Editores y bibliotecarios se comprometen a luchar por el derecho a la lectura
El 19? Encuentro sobre la Edici¨®n termina con la 'Declaraci¨®n del Palacio de la Magdalena'
"El derecho a la lectura tiene, en las bibliotecas p¨²blicas, su m¨¢xima expresi¨®n de garant¨ªa. En un mundo de incesante producci¨®n informativa, de infinidad tem¨¢tica y multiplicidad de soportes, las bibliotecas son el instrumento que permite al ciudadano el acceso libre a dicha informaci¨®n, en plena libertad de oportunidades". As¨ª empieza la llamada Declaraci¨®n del Palacio de la Magdalena, con la que ayer se clausur¨® el curso sobre El derecho a la lectura: las bibliotecas, que se ha celebrado en el marco del 19? Encuentro sobre la Edici¨®n, en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo en Santander.
"Vamos a suscribirlo todos, porque en principio no hiere ni lesiona a ninguno de los colectivos", afirm¨® el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca. Horas antes, alg¨²n representante de la Administraci¨®n central hab¨ªa mostrado su preocupaci¨®n por si el documento resultaba demasiado cr¨ªtico. "Garantizar la existencia y alimentaci¨®n continuada de una red de bibliotecas p¨²blicas con las instalaciones y equipamientos necesarios, el personal debido, los horarios adaptados y una colecci¨®n bibliogr¨¢fica suficientemente dotada y actualizada, debe constituir una aspiraci¨®n irrenunciable de nuestra sociedad, un compromiso expl¨ªcito de las administraciones p¨²blicas y una firme decisi¨®n de los poderes legislativos", se dice en la declaraci¨®n, que fue recibida con aplausos por editores y bibliotecarios.
Los representantes de las administraciones en general hablaron de cifras y datos globales, pero no parecieron dispuestos a entrar en el detalle concreto. Exhibieron cierto triunfalismo (es cierto que en 20 a?os se ha conseguido m¨¢s que durante toda la historia de Espa?a), que los editores, en primer lugar, y tambi¨¦n muchos bibliotecarios se encargaron de rebajar. Se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer.
Editores y bibliotecarios comentaron, finalizado el encuentro, que hubieran preferido menos citas po¨¦ticas de Luis Alberto de Cuenca y m¨¢s datos concretos. Por ejemplo, les hubiera encantado que el secretario de Estado de Cultura hubiera anunciado una mayor inversi¨®n para la compra de libros para las bibliotecas.
En su declaraci¨®n, bibliotecarios y editores, que anunciaron su intenci¨®n de crear una plataforma de encuentro permanente, pidieron la colaboraci¨®n del Gobierno para "el desarrollo bibliotecario" tambi¨¦n en los pa¨ªses de habla hispana. "Leer es una de las expresiones m¨¢s genuinas y enriquecedoras de nuestra condici¨®n humana, factor de cohesi¨®n social e instrumento b¨¢sico para el desarrollo personal y colectivo", concluye el documento.
La Declaraci¨®n del Palacio de la Magdalena fue precedida por un Manifiesto de la utop¨ªa, que propuso y ley¨® el editor Alejandro Sierra, de Trotta. Por proponer que no quede: 1) Crear una especie de bolsa de libros para dotar a las bibliotecas, incluyendo incluso el trueque y el intercambio de libros. 2) Crear una agencia que eval¨²e la calidad de las bibliotecas y que emprenda un riguroso inventario de las culturas ausentes y se encargue de rellenar los huecos. 3) Instituir un negociado que incentive las donaciones o compras de bibliotecas privadas. 4) Crear bibliotecas en los parques, en las c¨¢rceles, en las salas de espera de los hospitales... 5) Que cada vez funcione m¨¢s el boca-oreja y que haya trasiego de libros en las conversaciones.
Francisco Jarauta, catedr¨¢tico de Historia de la Filosof¨ªa de la Universidad de Murcia, hizo un maravilloso recorrido por cinco grandes bibliotecas del pasado para llegar al momento en que se instituye el derecho del lector, ya no a enterarse sino, sobre todo, a tener la libertad de la propia interpretaci¨®n personal. "El libro no desaparecer¨¢, pero tenemos que aceptar el reto de su transformaci¨®n". Record¨® que, en Occidente, vivimos en una sociedad privilegiada y alert¨® sobre c¨®mo han cambiado todos los registros. "La informaci¨®n no se ha democratizado, ha perdido valor. Hemos de evitar que la play station sea el modelo de aprendizaje".
![De izquierda a derecha, el director del curso, Antonio Basanta, que ley¨® la <i>Declaraci¨®n del Palacio de la Magdalena;</i> la vicerrectora de la UIMP Montserrat Casado y Luis Alberto de Cuenca.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DILAQ5RN2X5HRWETER3K3ARDOM.jpg?auth=9be29c8342384776473287817adaa43c377122b02f240ce1eea7f4da900150a1&width=414)
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