Alemania abre el juicio por fraude en la venta de Mannesmann
Seis directivos, en el banquillo por el cobro de indemnizaciones
El proceso contra seis destacados representantes de la flor y nata de la econom¨ªa alemana, por presunto fraude en la venta de Mannesmann a la multinacional brit¨¢nica de telecomunicaciones Vodafone, comenz¨® ayer ante la audiencia de D¨¹sseldorf. Los acusados acordaron concederse indemnizaciones y jubilaciones de privilegio por un montante de 111,5 millones de euros y se sospecha que estos pagos puedan constituir un fraude a los accionistas.
Los m¨¢s prominentes acusados que se sientan en el banquillo son Josef Ackermann, que preside el mayor banco alem¨¢n, el Deutsche Bank; el sindicalista Klaus Zwickel, hasta mediados del pasado a?o jefe del poderoso IG Metall que representaba a los sindicatos en el consejo de vigilancia de Man nesmann, y Klaus Esser, director ejecutivo de Mannesmann cuando el 4 de febrero de 2000 se consum¨® la venta a Vodafone y que recibi¨® una indemnizaci¨®n de 32 millones de euros por sus buenos servicios.
Se trata de un hito en la historia judicial de Alemania por el peso socioecon¨®mico de los acusados y la materia sometida a juicio: la legalidad de indemnizaciones a directivos y su montante. Para el diario Financial Times Deutschland, se juzga "el l¨ªmite de las competencias entre la presidencia ejecutiva y el consejo de vigilancia, hasta d¨®nde llega la libertad empresarial y d¨®nde empieza el incumplimiento de los deberes". Las respuestas a estas cuestiones "impregnar¨¢n la actuaci¨®n empresarial en el futuro y la imagen de Alemania como centro de inversi¨®n".
Los hechos se remontan al oto?o de 1999. Vodafone inici¨® la operaci¨®n para adquirir de forma hostil Mannesmann y ofreci¨® 100.000 millones de euros. Esser rechaz¨® la oferta por considerarla del todo insuficiente. El tira y afloja se prolong¨® hasta el 4 de febrero de 2002. El consejo de vigilancia de Mannesmann aprob¨® la venta por 178.000 millones de euros y tambi¨¦n se acord¨® pagar 32 millones a Esser m¨¢s otras remuneraciones y jubilaciones de privilegio para ejecutivos y sus herederos hasta 111,5 millones de euros. De ah¨ª a la sospecha de que tan generosos pagos los percibieron en concepto de soborno por facilitar la operaci¨®n hacia la que no hab¨ªa m¨¢s que un paso. Dos abogados, Mark Binz y Martin Sorg, no tardaron en presentar una querella criminal por presunto fraude a los accionistas.
El tribunal de D¨¹sseldorf tendr¨¢ que decidir si ha existido un fraude, que el C¨®digo Penal alem¨¢n tipifica en su art¨ªculo 266 y establece que se produce cuando uno abusa de sus funciones en perjuicio de la empresa. Los abogados de los acusados argumentan que la normativa sobre sociedades an¨®nimas establece que las retribuciones de los directores tienen que estar en proporci¨®n adecuada con la situaci¨®n de la empresa. Seg¨²n esta argumentaci¨®n, la retribuci¨®n percibida por Esser de 32 millones es una menudencia si se considera que, gracias a su oposici¨®n inicial a la venta, el precio subi¨® de los 100.000 millones ofrecidos por Vodafone a los 178.000 millones en que se cerr¨® la operaci¨®n.
El presidente del Deutsche Bank declar¨® que Alemania es el ¨²nico pa¨ªs del mundo donde se castiga por aumentar el valor de una empresa. A Ackermann le espera un largo periodo de dificultades para ejercer sus funciones al frente del mayor banco alem¨¢n y ha instalado en D¨¹sseldorf una oficina para gestionar y tal vez hacer frente a una adquisici¨®n hostil o una fusi¨®n de las que tanto se habla estos d¨ªas en la banca alemana.
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