La marea negra alcanza La Moncloa
El presidente del Gobierno toma cartas en el asunto cuando las primeras oleadas de fuel inundan el s¨¢bado 16 de noviembre las playas gallegas y encarga a Rajoy que coordine el plan de actuaci¨®n
El mar no dice nunca d¨®nde ni cu¨¢ndo, pero siempre devuelve lo que no es suyo. Es lo primero que piensa Celina Su¨¢rez Toja, de 67 a?os, al levantarse esta ma?ana de s¨¢bado, abrir su ventana frente al mar de Mux¨ªa y comprobar que los malos presagios siempre terminan cumpli¨¦ndose: "Not¨¦ un olor a gas tremendo, insoportable". Todo es negro en el paseo mar¨ªtimo, incluso algunas paredes de su casa est¨¢n salpicadas de una sustancia negra y viscosa que huele a azufre. Es entonces cuando oye la voz de su marido, Francisco Lides, que se lamenta: "Aqu¨ª el mar s¨®lo nos trae petr¨®leo y cad¨¢veres".
Se refiere Francisco a una tragedia ocurrida s¨®lo un a?o antes. Un autob¨²s en el que viajaban 53 personas cay¨® al r¨ªo Duero entre las poblaciones de Castelo do Paiva y Entre os R¨ªos, a unos 40 kil¨®metros de Oporto. Ni el pasaje ni el veh¨ªculo fueron localizados debido al fuerte temporal. Pero cuatro d¨ªas despu¨¦s empezaron a aparecer cad¨¢veres en la costa de Finisterre, a m¨¢s de 250 kil¨®metros del lugar del accidente. Los primeros aparecidos eran mujeres de entre 32 y 74 a?os. Vest¨ªan ropas portuguesas y una de ellas conservaba en su mu?eca un reloj con la hora de Portugal, una menos que la espa?ola.
El consejero, con los zapatos llenos de fuel, mira al delegado, traje a medida y engominado
Lides, vecino de Mux¨ªa, se lamenta: "Aqu¨ª, el mar s¨®lo nos trae petr¨®leo y cad¨¢veres"
Matas, Acebes y Pastor asisten a la misa de una en la ermita de la Virgen del Roc¨ªo
Se estudia disparar contra el 'Prestige' desde una fragata o lanzar bombas incendiarias
Todo el mundo tiene presente aqu¨ª esas y otras historias. Si aquellas mujeres fueron llevadas por el mar a raz¨®n de 35 millas al d¨ªa (65 kil¨®metros), ?qu¨¦ no podr¨¢ suceder con el fuel que va soltando el Prestige en su err¨¢tico deambular hacia ning¨²n sitio? Celina y Francisco ya saben la respuesta, la tienen all¨ª abajo, en un pueblo que amanece con el rostro tiznado de negro. Por eso se sorprenden tanto con las noticias que llegan de afuera. Sin ir m¨¢s lejos, el ministro encargado de la Pesca, Miguel Arias Ca?ete, acaba de salir por televisi¨®n diciendo: "La acci¨®n r¨¢pida de las autoridades espa?olas, que han alejado el barco de la costa, ha impedido una gran cat¨¢strofe ecol¨®gica".
Otros pol¨ªticos no dicen nada. Sencillamente no est¨¢n. Tres de los altos cargos m¨¢s vinculados con la cat¨¢strofe -Manuel Fraga, Francisco ?lvarez Cascos y Jaume Matas- se encuentran en estos momentos -primeras horas del s¨¢bado- viajando en direcciones opuestas a donde empieza a desembarcar el problema. El presidente de la Xunta va en coche hacia Madrid, donde tiene apalabrada una cacer¨ªa con amigos. El ministro de Fomento ya est¨¢ a punto de llegar a la Seo de Urgell (Lleida), donde tambi¨¦n piensa pegar unos tiros, y el titular de Medio Ambiente -junto al de Interior, ?ngel Acebes, y a la de Sanidad, Ana Pastor- llega al sur en compa?¨ªa de sus parejas para disfrutar de un fin de semana en una residencia oficial del Coto de Do?ana.
