"Camilo fue mi maestro y el mejor amante"
Marina Casta?o afirma que 'nadie conoc¨ªa a Camilo Jos¨¦ Cela'
Marina Casta?o no sabe en qu¨¦ habitaci¨®n meterse. Todo el mundo quiere besarla, todo el mundo le da apoyo, le recuerdan a Camilo. Una mujer le planta un ejemplar de un peri¨®dico para que lo firme y se lo dedique encima de la foto de su esposo, muerto el jueves. Su cuerpo reposa metido en un peque?o cuarto de la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela, en Iria Flavia, la localidad coru?esa donde el Nobel naci¨® hace 85 a?os, custodiado por dos hombres vestidos de maceros de gala. Marina quiere sentarse y entra en otro habit¨¢culo que es una biblioteca en el que est¨¢ presente el olor de 21 coronas de flores. All¨ª se cierra la puerta y empieza a hablar, m¨¢s relajada. '?Fumas?, ?no? Voy a conseguir un cigarro y hablamos'. Enciende el pitillo y contesta, hablando del escritor en presente.
'El valor de su legado es alt¨ªsimo pero no quiero hablar de cifras, es de mala educaci¨®n'
'En una pareja hay que interpretar muchos papeles. Yo trat¨¦ de hacerlos todos'
Pregunta. Ayer, en el d¨ªa de la muerte de Camilo Jos¨¦ Cela, prevaleci¨® en los recuerdos la obra frente a los exabruptos. ?A usted c¨®mo le gustar¨ªa que se le recordase?
Respuesta. En su dimensi¨®n humana. No lo conoce nadie. Nadie sabe hasta qu¨¦ punto es generoso, y su entrega era total. Este se?or mismo que estaba aqu¨ª era un presidiario de Almer¨ªa, todo un personaje con el que tuvo una relaci¨®n de a?os y que le llamaba t¨ªo Camilo.
P. ?Y no cree que se ha hablado poco de su capacidad para la experimentaci¨®n literaria?
R. Muy poco. Una obra como Madera de boj representa su capacidad para ensayar siempre nuevas formas. ?l era vanguardista, siempre estaba obsesionado con hacer cosas diferentes. Hasta el final lo prob¨® todo. Ten¨ªa empezadas tres novelas.
P. ?Sobre qu¨¦?
R. Bueno, no lo s¨¦, cuando empezaba una novela siempre lo dec¨ªa. Soltaba: 'He empezado una novela', pero no sab¨ªa por d¨®nde iba a tirar, por d¨®nde empezar, y hablaba poco de los temas.
P. ?Y todo lo que acab¨® en vida est¨¢ publicado o vamos a contar con alguna sorpresa?
R. Est¨¢ todo publicado. Nunca guard¨® una p¨¢gina en el caj¨®n. Lo ¨²ltimo fue un poema que escribi¨® para el d¨ªa de fin de a?o de 2001 y que ley¨® a unos amigos con quienes compartimos la cena. Yo no quise que saliera a la luz porque era muy ¨ªntimo pero finalmente he decidido que se publicase porque todos tienen derecho a conocerlo y yo no puedo ser tan ego¨ªsta como para guard¨¢rmelo.
P. ?Queda alg¨²n deseo del escritor sobre la fundaci¨®n que no pudo cumplir en vida?
R. La fundaci¨®n est¨¢ completa. S¨®lo queda empujarla para arriba, darle una dimensi¨®n internacional. Aqu¨ª se puede estudiar toda su obra, realizar tesis doctorales, hay 40.000 ejemplares de fondo, una pinacoteca, una magn¨ªfica colecci¨®n de revistas literarias, un epistolario fabuloso ordenado, clasificado, que hay que dar a conocer. ?l quer¨ªa que ¨¦ste fuera un lugar para empaparte de cultura.
