'En seis meses no habr¨¢ 'burkas' en las calles de Kabul'

Sima Samar tiene por delante una de las misiones m¨¢s dif¨ªciles del Gobierno provisional afgano: integrar a las mujeres en la vida social, pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs tras a?os de dominio talib¨¢n. Samar, de 45 a?os, ha vivido en el exilio buena parte de su vida y regres¨® a Kabul para hacerse cargo del Ministerio para Asuntos de la Mujer en el Gabinete del presidente Hamid Karzai, que tom¨® posesi¨®n el pasado 22 de diciembre con un mandato de seis meses. Esta mujer de etnia hazara, que ejerce tambi¨¦n una de las cinco vicepresidencias del Gobierno y se declara independiente, ha dedicado los ¨²ltimos 16 a?os a dirigir en Quetta (Pakist¨¢n) una fundaci¨®n dedicada a atender a los refugiados afganos.

Samar est¨¢ convencida de que la actitud discriminatoria de la mayor¨ªa de los hombres afganos hacia la mujer, que ella atribuye a la 'cultura de la guerra', ir¨¢ cambiando poco a poco. Una de sus prioridades, afirma, ser¨¢ conseguir la m¨¢xima participaci¨®n de la mujer en la Loya Jirga, o asamblea tradicional afgana, que dentro de seis meses elegir¨¢ a un gobierno provisional para un periodo de dos a?os.

La ministra se expresa con seguridad en perfecto ingl¨¦s, aprendido durante su infancia en la provincia de Helmand, al sur del pa¨ªs, gracias a los Cuerpos de Paz estadounidenses.

Pregunta. ?Qu¨¦ ha hecho su departamento en estas dos ¨²ltimas semanas?

Respuesta. Nada especial. A¨²n estamos buscando un edificio para instalar nuestro ministerio. He visto algunos, pero est¨¢n en muy mal estado a causa de tantos a?os de guerra. Kabul est¨¢ tan destruido que es muy dif¨ªcil encontrar un sitio, y me gustar¨ªa trabajar de manera independiente, sin tener que compartir el espacio con otros ministros.

P. ?Cu¨¢les son sus planes para los pr¨®ximos seis meses?

R. Quiero dejar unos cimientos profundos para que dentro de seis meses, aunque yo no siga en el puesto, haya un ministerio fuerte que defienda los derechos de las mujeres. Ya he pedido a mis compa?eros de Gobierno que den empleo a mujeres en puestos de responsabilidad, en los que se tomen decisiones, y que no s¨®lo las contraten como secretarias. He conseguido cambiar la direcci¨®n del hospital de Malalay, especializado en ginecolog¨ªa, que ha pasado de las manos de un hombre a las de una mujer.

P. ?Ha comenzado el Gobierno provisional a debatir cu¨¢l ser¨¢ la participaci¨®n de la mujer en las futuras instituciones pol¨ªticas de Afganist¨¢n, como la Loya Jirga?

R. Hemos comenzado a discutir sobre la presencia de mujeres en la comisi¨®n independiente encargada de convocar la Loya Jirga y sobre el n¨²mero de mujeres que participar¨¢ en esta asamblea. Hemos conseguido que en el comit¨¦ haya dos mujeres entre 21 miembros. No estoy muy contenta con esa proporci¨®n, pero al menos es algo mayor que en el Gobierno, donde somos dos mujeres y 28 hombres. Estamos intentando lograr que en la Loya Jirga haya un 20% de mujeres, porcentaje que considero suficiente. En el futuro deber¨ªa haber muchas m¨¢s mujeres en el Gobierno.

P. ?C¨®mo han reaccionado los dem¨¢s ministros a la presencia de dos mujeres en el Gabinete?

R. Mucho mejor de lo que esper¨¢bamos, pero todav¨ªa no hemos tocado ning¨²n asunto delicado. Ya veremos...

P. En las calles de Kabul da la impresi¨®n de que la mujer a¨²n no se ha incorporado a la vida p¨²blica, y la mayor¨ªa sigue vistiendo el burka.

R.Es verdad, pero tenga en cuenta que las mujeres est¨¢n intentando encontrar trabajo y vivir sus propias vidas. No es f¨¢cil salir de casa despu¨¦s de cinco a?os de r¨¦gimen talib¨¢n y quitarse el burka. Adem¨¢s, todos esos hombres armados por la calle las intimidan, y por eso la mayor¨ªa de las mujeres est¨¢n a favor de que vengan tropas internacionales a mantener el orden.

P. Entonces, ?veremos pronto mujeres sin burka paseando por Kabul?

R. Creo que s¨ª. En los pr¨®ximos seis meses, de manera gradual, dejaremos de ver burkas por las calles. Cuando comience el curso escolar, en primavera, las profesoras han dicho que no ir¨¢n con ¨¦l a las clases.

P. Muchos maridos afganos todav¨ªa no permiten salir a la calle a sus mujeres. ?Va a ser f¨¢cil cambiar esa mentalidad?

R. En general, creo que la mentalidad del hombre afgano no est¨¢ contra la mujer. Su actitud en los ¨²ltimos a?os ha sido resultado de una cultura de la guerra y cambiar¨¢ cuando el pa¨ªs logre la estabilidad. Yo voy por la calle sin burka y nadie ha puesto ninguna objeci¨®n.