Holanda admite su fracaso para crear una sociedad multi¨¦tnica

Si bien la mayor¨ªa de los inmigrantes residentes en Holanda ha conseguido integrarse, el Estado no ha logrado crear una sociedad "multi¨¦tnica y arm¨®nica" a pesar de su tradicional tolerancia. A esta conclusi¨®n ha llegado un informe parlamentario criticado por la coalici¨®n cristiano-dem¨®crata y liberal en el poder por su ingenuidad y la vaguedad de sus recomendaciones. Entre los consejos figura no prohibir el uso p¨²blico del velo.

El trabajo abarca 2.500 p¨¢ginas y ha examinado durante un a?o las pol¨ªticas de inmigraci¨®n y la situaci¨®n de las minor¨ªas ¨¦tnicas en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. En opini¨®n de Stef Blok, responsable del an¨¢lisis titulado Tendiendo puentes, en Holanda s¨®lo se habla abiertamente de la inmigraci¨®n desde hace dos a?os. Durante el periodo anterior, los diferentes Gobiernos, ya fueran de centro-derecha o socialdem¨®cratas, apenas abordaron el asunto para evitar conflictos. La aparici¨®n de Pim Fortuyn, el l¨ªder ultraconservador asesinado en 2002, que ped¨ªa el cierre de las fronteras porque "Holanda estaba llena" y que calific¨® al islam de cultura retr¨®grada, rompi¨® el silencio.

Todos los programas pol¨ªticos se llenaron entonces de planes para mejorar la integraci¨®n de comunidades ¨¦tnicas, en especial la turca y la marroqu¨ª, que llevan ya tres y cuatro generaciones en el pa¨ªs y siguen a caballo entre las dos culturas. Uno de los ejemplos m¨¢s claros de ello es el hecho de que hasta un 75% de los varones de ambas comunidades en edad de casarse regresa a la tierra de sus padres para elegir esposa. Las escogidas no hablan holand¨¦s y desconocen las costumbres de su nuevo hogar. Para Blok, ese viaje retrasa la integraci¨®n de la nueva familia creada, ya que imita a la de los abuelos cuando llegaron a Holanda.

El informe alterna cr¨ªticas y cumplidos, un ejercicio de estilo calificado de superficial en medios parlamentarios. As¨ª, mientras por un lado felicita a la sociedad por haber sabido aceptar al inmigrante, atribuye la discriminaci¨®n a los fallos de los poderes p¨²blicos. Los gobernantes habr¨ªan pasado de la visi¨®n de los a?os setenta, donde el inmigrante era un trabajador temporero que se marchar¨ªa pronto, a la ola de protecci¨®n de su lengua e identidad de los ochenta para animarle a integrarse. En los noventa empezaron a removerse algo las cosas hasta llegar a hoy, con la presentaci¨®n de una hoja repleta de obligaciones encabezada por el aprendizaje del holand¨¦s y los cursos de civismo. De no cumplirse estos requisitos, que incluyen a los imames en Holanda, pueden imponerse sanciones o negarse los permisos de residencia.

Para uno de los problemas m¨¢s acuciantes de la integraci¨®n, esto es, la educaci¨®n impartida en las escuelas p¨²blicas con mayor¨ªa de ni?os inmigrantes, llamadas "negras" en Holanda, el estudio propone varias medidas. Apunta que los municipios y los centros deben favorecer una mayor mezcla de ni?os. Recuerda asimismo que tiene que ense?arse mejor la historia y las normas sociales y legales holandesas. Pero deja intacta la libertad de ense?anza, protegida por la Constituci¨®n. La Constituci¨®n consagra la existencia de diferentes escuelas que pueden rechazar a ciertos alumnos -en la pr¨¢ctica, con pocos recursos o bien musulmanes- para "preservar la identidad y el ideario del centro".