EE UU comienza el ataque sobre Irak
Los bombardeos se inciaron hora y media despu¨¦s de que finalizara el ultim¨¢tum de Bush a Sadam
El d¨ªa D a la hora H fue tan s¨®lo una hora y media despu¨¦s del ultim¨¢tum de George W. Bush a Sadam Husein. Despu¨¦s de que el presidente de Irak decidiera no enfrentar el exilio y permanecer en el poder, el Ej¨¦rcito de Estados Unidos comenz¨® esta madrugada la guerra contra Irak. Exilio o guerra. Sadam rechaz¨® el exilio, y Estados Unidos desencaden¨® la guerra. En Kuwait, durante todo el d¨ªa de ayer, los rumores de que la ofensiva comenzaba fueron cada vez m¨¢s crecientes. M¨¢s cercanos a una contienda temida pero deseada por los kuwait¨ªes. Supermercados atestados de gente comprando productos b¨¢sicos. El aeropuerto, colapsado ante la avalancha de personas que quer¨ªan abandonar el pa¨ªs.
Desapareci¨® la sensaci¨®n de espera. La guerra ha comenzado. Los ciudadanos de este peque?o emirato del golfo P¨¦rsico quieren que el presidente iraqu¨ª Sadam Husein desaparezca del mapa a toda costa. "Incluso con sangre", confesaba un funcionario del ministerio de Informaci¨®n. "Tememos la guerra pero m¨¢s le tememos a ¨¦l". Los refugios antia¨¦reos estaban listos para afrontar un ataque sobre la ciudad. A la medianoche (hora local), cuando s¨®lo faltaban seis horas para que las bombas cayeran sobre Bagdad, los militares estadounidenses destinados en Kuwait que no estaban en el frente estaban cada vez m¨¢s nerviosos. M¨¢s impacientes. Y no porque temieran la confrontaci¨®n. M¨¢s bien todo lo contrario. Necesitaban entrar en combate. "La cuenta atr¨¢s est¨¢ a punto de acabar", confesaba el soldado Moore. Cuando todo comenz¨®, el soldado Moore s¨®lo se asegur¨® de que su m¨¢scara antig¨¢s estaba donde ten¨ªa que estar, atada a su pierna, y ya no quiso hablar m¨¢s.
Las calles de Kuwait estaban desiertas tras el inicio del ataque. Pero por la ma?ana se respir¨® inquietud. Kuwait est¨¢ en primera l¨ªnea de fuego si Sadam decide responder al ataque estadounidense. Durante toda la noche pudieron o¨ªrse a los aviones sobrevolar el cielo kuwait¨ª en lo que primeo fueron ataques sobre la zona de exclusi¨®n a¨¦rea para m¨¢s tarde convertirse en una declaraci¨®n de guerra contra el presidente iraqu¨ª.
El preludio del ataque lleg¨® durante la ma?ana de ayer con los miles de hombres del Ej¨¦rcito de EE UU que comenzaban a tomar posiciones en la zona desmilitarizada en la frontera entre Kuwait e Irak. Entre una tormenta de arena que reduc¨ªa la visibilidad a menos de 500 metros, cientos de veh¨ªculos de combate avanzaron inexorablemente hacia el norte del pa¨ªs en lo que result¨® ser el comienzo de la anunciada invasi¨®n de Irak. El cielo norte de Kuwait se cubri¨® de helic¨®pteros de asalto y transporte. No s¨®lo de arena. Blackhawk y Chinooks luchaban por ver entre el polvo.
Desde la zona desmilitarizada, El Ej¨¦rcito estadounidense emprendi¨® en la madrugada de ayer el camino hacia Bagdad. El pasado lunes, los observadores de Naciones Unidas se retiraron de dicha zona, que fue creada tras la Guerra del Golfo de 1991 y se extiende sobre una superficie de tres kil¨®metros en el territorio kuwait¨ª y diez en el iraqu¨ª. Grupos de ingenieros pertenecientes al Ej¨¦rcito de Bush se deslizaron la semana pasada por la verja electrificada que separaba Kuwait de Irak y la cortaron creando puertas de entrada para los tanques y otros veh¨ªculos pesados. Esta madrugada comenzaban a entrar por esa verja los primeros carros de combate.
Que el comienzo de la guerra ya no era cuesti¨®n de d¨ªas sino de horas debieron adivinarlo los 17 soldados iraqu¨ªes que por la noche decid¨ªan comenzar su particular "exilio" y cruzaban la frontera para rendirse. Algo que el Ej¨¦rcito norteamericano del aire hab¨ªa estado recomendando durante d¨ªas con el lanzamiento de m¨¢s de un mill¨®n de panfletos en los que anticipaban una invasi¨®n terrestre. Los soldados, que t¨¦cnicamente no eran prisioneros de Guerra ya que ¨¦sta no hab¨ªa todav¨ªa comenzado, est¨¢n bajo la custodia de la polic¨ªa kuwait¨ª de fronteras, puntualiz¨® un oficial estadounidense, el capit¨¢n Darrin Theriault. El oficial norteamericano aseguraba que esperaban m¨¢s deserciones.
Los 150.000 soldados estadounidenses y brit¨¢nicos acantonados en el desierto desde hac¨ªa meses vieron esta madrugada su deseo cumplido. Deseaban hacer algo m¨¢s que luchar contra la tormenta de arena. "Estamos ansiosos por entrar en guerra", declaraba el soldado Aleshire. La dureza de la climatolog¨ªa amenaz¨® con hacer fracasar el inicio de la ofensiva. La decisi¨®n de atacar o no ya no era pol¨ªtica sino militar. Kuwait amaneci¨® despejado pero vientos de m¨¢s de 50 kil¨®metros por hora cubrieron todo el pa¨ªs de arena.
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