Paz en Palestina y en el Mediterr¨¢neo
Hoy se inaugura en Valencia la llamada Conferencia Euromediterr¨¢nea, que re¨²ne peri¨®dicamente a los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados de la Uni¨®n Europea con sus hom¨®logos del sur de nuestro mar com¨²n, incluidos los de Israel y la Autoridad Nacional Palestina. Dicha conferencia es el instrumento cumbre de que dispone el proceso de cooperaci¨®n euromediterr¨¢neo iniciado en Barcelona en 1995.
Lo que voy a decir a continuaci¨®n puede sonar a ocurrencia o exabrupto. A boutade, si lo prefieren. Esta cumbre tiene ante s¨ª los siguientes supuestos: que tenga lugar en un ambiente de enfrentamiento abierto con una divisi¨®n tan seria que perjudique el futuro del proceso de cooperaci¨®n; que el enfrentamiento sea soterrado. En todo caso, es altamente improbable que al final de la reuni¨®n se emita un comunicado o conclusiones conjuntas de los representantes del sur y del norte del Mediterr¨¢neo. Quisiera explicarles en qu¨¦ me baso y adelanto que me gustar¨ªa equivocarme. Que la cooperaci¨®n fuera posible.
El proyecto de cooperaci¨®n euromediterr¨¢nea que Espa?a logr¨® concretar en 1995 tiene tres objetivos principales: crear una zona de libre comercio entre ese a?o y 2010; fomentar el conocimiento y entendimiento entre los pueblos y lograr un ¨¢rea de paz y estabilidad en el mare nostrum. En sus siete a?os de vida, el proceso ¨²nicamente ha logrado poner en marcha el primero y de manera imperfecta dada la manifiesta desigualdad de desarrollo econ¨®mico entre los pa¨ªses industrializados -los europeos- y los subdesarrollados. En esas circunstancias, ni el comercio es verdaderamente libre (un c¨²mulo de barreras aduaneras lo dificulta entre los propios pa¨ªses sure?os) ni justo, dadas las condiciones que impone el norte.
Lo grave del asunto, empero, est¨¢ relacionado con los otros dos objetivos. El proyecto de Barcelona naci¨® en un clima de optimismo -abierto en la Conferencia de Madrid de 1991 y reforzado por los Acuerdos de Oslo de 1993- en torno a la posible soluci¨®n del conflicto israelo-¨¢rabe-palestino. Optimismo que recibi¨® el primer gran mazazo precisamente en 1995, cuando el 4 de noviembre un jud¨ªo ultraortodoxo asesin¨® al primer ministro Isaac Rabin, principal impulsor israel¨ª del proceso de paz. Desde entonces, y como es sabido, a pesar de momentos de esperanza, todo ha ido de mal en peor. Hasta el d¨ªa de hoy, en que la intransigencia y la ausencia de voluntad de paz por parte de Ariel Sharon no solamente est¨¢n causando una masacre de palestinos (con la complicidad indirecta de la Administraci¨®n Bush, que la consiente y ante la vergonzosa inacci¨®n de la Uni¨®n Europea), sino tambi¨¦n alejando la posibilidad de cualquier acuerdo.
Creo que -estando as¨ª las cosas- no es dif¨ªcil compartir el criterio siguiente: no s¨®lo es imposible lograr el objetivo de paz y estabilidad para la regi¨®n, sino que ¨¦stas se ponen cada vez m¨¢s en peligro. La manifestaci¨®n en Rabat que, hace unos d¨ªas, reuni¨® a un mill¨®n de personas a favor del pueblo palestino y 'contra el terrorismo de Estado de Israel', en boca del primer ministro Yusufi, augura que la estabilidad ser¨¢ imposible sin paz en Palestina. Y supongo que convendr¨¢n conmigo en que, en este ambiente, promover el entendimiento entre los pueblos del sur, hermanos del palestino y que se sienten tan perseguidos como ¨¦l, y los pueblos de la Uni¨®n Europea no es tarea simple. Sobre todo cuando los del sur sostienen -con raz¨®n- que los del norte no hacemos nada serio para detener las masacres en Yen¨ªn y otras ciudades palestinas reocupadas ni para imponer una soluci¨®n pol¨ªtica a pesar de que podr¨ªamos intentarlo.
La conferencia de Valencia tendr¨ªa ¨¦xito y credibilidad para los pueblos del sur y para muchos que opinamos lo mismo en el norte si la Uni¨®n Europea pasara de las palabras a los hechos, con los medios que tiene a su disposici¨®n, en defensa no ya de la dignidad, sino de la supervivencia del pueblo palestino, puesta en peligro por la plaga b¨ªblica que representa Sharon. Ni la conferencia de Valencia ni el proceso de 'cooperaci¨®n' en el Mediterr¨¢neo son algo abstracto y aislable mec¨¢nicamente del conflicto israelo-¨¢rabe-palestino (subrayo ¨¢rabe a prop¨®sito), sino que est¨¢n determinados, 'contaminados', por ¨¦ste. Paz justa en Palestina equivale a cooperaci¨®n, progreso y estabilidad euromediterr¨¢neos.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.