El Tau engrandece el torneo

El baloncesto es imprevisible. Tambi¨¦n, por supuesto, la Copa del Rey, una competici¨®n que engrandecieron ayer el Tau y el Unicaja en un partido c¨ªclico, inexplicable. Un equipo, el del maestro Maljkovic, existi¨® y lo domin¨® durante tres cuartas partes. Pero desapareci¨® y dio paso a otro, el del alumno Ivanovic, que despu¨¦s de vagar todo el partido en una pat¨¦tica exhibici¨®n de impotencia, regal¨® 12 minutos descomunales.

En 40 minutos se vivieron dos vidas completas, en las que los planes iniciales de los dos entrenadores yugoslavos acabaron por los suelos. Maljkovic e Ivanovic coincidieron en llevar el juego dentro de la zona y en esos dos palmos de la pista se movi¨® el partido. Fue un choque de trenes, con unos vagones de cuidado: la movilidad de Abrams, un bailar¨ªn sobre el parqu¨¦ al que Maljkovic mima; los rebotes ofensivos y el baloncesto innato del irregular Tomasevic; el trabajo oscuro y tremendamente eficaz de Kornegay; como el de Oberto, siempre bailando con la m¨¢s fea; Scola, que ve el aro m¨¢s grande que nadie; la intimidaci¨®n del largu¨ªsimo Weis... Muchos p¨ªvots. Todos jugadores valiosos y cuyo resultado se termin¨® equiparando. Pero, al final, estos partidos que se juegan en la pintura durante el 90% del tiempo y tan igualados en el interior acaban resolvi¨¦ndose en el lugar no elegido, en el exterior. Es decir, el equilibrio es indispensable. No s¨®lo pueden jugar dos en un equipo de cinco.

La conclusi¨®n vale para cualquiera de los dos equipos. El Unicaja tuvo el partido ganado, en sus manos. Con un baloncesto impecable, abrum¨® al Tau y a la grada del pabell¨®n Buesa Arena. El Baskonia, aseado en casi todo, no tuvo juego exterior y no encontr¨® soluciones. Se hundi¨® hasta tocar fondo en el minuto 28 (39-53). El partido parec¨ªa sentenciado.

Pero no fue as¨ª. Ivanovic, que hab¨ªa rebuscado en su chistera y se hab¨ªa quedado sin conejos, encontr¨® un ¨²ltimo hilo de inspiraci¨®n: colocar a los dos bases, Bennett y Corchiani, juntos, como en los viejos tiempos, como cuando ganaba el a?o pasado cada vez que jugaba en Grecia, como en Tel Aviv hace diez d¨ªas. El t¨¢ndem no s¨®lo funcion¨®. Arras¨®. El panorama cambi¨® radicalmente, hasta el punto de endosar un parcial de 20-0 al Unicaja (59-53) en poco m¨¢s de ocho minutos. Una situaci¨®n parecida al partido de Liga entre esos mismos equipos, pero a la inversa. El Unicaja sufri¨® el efecto bumer¨¢n. Se qued¨® sin aleros, sin tiro, sin respuesta. Y sin final.