Wall Street se salva del p¨¢nico tras un recorte de los tipos de inter¨¦s

La prueba de fuego se super¨® con ¨¦xito: la reapertura de Wall Street y del mercado de valores m¨¢s importante del mundo se realiz¨® ayer a la hora anunciada, con tel¨¦fonos y ordenadores funcionando casi con normalidad, pero con unas p¨¦rdidas hist¨®ricas del 7,13%. Nueva York y su Bolsa se hab¨ªan convertido, no s¨®lo para los norteamericanos, sino tambi¨¦n para todo el mundo occidental, en el s¨ªmbolo de que EE UU volv¨ªa al trabajo. Y ayer, seis d¨ªas despu¨¦s de sufrir el peor ataque de su historia, el pa¨ªs volvi¨® a la tarea, pero con mucho nerviosismo y preocupaci¨®n.

Todo el mundo hizo lo que estaba en su mano para lograr que la operaci¨®n de arranque fuera un ¨¦xito y los mecanismos y sistemas funcionaran. S¨®lo hac¨ªa falta que los llamamientos al patriotismo consiguieran evitar que las cotizaciones se desplomaran y que el miedo no se apoderara de los inversores, y eso se logr¨® relativamente; las p¨¦rdidas no fueron catastr¨®ficas -s¨®lo en las aerol¨ªneas; la industria defensiva se revaloriz¨®-, pero s¨ª importantes si se tiene en cuenta la decisi¨®n que tom¨® una hora antes de que se abrieran los mercados, y por sorpresa, la Reserva Federal: un recorte de tipos de inter¨¦s de medio punto, medida de urgencia seguida horas despu¨¦s por el Banco Central Europeo. Todo ello sirvi¨® para que las bolsas europeas invirtieran la tendencia y cerraran con fuertes subidas.

Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, anunci¨® ayer un recorte en los tipos de inter¨¦s de medio punto, un gesto que buscaba dar dinero, y sobre todo confianza, a los consumidores e inversores, pero que tambi¨¦n reflejaba su preocupaci¨®n por lo que pod¨ªa suceder.

Y el Banco Central Europeo (BCE) respald¨® inmediatamente este empuj¨®n, con una bajada del mismo porcentaje hasta el 3,75% en la eurozona, ante la falta de confianza en los mercados financieros. Tras una reuni¨®n urgente del Consejo de Gobierno de la entidad por teleconferencia, el BCE difundi¨® un comunicado justificando la bajada de tasas en 'los recientes acontecimientos en EE UU, que podr¨ªan afectar negativamente a la confianza en la zona euro, reduciendo las expectativas de crecimiento a corto plazo'.

Tanto se hab¨ªa insistido en el ejemplo que iba a dar Wall Street y en el s¨ªmbolo que representaba su esfuerzo, que las horas previas a la sesi¨®n de apertura estuvieron rodeadas de una extraordinaria tensi¨®n, s¨®lo aliviada por el r¨¢pido movimiento de Alan Greenspan, al frente de la Reserva Federal. Los tipos de inter¨¦s quedaban situados al 3%, los m¨¢s bajos desde hace m¨¢s de siete a?os.

A¨²n as¨ª, la primera hora fue de mucho miedo; las ¨®rdenes de venta llegaron en cascada y hundieron el ¨ªndice Dow Jones hasta niveles de 1999. Poco a poco, el ambiente se fue caldeando y el desplome pareci¨® controlarse para luego volver con fuerza.

Los expertos calculaban que si la bajada se manten¨ªa al cierre del Dow Jones en torno al 5% significar¨ªa que la situaci¨®n estaba dentro de lo tolerable, pero a ¨²ltima hora rondaba ya el 6%, y todo el mundo esperaba que el gobierno anunciara nuevas medias y recortes fiscales para animar el consumo e infundir mas confianza.

Por su parte, la Casa Blanca intent¨® tranquilizar a los inversores tras la ca¨ªda. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, asegur¨® que 'la ca¨ªda no es inesperada', y subray¨® que a pesar de las p¨¦rdidas de los mercados los indicadores fundamentales de la econom¨ªa estadounidense siguen 'muy s¨®lidos'.