P. ?Y el proyecto de esta casa lo llev¨® desde siempre en la cabeza?
R. S¨ª. No quer¨ªa nada para s¨ª mismo, todo est¨¢ aqu¨ª, manuscritos valios¨ªsimos que universidades americanas quer¨ªan comprar a toda costa y por los que ofrec¨ªan much¨ªsimo dinero. Pero nunca los vendi¨®. Camilo no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s por el dinero y eso que su legado est¨¢ tasado en un valor alt¨ªsimo.
P. ?Cu¨¢nto?
R. No quiero decir cifras, porque es de mala educaci¨®n, pero le puedo asegurar que es mucho dinero.
P. El jueves vimos c¨®mo Camilo Jos¨¦ Cela Conde se acerc¨® a despedir a su padre. ?Ha podido hablar con ¨¦l? ?C¨®mo est¨¢n sus relaciones?
R. Estos dos d¨ªas ha habido mucha gente y todos hemos tenido que atender a quien ha venido a verle y estar con ¨¦l.
P. Las pol¨¦micas con algunos escritores gallegos sobre si a Cela se le pod¨ªa considerar realmente un escritor de su tierra con todas las letras por el hecho de no escribir en su lengua, ?le empeque?ecen o le engrandecen?
R. Esas pol¨¦micas suponen restar y no sumar. Son negar a Valle-Incl¨¢n, a Torrente Ballester, escritores important¨ªsimos a los que no se puede reducir por el hecho de escribir en una lengua solamente. Camilo es gallego hasta la m¨¦dula y de hecho todo lo que ten¨ªa est¨¢ hoy en Galicia.
P. En los ¨²ltimos meses, cuando ha sufrido m¨¢s intensamente su enfermedad, ?c¨®mo ha podido soportarlo un hombre tan vital?
R. ?l siempre ha querido mantener su vitalidad y yo he contribuido a ello. Siempre quise quitarle de la cabeza la idea de la enfermedad y creo que ¨¦l estaba convencido de que no sufr¨ªa nada, pienso que lo consegu¨ª. Aunque le daba mucha pena no poder estar f¨ªsicamente en homenajes como el que se hizo cuando se cumplieron los 50 a?os de La colmena, pero no le era posible salir de casa. ?l se sent¨ªa muy orgulloso de que yo fuera all¨ª en representaci¨®n suya. Siempre me daba instrucciones muy rigurosas. Me exig¨ªa estar a la altura y para cuando llegara este momento me dijo que deb¨ªa mostrar entereza y que nunca me deb¨ªa ver nadie con los pies por alto, nunca.
P. O sea, que segu¨ªa con la man¨ªa de su caballerosidad, hasta el final.
R. Lo fue, desde luego, hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Repito que nadie lo conoc¨ªa. Pero su educaci¨®n era exquisita, a pesar de sus salidas de tono.
P. ?Y usted no lo pasaba mal cuando montaba sus m¨²ltiples espect¨¢culos?
R. Yo lo pasaba muy mal y despu¨¦s se lo dec¨ªa. Cuando sal¨ªamos de casa, como ya lo sab¨ªa, me tomaba mis precauciones. Y ¨¦l al llegar a cada sitio advert¨ªa que ya ven¨ªa 'aleccionado' de casa.
P. En fin, que tuvo usted que ser tambi¨¦n un poco madre.
R. Fui un poco madre, s¨ª. En una pareja hay que interpretar muchos papeles: madre, amante, amiga, sirvienta, colega, recadera. Yo trat¨¦ de hacerlos todos.
P. ?Y ¨¦l, qu¨¦ papel interpret¨® en su matrimonio?
R. ?l era mi maestro y el mejor amante del mundo.
P. Ya que dice que nadie le conoci¨® realmente, ?qu¨¦ recomendar¨ªa usted para acercarse a ¨¦l, sobre todo a esa gente que le gusta tanto juzgarle?
R. Leer su obra, sin duda. Leerla y releerla, porque tanta gente ha desaprovechado la oportunidad de descubrirlo y de hablar de ¨¦l sin conocerle... Y se le pod¨ªa conocer bien, acerc¨¢ndose a ¨¦l, mir¨¢ndole a los ojos era como mejor se le pod¨ªa conocer.
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