Portugal piensa ahora en Espa?a
Un consejero del presidente luso defiende compartir la organizaci¨®n de la Eurocopa 2004
El ex ministro de Obras P¨²blicas y Planeamiento durante la primera legislatura de Ant¨®nio Guterres (1995-1999), el socialista Jo?o Cravinho, defiende que Portugal deber¨ªa compartir con Espa?a la organizaci¨®n de la Eurocopa de 2004, a la vista de la situaci¨®n econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs, las dificultades para la construcci¨®n de algunos estadios y el escaso p¨²blico que, tras la cita europea, frecuentar¨ªa, sobre todo, las instalaciones del interior del pa¨ªs.
Fiel amigo y consejero de Estado del presidente de la Rep¨²blica, Jorge Sampaio (quien el lunes interrumpi¨® unos d¨ªas de vacaciones para almorzar con el Rey en Madrid), Cravinho cree que la soluci¨®n ser¨ªa obtener la colaboraci¨®n de algunos estadios pr¨®ximos a Portugal, 'desde Vigo a Sevilla, incluyendo Valladolid, pero sin involucrar a Madrid'.
Nombrado consejero de Estado por designaci¨®n presidencial, Cravinho afirm¨® en la noche del lunes que el proyecto para la construcci¨®n de diez nuevos estadios (siete nuevos y tres grandes remodelaciones) fue decidida 'con alguna ligereza', dado que, 'despu¨¦s de 2004, ni de lejos ni de cerca, tendr¨¢n p¨²blico para aquellas dimensiones, para aquellas capacidades y para ese costo'.
Los grandes estadios, como los del Benfica, Oporto y Sp¨®rting de Lisboa, tendr¨¢n una capacidad para 50.000-60.000 espectadores, mientras el resto rondar¨¢n los 30.000. Los estadios portugueses raramente suelen llenarse, especialmente los peque?os que no suelen superar los 10.000 espectadores. El Estado se ha comprometido a subvencionar el 25% de cada una de esas instalaciones deportivas, mientras el resto deber¨¢ ser pagado por los clubes. El presupuesto de esos estadios supera los 325 millones de euros (unos 54.000 millones de pesetas), sin contar las obras de acceso a las instalaciones y aparcamientos. Varios alcaldes ya han asegurado que los presupuestos iniciales han aumentado significativamente por falta de previsi¨®n y no descartaban que las obras parasen hasta la resoluci¨®n de esas divergencias.
Cravinho reconoce que su idea fue 'muy mal recibida' en algunas conversaciones privadas donde se sinti¨® como 'una especie de traidor a la patria'. El asunto promete una fuerte controversia dado que algunos economistas y comentaristas pol¨ªticos coinciden con el an¨¢lisis del consejero de Estado, pero tal decisi¨®n podr¨ªa ser considerada como 'una humillaci¨®n nacional' en los medios nacionalistas portugueses. Los recelos hist¨®ricos hacia Espa?a ofrecen serias resistencias a esa alternativa y, especialmente, ante una campa?a electoral para las pr¨®ximas elecciones del 17 de marzo.
Uno de los m¨¢s destacados y pol¨¦micos columnistas de Portugal, Vasco Pulido Valente, defend¨ªa el pasado fin de semana en el Di¨¢rio de Not¨ªcias el abandono absoluto del proyecto. Pulido Valente afirma que 'Portugal debe desistir' a favor de cualquiera de 'una media docena de pa¨ªses europeos preparados para organizar sin esfuerzo el Euro-2004'. A su juicio, Portugal no debe sostener el gasto 'de una absurda cantidad de estadios que exceden largamente la dimensi¨®n y el dinero de nuestro pobre f¨²tbol'. Y a?ade: 'La decencia manda que no se comience ahora a buscar culpables, cuando en su momento nadie abri¨® la boca contra esta aventura sin sentido. Hoy lo importante es salir del problema'.
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