n de Stanley Kubrick dirigida por Steven Spielberg', recuerda Jan Harlan, cu?ado del fallecido realizador, adem¨¢s de productor de sus ¨²ltimos t¨ªtulos y ahora de AI. Esta colaboraci¨®n nunca lleg¨® a materializarse y no por falta de ganas de Kubrick, que hasta hizo que Spielberg se instalara una l¨ªnea privada de fax en su dormitorio, alejada de cualquier curioso, en la que poder ir mand¨¢ndole las ideas de gui¨®n, los bocetos, o los paneles de storyboard en los que llevaba a?os trabajando. Seg¨²n aquellos que le conocieron, Kubrick quer¨ªa conseguir con esta historia el ¨¦xito comercial que Spielberg sab¨ªa c¨®mo lograr. Para Spielberg estaba el reto de adquirir esa integridad art¨ªstica por la que Kubrick ha dejado su huella en la historia del cine.
Durante las m¨¢s de dos horas y media de pel¨ªcula, AI camina entre estas dos aguas, dividida claramente en tres actos. El primero es el que mantiene las claves m¨¢s cercanas a Kubrick y a su manera de narrar, con una frialdad patente en sus planos y con un punto de vista bajo en la c¨¢mara utilizando grandes angulares. El segundo se asemeja a anteriores obras de ambos. En el tercer acto, el uso de la luz y la m¨²sica recuerda a Encuentros en la tercera fase y no deja duda de que es una creaci¨®n de Spielberg. Sin embargo, aquellos que han trabajado con ¨¦l han subrayado las diferencias. Seg¨²n Stan Winston, Spielberg ha sido en esta ocasi¨®n m¨¢s exigente que nunca. Conocido por su agilidad en los rodajes, en esta pel¨ªcula no ha dudado en repetir las tomas m¨¢s de que lo hace habitualmente.
Babelia
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