El Prestige, mientras, se aleja lentamente de la costa, con el motor parado, a merced de los remolcadores. La grieta de su casco se abre sin remedio, las planchas de acero dejan de ser parte de su estructura. Navega hacia un final definitivo y cierto. Incluso se podr¨ªa decir que merecido por el tono que emplean quienes desde el Gobierno se refieren a ¨¦l como un aut¨¦ntico gale¨®n pirata. No hay duda: el Prestige es el culpable. El barco y sus due?os. Oficialmente, no est¨¢ soltando m¨¢s vertido, navega con rumbo sur y a una velocidad de 1,5 nudos. "El problema ha entrado en v¨ªas de soluci¨®n". As¨ª lo dice al menos Arsenio Fern¨¢ndez de Mesa, delegado del Gobierno en Galicia. Su versi¨®n, la oficial, es que se est¨¢n poniendo todos los medios humanos y materiales para evitar la contaminaci¨®n en la costa. El Gobierno comunica adem¨¢s que ya se ha activado el Plan Vizcaya de cooperaci¨®n con Francia. Con presteza se difunde que el barco Ailette, de la Armada francesa, zarp¨® del puerto de Brest el d¨ªa 14 y ya est¨¢ en las inmediaciones del Prestige, a 52 millas del cabo Villano. Lleva en su bodega redes y barreras para desembarcar en A Coru?a. Un avi¨®n Falcon 50 de la Marina y dos Cessna F 406 de Aduanas abandonan su base en Hy¨¦res y completan la primera avanzadilla del dispositivo.
La gente de Mux¨ªa desea creer en los mensajes tranquilizadores de Arsenio Fern¨¢ndez, pero, desgraciadamente, el crudo varado en la playa termina por dar la raz¨®n a quienes como Fernando Sar Marcote, un marinero de 24 a?os, tripulante de un pesquero de bajura bautizado Playa da Luz, lo han visto todo en directo: "El d¨ªa 14 llegamos a estar a una milla del Prestige, justo cuando las informaciones de la radio dec¨ªan que estaba mucho m¨¢s lejos. R¨¢pidamente levantamos el aparejo porque ol¨ªa muy fuerte a gas y en el mar se ve¨ªa el l¨ªquido negro. Al llegar a las 11 millas viramos a tierra. El mar estaba lleno de manchas. Las fuimos esquivando como pudimos, pero una nos la tragamos, la rompimos, y nos dej¨® la proa del barco impregnada de fuel". Tambi¨¦n Antonio Haz, un percebeiro de 24 a?os, recuerda lo que presenci¨® aquel d¨ªa en la Costa da Morte: "Todos pudimos ver el barco pegado a la costa, como si fuera a embarrancar. Y eso que, por las informaciones que iba dando el Gobierno, estaba casi a 50 millas. Pero todos, desde Laxe a Malpica, lo vimos ah¨ª mismo".
Las llamadas a los centros oficiales no se hacen esperar. De forma desorganizada, desesperada incluso, los alcaldes telefonean pidiendo informaci¨®n. La mancha negra ha llegado, pero nadie ha recibido instrucciones a¨²n. Y lo peor es que ni siquiera se ha recibido el aviso de que el problema est¨¢ tan cercano. Se da la circunstancia de que 10 camiones cargados de material anticontaminaci¨®n llegaron el viernes a Camari?as y otros cuatro m¨¢s a Ponteceso. Pero nadie sab¨ªa que estaban all¨ª, nadie hab¨ªa dado la orden de que fueran descargados. Ahora, s¨¢bado por la ma?ana, con la marea negra naufragando en la playa, todo es ya in¨²til.
Cada cual se organiza como puede. El alcalde de Laxe, donde ya ha llegado la mancha de petr¨®leo, intenta hablar con la Delegaci¨®n de Gobierno. Nadie le atiende durante un buen rato. Al final le dicen que le enviar¨¢n un fax con las actuaciones. El fax llega 48 horas despu¨¦s: "Con objeto de agilizar, coordinar y llevar a cabo las labores del ASUNTO, es necesario que por ese Concello se remita a esta delegaci¨®n del Gobierno los datos siguientes (...) En caso de que hayan activado alg¨²n tipo de medios de limpieza por ese concello, deber¨¢n indicar con detalle todos los medios (humanos y materiales) utilizados, signific¨¢ndole que es aconsejable utilizar unas m¨ªnimas medidas de seguridad con respecto a guantes, gafas protectoras, mascarillas y botas de agua". El fax adjunta una persona y un n¨²mero de contacto. 48 horas despu¨¦s... Demasiado tarde.
- Madre m¨ªa..., con esta pinta,... ?parezco un le?ador!
