El bolero de McTiernan

Multitud de reiteraciones con leves variaciones sobre una misma base. No por casualidad el Bolero de Ravel abre y cierra la trama de Basic, basada en las diferentes explicaciones de un grupo de testigos directamente implicados en un crimen. Siempre que a alguien le da por construir su pel¨ªcula con este estilo narrativo, viene a la mente la inmensa Rashomon (Akira Kurosawa, 1950), pero comparar una obra de semejante enjundia con una bobada como Basic es casi una herej¨ªa, as¨ª que habr¨¢ que emparentarla con pel¨ªculas m¨¢s terrenales, caso de Historia de un soldado (Norman Jewison, 1984) o Reglas de compromiso (William Friedkin, 2000), que adem¨¢s comparten con Basic el ambiente militar.

John McTiernan, director del filme, fue ofertado hace a?os por una parte de la cr¨ªtica como la gran esperanza blanca del nuevo cine de acci¨®n. Una afirmaci¨®n exagerada, basada simplemente en una nimiedad para adolescentes como Depredador (1987), en un ¨¦xito sobrevalorado como La jungla de cristal (1988) y, eso s¨ª, en la minusvalorada La caza del Octubre Rojo (1990), sin duda su mejor pel¨ªcula. Pero los a?os han terminado por diluir a McTiernan como un azucarillo con estrepitosos fracasos como El guerrero n? 13 y vulgares remakes como El secreto de Thomas Crown (1999) y Rollerball (2002).

Mala racha

En Basic sigue atascado en su mala racha. Los que busquen en ella acci¨®n y descargas de adrenalina (como en la fascistoide Reglas de compromiso) s¨®lo hallar¨¢n mil conversaciones sobre un mismo tema. Y los que ans¨ªen una pel¨ªcula de intriga construida con seriedad (caso de Historia de un soldado) se topar¨¢n con la ausencia de an¨¢lisis en unos personajes vac¨ªos, insulsos y al borde de la estupidez. Tanto que uno llega a convencerse de que es imposible que cualquiera de estos Rangers (comando de ¨¦lite del Ej¨¦rcito americano) encuentre ni de casualidad el escondrijo de Sadam Husein o Bin Laden.

El muerto en este caso es el t¨ªpico sargento execrable que maltrata f¨ªsica y psicol¨®gicamente a sus hombres, por lo que, en medio de unas maniobras, uno o varios de ellos deciden acabar con la tortura y fre¨ªrlo a tiros. La pel¨ªcula se convierte as¨ª en un interminable partido de pimp¨®n con datos y m¨¢s datos, nombres y m¨¢s nombres, a base de flash-backs y m¨¢s flash-backs con m¨ªnimas variaciones; tantos que, si uno no tira la toalla a mitad de la pel¨ªcula, es porque est¨¢ loco por saber qui¨¦n demonios mat¨® al instructor West. Pero ?realmente interesa eso a alguien?