La Ley de FP, un cambio sin visi¨®n de futuro

En estos ¨²ltimos 50 a?os, la formaci¨®n profesional ha sufrido una serie de transformaciones que, en algunos casos, han supuesto cambios de gran calado. En este art¨ªculo me voy a referir a las dos ¨²ltimas, es decir, a la Ley General de Educaci¨®n, de 1970, y a la LOGSE, de 1990.

La Ley General de Educaci¨®n defin¨ªa una formaci¨®n profesional nueva, bien estructurada, con visi¨®n de futuro, y con aspectos muy innovadores, ya que situaba tres niveles, la FP1 y FP2 como un itinerario posterior a la EGB y al BUP, y la FP3 como salida corta tras el primer ciclo de la universidad. Adem¨¢s, inclu¨ªa en el curr¨ªculo la posibilidad de hacer pr¨¢cticas en empresas, algo que ya entonces se consideraba fundamental para el desarrollo formativo del alumnado.

El problema, como casi siempre, surgi¨® con el desarrollo de esa ley. En 1974 se public¨® un decreto que, aunque te¨®ricamente pretend¨ªa ordenar y desarrollar lo dispuesto en la Ley General de Educaci¨®n, en realidad lo ¨²nico que consigui¨® fue desarticular y diluir todas las nuevas innovaciones. Haciendo m¨¢s de lo mismo, consumando una oportunidad perdida, la FP1 se convirti¨® en un nivel educativo para alumnos excluidos del sistema, la FP2 profesionalizaba sin implantaran unas pr¨¢cticas en empresa bien estructuradas, y la FP3 ni siquiera se puso en marcha.

Con la LOGSE, la formaci¨®n profesional volvi¨® a tener la posibilidad de dar un cambio dr¨¢stico, absolutamente necesario, que cambiara esa imagen de estudios alternativos para gente que no puede cursar el bachillerato, y que ajustara la formaci¨®n a las necesidades reales de los sistemas productivos. La LOGSE, oportunamente, plante¨® una nueva concepci¨®n y ordenaci¨®n tanto de la profesionalidad del alumnado como de la propia FP. De acreditar formaci¨®n, se paso a acreditar competencia profesional, t¨¦rmino que se ha convertido en un referente para las formaciones profesionales de los pa¨ªses m¨¢s avanzados de la Uni¨®n Europea.

Cuando transcurrido un tiempo se propone redactar y aprobar una nueva ley, se supone que se hace porque existe necesidad de ello. Los cambios que se est¨¢n produciendo en la econom¨ªa, en las nuevas y renovadas tecnolog¨ªas y en la sociedad en general, as¨ª como la evoluci¨®n que est¨¢n teniendo los sectores productivos para dar respuesta a esos cambios, hacen que la formaci¨®n profesional necesite adecuarse, estructurarse y organizarse de una manera m¨¢s flexible.

En la Uni¨®n Europea pa¨ªses como el Reino Unido, Irlanda, Holanda y Finlandia han dise?ado un nuevo modelo de formaci¨®n profesional flexible, adaptado a las necesidades actuales y amparado en leyes recientes, avanzadas en su concepci¨®n, participativas y descentralizadas. Concretamente, en el caso del Reino Unido, a trav¨¦s de diferentes normas reguladoras han configurado uno de los modelos m¨¢s flexibles, descentralizados y avanzados de Europa.

En el Pa¨ªs Vasco, buscando y trabajando una evoluci¨®n y desarrollo paralelo al de la FP europea, llevamos a?os verificando de manera clara y precisa el buen funcionamiento de todo el sistema, llevamos a?os aplicando medidas que hacen posible que nuestra formaci¨®n profesional eduque integralmente y responda con garant¨ªas y calidad a las necesidades de las empresas.

Hemos conseguido prestigiar socialmente la FP, hemos integrado los tres subsistemas de formaci¨®n profesional en un modelo con un ¨²nico referente profesional, aseguramos calidad y excelencia en cuanto a actualizaci¨®n y especializaci¨®n tanto de la formaci¨®n inicial, como de la formaci¨®n continua. Desde las instituciones vascas y gracias a la profesionalidad, a la confianza y al esfuerzo de un profesorado altamente competente e ilusionado por las mejoras y la innovaci¨®n, hemos creado una red de centros integrales en los que se imparten acciones formativas de toda la formaci¨®n profesional.

?sta es nuestra realidad, sin embargo, entendemos que en estos momentos todo apunta a que es necesaria una nueva Ley de Formaci¨®n Profesional que desarrolle campos que se preve¨ªan en la LOGSE y que no se han desarrollado. Una nueva ley que, desde el ingenio y siempre mirando al progreso, establezca medidas que nos permitan adaptarnos a los trepidantes cambios que se est¨¢n produciendo en la sociedad actual.

Sin embargo, una vez m¨¢s y desgraciadamente, la historia se repite en cuanto a oportunidades perdidas. El proyecto de ley presentado por el Ministerio de Educaci¨®n, corto en sus planteamientos e insuficiente en su fondo plantea modernizar desde planteamientos que se han quedado viejos, que ya est¨¢n superados. La propuesta del PP representa un cambio sin mejora para este ¨¢mbito de la educaci¨®n, la FP, tan sensible a las necesidades de cada momento, tan necesitado de constante adaptaci¨®n y puesta al d¨ªa.

Esta Ley de FP no servir¨¢ de cara al futuro, no es una buena ley porque no apuesta por el futuro, no mira hacia adelante y se vuelve a anclar en conceptos antiguos, en una especie de 'm¨¢s de lo mismo' buscando innovaci¨®n s¨®lo en las denominaciones, pero no en los planteamientos. El Gobierno del Estado con esta ley no se atreve a asumir los cambios que el sistema educativo necesita para avanzar en sinton¨ªa con Europa, cambios imprescindibles a la hora de modificar estructuras y conceptos desfasados e ineludibles a la hora de concebir una formaci¨®n profesional con visi¨®n de futuro.

Adem¨¢s, el respeto al escenario pol¨ªtico actual, el respeto a las reglas de juego que democr¨¢ticamente nos hemos dado, obliga al PP a potenciar el trabajo conjunto, de colaboraci¨®n y cooperaci¨®n con Gobiernos auton¨®micos que, desde el matiz y la experiencia, tanto podemos aportar. Si esto no es as¨ª, si se persiste en el texto, repetiremos el fracaso que se produjo con la Ley General de Educaci¨®n de 1970 y perderemos la oportunidad de situar a la FP en el lugar estrat¨¦gico que le corresponde.

La formaci¨®n profesional debe consolidarse como una alternativa de formaci¨®n que armonice las necesidades de las personas, las empresas y la sociedad en general. La Ley de Formaci¨®n Profesional no representa ninguna ayuda, no ser¨¢ ¨²til en el dise?o de un nuevo marco de relaci¨®n entre los sistemas formativos y productivos cuyas repercusiones en el mercado laboral y en la gesti¨®n de recursos humanos no han hecho sino esbozarse en el horizonte de este siglo.

Anjeles Iztueta es la consejera de Educaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.