Turqu¨ªa acaba con la magia de Senegal

En este partido el gol de oro s¨ª vali¨® y, rompiendo con la perversa l¨®gica que tanto se ha impuesto en este Mundial, lo anot¨® el equipo que mereci¨® ganar. Los neutrales en el estadio de Osaka, la gran mayor¨ªa de ellos japoneses, fueron a ver a Senegal dar otro recital de aquel f¨²tbol tan arriesgadamente seductor con el que venci¨® a Francia y conquist¨® al mundo, pero al final nadie cuestion¨® la justicia de la victoria turca.

Turqu¨ªa, la naci¨®n europea cuyo f¨²tbol ha progresado de manera m¨¢s espectacular a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, pas¨® a las semifinales de un Campeonato del Mundo por primera vez en su historia. Y por segunda vez en este torneo se enfrentar¨¢ a Brasil, que logr¨® una sufrida y pol¨¦mica victoria (2-1) en el primer partido que disputaron ambos equipos en la primera ronda.

Nadie podr¨¢ dejar de agradecer a la selecci¨®n senegalesa la intr¨¦pida alegr¨ªa de su f¨²tbol

Los inesperados ¨¦xitos del equipo de Gunes se deben a dos jugadores: Hasan Sas y Basturk

Por si la selecci¨®n brasile?a no lo acab¨® de entender entonces, ayer se demostr¨® con abrumadora claridad: Ronaldo, Rivaldo y compa?ia no lo tendr¨¢n nada f¨¢cil contra un equipo motivado, organizado, veloz, vertical y con admirable vocaci¨®n ofensiva. De repente, no suena absurdo proponer la tesis de que un equipo que no ha disputado un Mundial desde Suiza 54, que nadie daba ni remotamente como favorita hace tres semanas, podr¨ªa levantar la Copa el d¨ªa 30 en Yokohama.

Pase lo que pase, Turqu¨ªa ya ha cosechado ¨¦xitos inesperados en este Mundial y le debe las gracias ante todo a dos jugadores: Hasan Sas y Basturk. Siempre en movimiento, siempre buscando la porter¨ªa rival, Sas, del Galatasaray, y Basturk, del Bayer Leverkusen, fueron una pesadilla constante para la defensa senegalesa. Como dos avispas obstinadas, imposibles de espantar. En cambio, la cobertura turca no tard¨® m¨¢s de 20 minutos -eso s¨ª, 20 minutos para saborerar- en quitar el ox¨ªgeno a Senegal, adue?arse del medio campo y domar al felino Diouf y los dos grandes c¨®mplices con los que hab¨ªa formado el ataque m¨¢s vistoso del torneo, Henri Camara y Salif Diao.

Diouf, jugador del Lens y cuyo apodo en Francia es el de Asesino en Serie, hab¨ªa sido la revelaci¨®n del Mundial, el delantero m¨¢s el¨¦ctrico, pero su impacto en el partido fue casi nulo. Siempre que recib¨ªa el bal¨®n ten¨ªa dos defensas turcos encima. No pudo ni con Akyel, el central del Fenerbahce, ni con Ozalan, del Aston Villa, que se turnaron en la responsabilidad de pegarse a ¨¦l, de obligarle casi siempre a recibir el bal¨®n de espaldas a la porter¨ªa y de no permitirle la oportunidad de girar con el balon en los pies para poder ganarles por velocidad.

La ¨²nica mala noticia para Turqu¨ªa fue que tuvo un sinfin de ocasiones de gol que desperdici¨® y que su jugador emblema de los ¨²ltimos a?os, Hakan Sukur, no apareci¨® en el partido. Y cuando lo hizo fall¨® de manera estrepitosa. Sukur, ex del Inter ahora en el Parma, dio la impresi¨®n de que hab¨ªa ganado su titularidad m¨¢s por reputaci¨®n que por m¨¦ritos. Tras un excelente pase largo de Akyel y un desborde t¨ªpicamente tenaz de Sas, se perdi¨® la mejor ocasi¨®n de gol que habr¨¢ tenido en su vida. Solo en el ¨¢rea peque?a, con el portero descolocado, recibi¨® un pase impecable de Sas y no s¨®lo fall¨® en el remate, sino que ni siquiera logr¨® dar al bal¨®n.

Gunes, el entrenador turco, por fin se rindi¨® a las evidencias del partido y lo sustituy¨® por Mansiz en el minuto 67. Tan r¨¢pido como Sukur en sus d¨ªas de gloria, fue Mansiz, del Besiktas, pichichi de la Liga turca la temporada pasada, el que marc¨® el gol de la victoria en el minuto cuatro de la pr¨®rroga, una media volea f¨¢cil de errar que coloc¨® de manera impecable tras un centro de Davala, el del corte de pelo mohicano.

Despu¨¦s, cuando se le pregunt¨® a Gunes por qu¨¦ no hab¨ªa marcado Turqu¨ªa antes de la pr¨®rroga, dado que hab¨ªa controlado casi todo el partido, respondi¨®: 'Mis jugadores podr¨ªan haber puesto punto final al partido en el primer tiempo, pero han visto muchas pr¨®rrogas en la televisi¨®n ultimamente y quiz¨¢s quer¨ªan probar a ver c¨®mo eran'.

Iron¨ªa aparte, Gunes sabe que durante los primeros compases del partido Senegal le complic¨® la vida a su equipo con aquel f¨²tbol m¨¢gico, lo mejor de Africa, que combina la potencia y la exquisitez. Nadie que los haya visto jugar dejar¨¢ de agradecer, en un Mundial bastante gris, la intr¨¦pida alegr¨ªa de su f¨²tbol.