"Las abejas quieren un pacto con el hombre"
Salvador Andr¨¦s Santonja (Alcoy, Alicante, 1935) fue un apicultor como los dem¨¢s hasta que hace unos a?os un tribunal m¨¦dico lo declar¨® in¨²til total para la profesi¨®n por una lesi¨®n en la columna vertebral. Y esa eventualidad, sin embargo, ha sido el principal acontecimiento de su vida, puesto que le ha dado un nuevo sentido a su existencia. Si hasta entonces se hab¨ªa beneficiado de las abejas en su negocio, ahora iba a dedicar su vida a mejorar la de las abejas.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su cometido?
Respuesta. Recoger enjambres silvestres y crear infraestructuras para las abejas en el monte que les permitan arrancar de nuevo. En el parque natural de la Font Roja no hab¨ªa ninguna abeja polinizando y, en contrapartida, las abejas acuden a los jardines de Alcoy, que est¨¢n bien regados. Entonces lo plante¨¦ al Ayuntamiento y se cre¨® el Dep¨®sito Municipal de Abejas.
"Las polinizaciones selectivas para obtener mieles monoflorales a la larga acaban con la biodiversidad, son una cat¨¢strofe"
P. ?Fabrica usted estas colmenas tan singulares?
R. S¨ª, imitan al tronco del ¨¢rbol. Tienen que ser lo m¨¢s naturales posible para que las abejas puedan desarrollar en condiciones su vida. Dentro le meto excremento de polilla, que es lo que atrae a los enjambres. Cuando un enjambre abandona la colmena, los panales se apolillan. Primero se apolilla el polen, luego la cera, luego la carro?a, luego el excremento... hasta que queda un residuo final muy arom¨¢tico que atrae a las abejas exploradoras. Es una esencia milenaria que despierta su inter¨¦s por iniciar una nueva colmena.
P. ?De d¨®nde la obtiene?
R. Tengo un criadero de polillas y les doy los panales para producir la esencia milenaria. Si sacas cuentas, debe valer sobre los 60 euros el kilo, pero es indispensable para que entren en una colmena nueva.
P. ?Qu¨¦ hac¨ªa antes?
R. Era apicultor, pero me dieron por in¨²til a causa de la columna y decid¨ª dedicarme a observar las abejas sin prisas. Vi que los conceptos que ten¨ªa sobre ellas estaban equivocados. Que todo lo que hab¨ªa le¨ªdo no era del todo cierto. El hombre ha tergiversado la vida de las abejas. Al observarlas me di cuenta de que eran m¨¢s inteligentes de lo que pensaba. Me cautivaron.
P. ?Qu¨¦ conclusi¨®n ha sacado de los muchos a?os que las ha observado?
R. Que la abeja no ha venido al mundo a proporcionarle miel al hombre. Ha venido a proporcionarle comida: fruta, verdura, legumbres... Ha venido a polinizar. Las abejas necesitaban ayuda del hombre.
P. ?Para qu¨¦?
R. Las abejas quieren hacer un pacto con el hombre: ellas evitan que Espa?a se desertice a cambio de que el hombre las ayude a sobrevivir.
P. ?C¨®mo?
R. Regulando sus enemigos como la lagartija o la avispa. La abeja es una golosina, un caramelito relleno de miel que vuela. Ellas buscan estrategias para sobrevivir a sus depredadores, y al medio ambiente le interesa regular la polinizaci¨®n. Ahora es abusiva en unos sitios y nula en otros. Esto no es rentable para el apicultor, pero s¨ª lo es para el medio ambiente, por lo que la Administraci¨®n deber¨ªa implicarse.
P. ?Es cierto que la presencia de abejas ayuda a recuperarse a los bosques quemados?
R. La tierra es m¨¢s f¨¦rtil tras un incendio. Nacen flores, pero, como los enjambres se han quemado, no se polinizar¨¢n si no ponemos otros. ?sa es nuestra misi¨®n. Ning¨²n colmenero con dos dedos de conocimiento lo har¨¢, porque all¨ª no puede sacar producci¨®n, pero all¨ª es donde la naturaleza requiere a las abejas para regenerarse antes. Pero, claro, ?qui¨¦n le paga a ese colmenero? ?se es el tema. Es necesario que la Administraci¨®n cree esa figura. Yo puedo hacerlo, porque tengo la paguita de jubilado, pero, si quiero hacerlo bien, con colmenas adecuadas para que las abejas sobrevivan, pierdo dinero.
P. Sin embargo, parece que le compensa espiritualmente.
R. El Ayuntamiento me da una cantidad, pero cada colmena que construyo me cuesta 240 euros, porque quiero que sea decente. Pero esto es un beneficio para el medio ambiente. Y, si se hiciera en serio y de manera sistem¨¢tica, se podr¨ªan fertilizar hasta los desiertos. Ser¨ªa un proceso largo, pero seguro.
