Sostiene Ca?ete
El autor cuestiona la pol¨ªtica que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura y defiende la modulaci¨®n en el reparto de ayudas a las explotaciones agrarias.
Sostiene Ca?ete que algunas organizaciones agrarias -l¨¦ase Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA)- pretenden confundir a la opini¨®n p¨²blica lanzando un falso debate sobre la modulaci¨®n de las ayudas agrarias, consistente en el m¨¦todo Robin Hood, por el cual se quita de aquellos que reciben m¨¢s para d¨¢rselo a los agricultores menos favorecidos.
Coincide su aseveraci¨®n el mismo d¨ªa -el pasado 23 de marzo- en que se manifestaron decenas de miles de agricultores y ganaderos en Madrid, convocados por esta humilde organizaci¨®n, hasta ahora desconocida heredera del guardi¨¢n del bosque de Serwood.
En un pa¨ªs donde ya casi nada se debate en p¨²blico y, sobre todo, nada en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, s¨ª es saludable el debate con el ministro Ca?ete aunque est¨¦ desatinada la justificaci¨®n de su negativa a modular las ayudas de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n de la Uni¨®n Europea. Recordemos que hoy, al menos, es posible la controversia sobre la utilidad social de las ayudas agrarias porque, afortunadamente, ¨¦stas se han hecho visibles para los ciudadanos.
Las pol¨ªticas de desarrollo rural pueden ser un mecanismo de redistribuci¨®n de renta
El ministro no defiende el inter¨¦s general de los agricultores y ganaderos espa?oles
Antes de 1992, el presupuesto agrario proteg¨ªa las rentas de los agricultores y ganaderos garantizando el precio por la venta de sus producciones y ello lo pagaban los consumidores.
Desde esa fecha, y con la ratificaci¨®n de la Agenda 2000 en 1999, el gasto de la PAC se realiza habitualmente en ayudas directas y lo pagan los contribuyentes con sus impuestos, de modo que, guste o no, el se?or Ca?ete tendr¨¢ que aceptar que la sociedad pueda opinar hacia d¨®nde quiere que vayan sus impuestos y si, como suele generalmente aceptarse que los mismos financien servicios b¨¢sicos como la sanidad, la educaci¨®n o la seguridad, est¨¦ tambi¨¦n dispuesta a admitir que adem¨¢s sirvan para subvencionar multimillonariamente a latifundistas, especuladores o simples rentistas, s¨®lo por el hecho de tener m¨¢s tierras o m¨¢s cabezas de ganado.
No es una simplificaci¨®n, es un dato: el 0,6% de los perceptores reciben el 20% del total de ayudas (721 millones de euros). En este selecto grupo destacan las sociedades mercantiles (an¨®nimas, limitadas, etc.) y donde el 94% de las mismas se concentran en los tramos m¨¢s altos de ayudas con m¨¢s de 300.000 euros anuales por sociedad. Debe ser una forma m¨¢s moderna de hacer menos visibles a los verdaderos perceptores que encuentran acomodo confortable detr¨¢s de las siglas, SA o SL, sin que las mismas puedan confundir al lector como abreviaturas de Santiago Albacete o Saturnino L¨®pez, dos peque?os agricultores que trabajan la tierra heredada de sus padres.
Mantiene Ca?ete que deducir hasta el 20% en algunos perceptores de la PAC para mejorar las rentas de agricultores o ganaderos de zonas desfavorecidas o con limitaciones medioambientales, tal y como permite desde 1999 el reglamento comunitario, no tiene un papel de redistribuci¨®n de rentas ni de pol¨ªticas de desarrollo rural.
Sostiene la UPA que las pol¨ªticas de desarrollo rural pueden ser un mecanismo de redistribuci¨®n de rentas. Para que se entienda mejor, ?qu¨¦ es deducir el 20% del total de ayudas agrarias de la Casa de Alba para financiar rentas individuales de ganaderos en zonas de monta?a? Desarrollo rural, sin duda, ?verdad?
