Nubes sobre el crecimiento europeo

Las perspectivas de crecimiento en Europa se han deteriorado durante el verano. Como se tem¨ªa, el pesimismo de los mercados y las dudas sobre EE UU han terminado afectando a la econom¨ªa europea y, en particular, a la confianza de los empresarios. Se trunca as¨ª la tendencia creciente observada en esta variable desde principios de a?o, cuestionando la recuperaci¨®n de la actividad.

El mayor pesimismo de los empresarios europeos parece plenamente justificado. La demanda interna sigue sin mostrar signos claros de recuperaci¨®n en la zona, tal y como se desprende de los datos de ventas minoristas, o de matriculaciones de veh¨ªculos. Y las exportaciones, el elemento m¨¢s din¨¢mico de la UEM durante la primera mitad del a?o, se ven amenazadas por el deterioro del entorno internacional y la apreciaci¨®n del euro. El riesgo de una mayor ralentizaci¨®n del comercio mundial y la merma de competitividad asociada a la fortaleza de la divisa europea, que desde febrero acumula una apreciaci¨®n del 6% en t¨¦rminos efectivos reales, ensombrece el panorama de los exportadores.

En Europa, dados el contexto internacional y la debilidad de la demanda interna, se deterioran las perspectivas de crecimiento

Otro factor de preocupaci¨®n en la UEM es el deterioro de las cuentas p¨²blicas de los pa¨ªses del ¨¢rea como consecuencia de la debilidad econ¨®mica, agravado, en algunos casos, por las inundaciones registradas durante el verano. Para ciertos pa¨ªses, entre ellos los tres m¨¢s grandes de la zona, esta situaci¨®n dificulta de forma significativa el cumplimiento de los compromisos asumidos en el marco del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). La insuficiente consolidaci¨®n fiscal durante los a?os de fuerte crecimiento sit¨²a a Alemania, Francia e Italia en una posici¨®n delicada, que les puede conducir, si no lo han hecho ya, a aplazar los recortes impositivos previstos para 2003.

En este contexto de incertidumbre sobre el crecimiento, la atenci¨®n sobre la inflaci¨®n se ha reducido de forma apreciable, pero sigue habiendo motivos para la preocupaci¨®n. Por ejemplo, seg¨²n las encuestas realizadas a los consumidores, ¨¦stos siguen percibiendo que, desde la introducci¨®n del euro, los incrementos de precios son mayores de los que muestran las cifras oficiales de inflaci¨®n. Una percepci¨®n que ha desencadenado las protestas de asociaciones de consumidores, con convocatorias, en algunos casos, de 'huelgas de consumo'. El riesgo es que esta percepci¨®n, de mantenerse, se termine trasladando a las expectativas de precios futuros.

En definitiva, todos estos factores apuntan a que la econom¨ªa europea crecer¨¢ de nuevo en 2003 por debajo de su potencial, situado en torno al 2,3%.

Elena Nieto es economista del Servicio de Estudios de BBVA