Son las 20.15 del s¨¢bado. El consejero de Pesca, Enrique L¨®pez Veiga, ha estado todo el d¨ªa de playa en playa, visitando las primeras zonas afectadas. Quiz¨¢s es el primer pol¨ªtico que empieza a darse cuenta de la magnitud que adquiere el problema. Cuando termina el recorrido, regresa a la sede de la Delegaci¨®n, donde est¨¢ instalado el gabinete de crisis y donde, dos veces al d¨ªa, el delegado comparece ante los periodistas. L¨®pez Veiga llega algo tarde, cuando la rueda de prensa ya ha empezado. Al ver a Fern¨¢ndez de Mesa tan preparado, con el pelo engominado, el traje a la medida, los pu?os de la camisa sujetos por gemelos..., el consejero se mira -el pelo enmara?ado, el chubasquero empapado por la lluvia, los zapatos llenos de fuel- y no puede por menos que sentirse un le?ador.
Fern¨¢ndez de Mesa, mientras tanto, asegura que dispone de "documentos incontestables de que Espa?a ha dicho la verdad en la cuesti¨®n de la responsabilidad de Gibraltar". Se siente respaldado porque Aznar, de viaje en Playa B¨¢varo (Rep¨²blica Dominicana), donde participa en la XII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, ha declarado por televisi¨®n que "los puertos donde ha recalado el barco deber¨ªan haberle exigido el cumplimiento de las disposiciones vigentes. Espa?a se reserva el derecho de emprender cuantas acciones sean necesarias para exigir responsabilidades". La plana mayor del Gobierno vuelve a lanzar anatemas contra todo lo que se mueve en este asunto, tr¨¢tese del Reino Unido, Grecia o Letonia. En cambio, no dicen nada de Dinamarca. No parece tener en cuenta que, por las declaraciones de los tripulantes interrogados en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Corcubi¨®n (A Coru?a), as¨ª como por informaciones procedentes de Universe Maritime, empresa del armador del Prestige, el petrolero hab¨ªa hecho una escala en Kerteminde (Dinamarca) el 7 de noviembre. Pero Dinamarca ocupa la presidencia de turno de la U E.
Fern¨¢ndez de Mesa, Cuco para los amigos, lleva una larga carrera pol¨ªtica desde que comenz¨® como concejal en El Ferrol. Es considerado como un hombre de Romay que, dada la enemistad de ¨¦ste con Fraga, ha hecho m¨¢s carrera en Madrid que en Galicia. Fue diputado hasta que en 2000 fue nombrado delegado del Gobierno en Galicia. Sus especialidades han sido Defensa, Pesca y Marina Mercante. Un hombre de G¨¦nova, en el argot de los populares. Es ¨¢rbitro de bridge, una de sus grandes aficiones, y se siente orgulloso de haber mandado instalar una enorme bandera de Espa?a en el tejado de la delegaci¨®n, bandera que han de arriar cuando los vientos superan los 50 kil¨®metros por hora porque amenaza la integridad del m¨¢stil.
El no lo sabe, pero ¨¦sta es una de sus ¨²ltimas ruedas de prensa. En cuanto Mariano Rajoy toma el mando de las operaciones, y eso es este mismo fin de semana, su puesto pasa a un lugar secundario. Hasta el punto de que ¨¦l mismo retira discretamente el r¨®tulo de la esquina de la mesa donde ahora tiene que sentarse, muy lejos ya del foco principal. Por si fuera poco, la sala de crisis dejar¨¢ la Delegaci¨®n de Gobierno, a escasos metros de su despacho, para instalarse en la tercera planta de la Torre de Control de A Coru?a.
El petrolero, mientras, sigue desprendiendo fuel. Aunque las autoridades lo ocultan, el Prestige se muere matando. Durante la madrugada del domingo 17, el radar del sat¨¦lite Envisat, que cubre un ¨¢rea de 400 kil¨®metros y toma im¨¢genes nocturnas, detecta su estela, una senda impregnada de fuel a la espera de que los vientos la arrimen a la costa de Galicia.