Vuelve la vida a Wall Street

Lo importante, insistieron los responsables de la Bolsa y de los principales centros financieros del pa¨ªs, es que la vida ha vuelto a Wall Street, aunque sea de una forma algo extra?a, con polvo, ejecutivos con mascarillas, soldados en uniforme de campa?a por las calles y una zona todav¨ªa cerrada a cal y canto.

Los mercados de Nueva York tienen que estar abiertos porque son una pieza b¨¢sica del sistema; manejan en un d¨ªa casi el 50% de todos los t¨ªtulos, bonos y acciones que se negocian en el mundo. Pueden soportar grandes ca¨ªdas pero no pueden sorpotar la inactividad.

En los momentos previos, muchos de los m¨¢s importantes ejecutivos financieros de la ciudad mantuvieron reuniones y conversaciones telef¨®nicas entre s¨ª para analizar posibles escenarios. Uno de los inversores m¨¢s conocidos de Estados Unidos, Warren Buffet, acept¨® salir ante las c¨¢maras de la CBS para explicar su posici¨®n. 'No tengo intenci¨®n de vender nada esta ma?ana', dijo, 'pero este pa¨ªs no es diferente del que era hace una semana'.

Buffet se refer¨ªa a un hecho incontestable. La Bolsa de Nueva York estaba atravesando malos momentos antes de que se produjera el atentado y lo l¨®gico es que la crisis actual aumentara el efecto depresor.

Los expertos afirmaban ayer, sin embargo, que la bajada sufrida por Wall Street, tras permanecer cerrada cuatro d¨ªas, no se debe s¨®lo a la repercusi¨®n de las p¨¦rdidas que ya han sufrido numerosas empresas, sobre todo del sector de aviaci¨®n, viajes y seguros, sino tambi¨¦n de que los inversores tienen miedo y est¨¢n descontando parte de la incertidumbre que provocan las posibles represalias militares que prepara Washington.

Seg¨²n fueron pasando las horas, el nerviosismo de los inversores se fue haciendo m¨¢s evidente. De nada sirvi¨® que algunas de las mayores empresas del pa¨ªs se lanzaran a realizar compras de sus propias acciones para intentar frenar la caida. Cisco System (inform¨¢tica) fue una de las primeras en anunciar que como ten¨ªa previsto iniciaba la recompra de sus acciones; poco despu¨¦s la siguieron Starbucks y varias de las aseguradoras m¨¢s importantes del pa¨ªs.

Cr¨ªticas

Seg¨²n se iban comprobando los niveles de la ca¨ªda, algunas voces comenzaron a criticar que la Bolsa hubiera abierto sin ning¨²n tipo de controles o restricciones, pero esa posibilidad ya hab¨ªa sido rechazada por Richard Grasso al empezar la jornada. Para el presidente de la Bolsa de Nueva York era inconcebible poner l¨ªmites a las ¨®rdenes de venta o a los niveles de operaciones posibles. 'No va a haber restricci¨®n alguna', dijo al abrir la sesi¨®n y se mantuvo as¨ª durante toda la jornada.

Grasso asegur¨® minutos antes de la apertura de la sesi¨®n que 'el lunes pasado Wall Street era el centro financiero del mundo, lo es este lunes [por ayer] y lo seguir¨¢ siendo'. Grasso subray¨® que 'las torres han ca¨ªdo, pero el World Trade Center sigue en pie'.

Poco a poco, el cansancio de los operadores, exhaustos tanto f¨ªsica como emocionalmente, se empez¨® a notar. Pero la inmensa mayor¨ªa aguant¨® a pie firme un d¨ªa bastante triste. La Bolsa hab¨ªa abierto despu¨¦s del cierre m¨¢s prolongado de su historia (excepci¨®n hecha de la Gran Depresi¨®n cuando los mercados y los bancos de Nueva York estuvieron cerrados toda una semana) y en unas condiciones muy dif¨ªciles y la respuesta del dinero y de los inversores estaba siendo m¨¢s nerviosa de lo esperado.