Constata Ca?ete que las comunidades aut¨®nomas que 'm¨¢s aportar¨ªan' a la modulaci¨®n ser¨ªan Andaluc¨ªa, Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha y Extremadura, y que su aplicaci¨®n provocar¨ªa deslocalizaci¨®n de las ayudas. Notable la preocupaci¨®n del ministro para que no pierdan ayudas tres comunidades aut¨®nomas gobernadas por los socialistas, s¨®lo contrastada por la agresividad mostrada hacia el presidente de la Junta de Extremadura por querer aplicar la modulaci¨®n en su regi¨®n, dado que en el Estado no se quiere aplicar. Pero sobre todo, el fervor autonomista esconde dos extremos no explicitados:
1. Las pol¨ªticas agrarias -recordemos los impuestos- son para ayudar ?a las hect¨¢reas o a las personas?
2. Siendo verdad que las hect¨¢reas se encuentran en Andaluc¨ªa o Extremadura, ?d¨®nde se ingresan fiscalmente las subvenciones recibidas?
Veamos. En aceite de oliva, segundo sector en volumen de ayudas despu¨¦s de los cultivos herb¨¢ceos, tan s¨®lo las 89 primeras solicitudes sacan fuera de Andaluc¨ªa 11 millones de euros, se?alando que 50 de ellas tienen personalidad jur¨ªdica y no f¨ªsica. En Extremadura, el 20% del total de las ayudas recibidas est¨¢n domiciliadas en Madrid, luego la deslocalizaci¨®n que preocupa al ministro, o sea, la movilidad del dinero, lleva tiempo produci¨¦ndose.
Aunque siempre hay alguna justificaci¨®n 'forgiana' que afirma que el hecho de que se reciban ayudas agrarias en la Gran V¨ªa de Madrid tiene correlaci¨®n con que anta?o fue una ca?ada real. De hecho, todav¨ªa hemos visto pasar ovejas por ella para rememorarlo. Debe ser esto.
Asevera Ca?ete que la modulaci¨®n aprobada en la Agenda 2000 podr¨ªa conducir a distorsi¨®n de los mercados, discriminaci¨®n y agravios comparativos entre agricultores. Afirmaci¨®n que desmiente una anterior -muy reciente- de 21 de noviembre de 2001 cuando su ministerio, presentando el Programa de Desarrollo Rural para las medidas de acompa?amiento en Espa?a a la Comisi¨®n Europea, afirma: 'Mientras los costes variables unitarios no siguen una ley definida y, por tanto, no tiende mon¨®tonamente a aumentar o disminuir en relaci¨®n con el n¨²mero de hect¨¢reas, los costes fijos y los costes totales (unitarios) tienden a disminuir conforme crece el n¨²mero de hect¨¢reas de SAU (superficie agraria ¨²til), produci¨¦ndose una renta extraordinaria inherente a las econom¨ªas de escala y por tanto, al tama?o de la explotaci¨®n en relaci¨®n con la superficie ¨®ptima. Asimismo, se genera una renta residual del factor tierra produci¨¦ndose por acumulaci¨®n un excedente econ¨®mico... En consecuencia, conviene prever una discriminaci¨®n positiva favorable a las peque?as y medianas explotaciones'. En pocas palabras, se predica en Bruselas y se niega el trigo en Madrid.
Tranquil¨ªcese el ministro cuando se preocupa por la distorsi¨®n de los mercados porque la rentabilidad global del trabajo y la remuneraci¨®n de capitales propios y del trabajo del empresario es m¨¢s del doble en las explotaciones susceptibles de ser moduladas. Adem¨¢s, si aplic¨¢ndose en Francia la modulaci¨®n ?c¨®mo es posible que la renta por ocupado sea el doble que la espa?ola? ?Claro!, porque son franceses.
C¨¢lmese el ministro cuando opina que la modulaci¨®n produce agravios comparativos entre agricultores, ya que, de producir algo, es desagravios ?En qu¨¦ sentido? Si medimos las ayudas recibidas en funci¨®n del empleo generado, cada euro de subvenci¨®n sostiene el triple de empleos en una explotaci¨®n con volumen bajo de ayudas que en las grandes perceptoras. (Fuente: Anexo 7 del Informe sobre la Aplicaci¨®n en Espa?a de la Modulaci¨®n de las Ayudas Directas de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n. MAPA).
Esto da para m¨¢s si Ca?ete sostiene el debate. UPA mantiene que el ministro no defiende el inter¨¦s general de los agricultores y ganaderos espa?oles. Por lo menos hasta el momento.
Fernando Moraleda es secretario general de UPA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.