P. ?Usted ya no prueba la miel?
R. No. Durante muchos a?os me benefici¨¦ de las abejas, ahora dedico mi tiempo a beneficiarlas a ellas. Adem¨¢s, estoy en contra de las mieles monoflorales, porque a la larga estas polinizaciones selectivas acaban con la biodiversidad, y eso es una cat¨¢strofe en la flora y en la fauna.
P. ?Est¨¢ arrepentido de haber producido miel?
R. No, estoy agradecido de haber acertado en mis conclusiones.
P. ?Cu¨¢l es la mejor de las que ha probado?
R. No todas son buenas. La de jazm¨ªn es venenosa. La Biblia atribuye a un milagro la muerte de las tropas que sitiaban Jeric¨®, pero en realidad se debi¨®, seg¨²n las investigaciones posteriores, a que los servicios de intendencia cogieron los panales de miel de jazm¨ªn para alimentar a las tropas. Por eso hay que tomarla de mil flores, porque, aparte de hacerle un beneficio a la naturaleza, mata menos.
P. ?Pero a usted cu¨¢l es la que m¨¢s le gusta?
R. Ninguna. Estoy empachado.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con los apicultores?
R. Me miran con recelo. Dicen que estoy enga?ando a los consejeros de Medio Ambiente cont¨¢ndoles cuentos chinos, pero cualquiera que sea bot¨¢nico o cient¨ªfico comprende que la biodiversidad se consigue polinizando todo el a?o.
P. En sus observaciones, ?le ha sorprendido el sistema de organizaci¨®n social de las abejas?
R. Las rarezas de las abejas, siendo ciertas y curiosas, son secundarias. Lo que nos interesa saber es que son polinizadoras. Pero ellas son sociales, y nosotros, no. Pensamos que lo somos, pero necesitamos fundar la figura del abogado, del juez... Los animales sociales, como las abejas, no necesitan todo eso. Nosotros hemos tenido que hacer unas normas sociales para poder ser sociales.
P. ?Por qu¨¦ tienen mala prensa los z¨¢nganos?
R. Por desconocidos. Se piensa que no trabaja, pero el z¨¢ngano es un mensajero gen¨¦tico. Evita que se consanguine la poblaci¨®n. El z¨¢ngano emigra, no se pelea, no crea problemas: lo ¨²nico que pide es alimento. Es poderoso, es capaz de romper el vuelo con una rapidez que no tiene la abeja. Su zumbido es tan potente que espanta a los depredadores y as¨ª protege a la reina. Su pecho es como un compresor y se esfuerzan en aparentar robustez para que la reina los elija, pero hay z¨¢nganos que hinchan tanto el abdomen que se les desencaja el ¨²ltimo anillo y estallan.
P. No le habr¨¢n picado nunca, claro.
R. No hay apicultor al que no le hayan picado nunca.
C¨®mplice privilegiado de la naturaleza
El inter¨¦s de Salvador Andr¨¦s Santonja por las abejas se remonta a sus d¨ªas de p¨¢rvulo, cuando su maestro, que ten¨ªa colmenas, le explicaba el maravilloso mundo de estos insectos. Luego, entre otros oficios, fue apicultor, pero su gran asunto fue emplearse a fondo observando las abejas para conocerlas mejor y replantear la relaci¨®n del hombre con ellas. Una de sus principales conclusiones es que la polilla Galleria mellonella, considerada desde siempre como una terrible plaga de las abejas, en realidad es una aliada que limpia la colmena de esporas y microorganismos. Hoy, la mayor¨ªa de los apicultores lo miran por encima del hombro por sus teor¨ªas no productivas que persiguen m¨¢s el beneficio de la humanidad que el negocio del hombre. Sin embargo, los bi¨®logos y bot¨¢nicos lo admiran. S¨®lo se considera un observador que mira y apunta, que hace conjeturas y saca conclusiones. No le ha dado importancia a su trabajo hasta que desde determinados estamentos universitarios le han hecho notar que sus investigaciones ten¨ªan un gran inter¨¦s. Es un tipo r¨²stico que, sin embargo, posee una visi¨®n muy avanzada de la naturaleza. Deambula por los jardines de Alcoy recogiendo los enjambres de unas abejas que, como s¨ªntoma de que algo va mal, huyen de las sierras y buscan la humedad de los parques p¨²blicos. Luego los devuelve a los medios naturales para polinizar sus zonas devastadas por el fuego y la desertizaci¨®n. Est¨¢ convencido de que las abejas lo escogieron para ir descubriendo sus secretos. "Me han cautivado y me van diciendo cosas: ya soy m¨¢s abeja que hombre en el modo de pensar", se sincera.
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