A la ma?ana siguiente, todas las portadas de la prensa llevan la marea negra en sus titulares. Los pron¨®sticos del Gobierno han fallado. Las playas se ti?en de negro y el recuento va en aumento a cada edici¨®n de los telediarios. 35 kil¨®metros de costa afectada, 100 kil¨®metros... Durante una conversaci¨®n entre Aznar y Rajoy, el presidente, que se prepara para viajar a Par¨ªs donde tiene un encuentro con Chirac, insta a su vicepresidente a crear una comisi¨®n interministerial. Rajoy tiene experiencia en la materia. Ya le sucedi¨® algo parecido cuando las vacas locas, curiosamente, tambi¨¦n un mes de noviembre, de hace dos a?os. El vicepresidente convoca para el lunes 18 a los subsecretarios de Medio Ambiente, Pesca y Alimentaci¨®n, Fomento, Justicia, Econom¨ªa, Interior, Trabajo y Asuntos Sociales, Hacienda, Asuntos Exteriores, Ciencia y Tecnolog¨ªa y Presidencia.
Mientras Rajoy prepara la reuni¨®n de subsecretarios, Matas, Acebes y Pastor asisten, en compa?¨ªa de sus c¨®nyuges, a la misa de una en la ermita de la Virgen del Roc¨ªo en su aldea de Almonte. Se sientan en uno de sus ¨²ltimos bancos y luego se hacen un retrato ante la Blanca Paloma junto al presidente de la Hermandad Matriz, Pedro Rodr¨ªguez. M¨¢s tarde dan un paseo por la aldea y se sientan a almorzar en el restaurante Los Mimbrales. Ha sido un fin de semana muy agradable.
En Madrid, Rajoy lo ensaya todo. Encarga al ministro de Defensa, Federico Trillo, que estudie la viabilidad de hundir el barco utilizando medios militares. El ministro llama al jefe de Estado Mayor del Aire, Eduardo Gonz¨¢lez-Gallarza, y al n¨²mero dos de la Armada, almirante ?ngel Tafalla -su superior, el almirante Torrente, se encuentra de viaje oficial en China- y les traslada el encargo. Se estudian b¨¢sicamente dos posibilidades: disparar contra el Prestige desde la fragata Baleares, que se encuentra en las inmediaciones, o lanzar bombas incendiarias desde aviones Harrier o F-18. La primera opci¨®n, seg¨²n los t¨¦cnicos militares, garantiza el hundimiento del Prestige, pero probablemente al precio de provocar un nuevo y m¨¢s importante vertido. La segunda alternativa presenta a¨²n m¨¢s inconvenientes, pues no est¨¢ claro que se consiga hacer arder el combustible. Se trata de un fuel muy denso, advierten los militares, de dif¨ªcil ignici¨®n en las condiciones de humedad que se dan en alta mar. Adem¨¢s, se corre el riesgo de generar una nube muy t¨®xica, a?adiendo la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica a la marina.
Pese a todo, la operaci¨®n se prepara, por si finalmente el Gobierno decide llevarla adelante como ¨²ltimo recurso. Cuatro Harrier permanecen alertados 48 horas en la base de Rota (C¨¢diz) a la espera de recibir ¨®rdenes. Las Fuerzas Armadas carecen de bombas de napalm en sus arsenales, pero la preparaci¨®n de este producto -profusamente utilizado por EE UU durante los bombardeos de Vietnam- no presenta ninguna dificultad. Trillo, mientras, viaja a Bruselas, donde el martes 19 se re¨²ne con los ministros de Defensa de la UE, incluido su colega portugu¨¦s.
La propia evoluci¨®n de los acontecimientos se encarga de descartar el bombardeo. Las im¨¢genes transmitidas el domingo por la fragata Baleares muestran que la fisura abierta en el casco del petrolero alcanza ya unos 50 metros de longitud, 15 m¨¢s que al inicio del fin de semana. No parece que haga falta fabricar napalm. El Prestige tiene los d¨ªas contados.
Pero, por si acaso, los portugueses se preparan. Mantienen en la zona a la fragata Joao Coutinho, por si los remolcadores pretenden llevar al petrolero hacia su zona econ¨®mica exclusiva. La preocupaci¨®n crece en Portugal. Dicen las radios que un alto cargo del Gobierno espa?ol ha declarado con alivio: "El Prestige es ya un problema portugu¨¦s".
Con informaci¨®n de Xos¨¦ Hermida, Teresa de Sousa, Jorge A. Rodr¨ªguez, Joaqu¨ªn Prieto, Xos¨¦ M. Pereiro, Miguel Gonz¨¢lez y Luis R. Aizpeolea.
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