La industria alemana vive las primeras huelgas por un alza salarial del 6,5%
Schr?der y el BCE siguen de cerca el conflicto del sector del metal
El sindicato metal¨²rgico e industrial alem¨¢n IG Metall, con casi tres millones de afiliados, inici¨® ayer las primeras protestas para respaldar la exigencia de un aumento salarial del 6,5% este a?o, lejos de la oferta patronal del 2%. En el este del pa¨ªs, m¨¢s de 5.000 empleados dejaron de trabajar una hora. Las llamadas 'huelgas de aviso' aumentar¨¢n a medida que se acerque el desenlace de la negociaci¨®n del convenio, a finales de abril.
El pulso entre sindicato y patronal es observado con atenci¨®n tanto por el Banco Central Europeo (BCE), que teme presiones inflacionistas, como por el Gobierno alem¨¢n, centrado ya en las elecciones del 22 de septiembre. De desatarse el conflicto y lograr sustanciales aumentos salariales, la recuperaci¨®n de la econom¨ªa alemana podr¨ªa correr peligro. Esto tambi¨¦n pondr¨ªa en aprietos al canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der, que precisa tanto de la mejora de la coyuntura como del apoyo de las bases sindicales para vencer a su contrincante conservador, Edmund Stoiber.
Los paros de ayer, restringidos al este del pa¨ªs, son apenas el inicio de una serie de protestas que tomar¨¢n fuerza a partir del Viernes Santo y se prolongar¨¢n durante las dos primeras semanas de abril, seg¨²n explic¨® ayer un portavoz del poderoso sindicato, con casi 2,8 millones de afiliados. En varias regiones, las negociaciones de convenio ya est¨¢n en marcha desde mediados de febrero, sin que hasta ahora ambas partes hayan logrado acercar sus posiciones. Aparte de un aumento salarial del 6,5%, IG Metall exige la r¨¢pida adopci¨®n de una escala salarial que pondr¨ªa en igualdad de condiciones a los trabajadores y al personal administrativo de las empresas y un aumento de 55 euros en las remuneraciones percibidas por los aprendices.
Ritual
En un proceso de negociaci¨®n altamente ritualizado, que se est¨¢ repitiendo este a?o una vez m¨¢s, las 'huelgas de aviso' y las exigencias maximalistas suelen ser contestadas con indignadas negativas de la patronal y con m¨¢s o menos expl¨ªcitas advertencias acerca de los efectos que podr¨ªan tener estos aumentos sobre la inflaci¨®n por parte de la autoridad monetaria (antes el Bundesbank, hoy el BCE).
Hace dos a?os, el sindicato IG Metall comenz¨® pidiendo un incremento del 5,5% para, al final, acordar un 3% en ese mismo ejercicio y un 2,1% en 2001. La duraci¨®n del convenio fue fijada en dos a?os, lo cual se consider¨® un importante avance. En aquella ocasi¨®n, no obstante, no se recurri¨® a verdaderas huelgas, una medida de presi¨®n que los l¨ªderes del IG Metall no quieren excluir ahora.
De hecho, los ¨¢nimos est¨¢n m¨¢s caldeados. Tanto entre los dirigentes (dos de los cuales se est¨¢n disputando la sucesi¨®n del actual presidente, Klaus Zwickel) como entre las bases sindicales se subraya que la moderaci¨®n salarial de las pasadas negociaciones contrasta con el 3% que creci¨® la econom¨ªa en 2000 y con un aumento del 64% en los sueldos de los directivos de las empresas que pertenecen al ¨ªndice burs¨¢til DAX entre 1998 y 2000. El IG Metall tambi¨¦n recalca que, el a?o pasado, el 2,1% de aumento ni siquiera compens¨® una inflaci¨®n media del 2,5%.
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