Coordinaci¨®n por choque
Siempre se ha dicho que la derecha act¨²a por intereses y la izquierda por ideas. Esto no significa que no haya ideas de derecha ni intereses de izquierda, sino que la izquierda tiene m¨¢s dificultades para la coordinaci¨®n estrat¨¦gica. Ante los incentivos ofrecidos por las reglas institucionales, los grupos pol¨ªticos de izquierda parece que s¨®lo puedan coordinar sus estrategias si al mismo tiempo resuelven sus diferencias ideol¨®gicas. Concretamente, ante la ventaja concedida por el sistema electoral espa?ol a las candidaturas m¨¢s grandes, la izquierda ha tenido mayores dificultades que la derecha para responder adecuadamente. Dicho con pocas palabras: en ocho de las nueve elecciones celebradas desde 1977, la suma de los votos de los partidos de izquierda de ¨¢mbito espa?ol ha sido mayor que la suma de los partidos de derecha del mismo ¨¢mbito, pero, hasta esta vez, la izquierda s¨®lo hab¨ªa ganado cuatro de esas elecciones debido a su dispersi¨®n en varias candidaturas.
El PSOE ha recibido de los electores un claro mandato para acabar con el terrorismo
La excepci¨®n, es decir, una suma menor de votos de izquierda, tuvo lugar en la elecci¨®n de 2000, que fue el perfecto ejemplo del tipo de "coordinaci¨®n" ideol¨®gica y no estrat¨¦gica en que los partidos de izquierda tienden a embrollarse. Inicialmente, los l¨ªderes del momento del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) propusieron a Izquierda Unida (IU) que retirara sus candidaturas de un conjunto de distritos en los que nunca hab¨ªa obtenido representaci¨®n, en la expectativa de que los votos correspondientes fueran transferidos a las listas del PSOE y ¨¦ste consiguiera una mayor sobrerrepresentaci¨®n. Sin embargo, al final acabaron haciendo lo contrario: IU no retir¨® ninguna candidatura, pero los dos partidos firmaron un programa com¨²n, sonoramente aplaudido por ide¨®logos e intelectuales, e incluso sus candidatos participaron conjuntamente en algunos m¨ªtines. El resultado fue una masiva fuga de votos: IU perdi¨® votos de izquierda (m¨¢s de un mill¨®n y cuarto) y el PSOE, votos moderados (m¨¢s de un mill¨®n y medio), la inmensa mayor¨ªa de los cuales pasaron a la abstenci¨®n, con la consiguiente victoria y sobrerrepresentaci¨®n del Partido Popular (PP).
La coordinaci¨®n de la derecha desde los a?os ochenta ha sido inducida por los l¨ªderes, directa y eficaz. La divisi¨®n en tres candidaturas -Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, Alianza Popular y Centro Democr¨¢tico y Social- fue gradualmente superada por la "refundaci¨®n" del PP y la absorci¨®n, la jubilaci¨®n o el ostracismo de los dem¨¢s l¨ªderes y candidatos. Ideol¨®gicamente, bast¨® con una ecl¨¦ctica mezcla de conservadurismo, liberalismo y cristianismo social que nunca determin¨® exactamente ninguna pol¨ªtica p¨²blica de antemano.
La izquierda, en cambio, s¨®lo se ha coordinado efectivamente dos veces, m¨¢s bien "desde abajo" y bajo los efectos de alg¨²n choque brutal. La primera fue tras el golpe de Estado del 23-F de 1981. La dispersi¨®n de votos entre socialistas y comunistas, que se hab¨ªa mantenido en una proporci¨®n de tres a uno en las elecciones anteriores, fue sustituida en 1982 por una gran concentraci¨®n de votos en las candidaturas del PSOE, el cual obtuvo entonces 12 veces m¨¢s votos que el Partido Comunista de Espa?a (PCE). La segunda vez ha sido, ciertamente, tras la masacre terrorista del 11-M, la cual provoc¨® una coordinaci¨®n s¨²bita de varios millones de votantes, consumada en 48 horas, y devolvi¨® a los comunistas debajo del 5% de los votos.
De hecho, el porcentaje total de votos acumulados por el PSOE e IU en estas elecciones de 2004 es menor que en las cinco elecciones consecutivas desde 1982 a 1996, incluida esta ¨²ltima en la que la izquierda perdi¨®. Pero, a pesar de ello, la coordinaci¨®n efectiva de los votantes ha hecho ahora al PSOE ganador. El PP, por su parte, ha obtenido ahora casi los mismos votos que la primera vez que gan¨®, en 1996, pero, ante la concentraci¨®n de votos en las candidaturas socialistas, ha pasado a segundo lugar.
La creciente coordinaci¨®n tanto de la derecha como de la izquierda produce una mayor polarizaci¨®n de los votos. Mientras que en los a?os ochenta los dos partidos m¨¢s grandes sumaban entre el 65% y el 70% de los votos, en estas ¨²ltimas elecciones han superado el 80%. Sin embargo, una mayor coordinaci¨®n estrat¨¦gica de los votantes no necesariamente indica una mayor confrontaci¨®n ideol¨®gica en la sociedad. Este tipo de elecciones por choque no se resuelven en torno a un programa ideol¨®gico, sino que dan un mandato en el tema que las ha determinado. En 1982, el mandato al PSOE fue civilizar a los militares y acabar con los golpistas, es decir, consolidar la democracia y lograr la estabilidad institucional, pero el Gobierno tuvo entonces un amplio margen de maniobra en los dem¨¢s temas, incluida la pol¨ªtica econ¨®mica, que no hab¨ªan sido prominentes en la elecci¨®n. Hace 20 a?os, el PSOE se encontraba en una notable crisis ideol¨®gica tras el abandono del marxismo. Pero durante este tiempo tampoco ha habilitado una nueva referencia global de ideas, pese a las espor¨¢dicas referencias sucesivas en estos ¨²ltimos a?os al comunitarismo, el republicanismo civilista, el liberalismo social o el libertarianismo.
Ahora el PSOE ha recibido, sin duda, un claro mandato de los electores para acabar con el terrorismo, incluido desde luego el etarra, as¨ª como para alejarse de una arriesgada intervenci¨®n activa en la pol¨ªtica internacional. Seg¨²n resumi¨® en un eslogan Rodr¨ªguez Zapatero hace un a?o, su pol¨ªtica exterior podr¨ªa sintetizarse en un "d¨¦jennos en paz"; es decir, solitos est¨¢bamos mejor. Pero en los dem¨¢s temas econ¨®micos, sociales y territoriales, podr¨¢ reaccionar con bastante margen de maniobra a los eventuales choques producidos por los cambios tecnol¨®gicos, el envejecimiento de la poblaci¨®n, los mercados abiertos y las nuevas migraciones. En la mayor parte de las pol¨ªticas p¨²blicas, podr¨¢ improvisar, as¨ª como negociar y pactar con socios parlamentarios menores sin constricciones ideol¨®gicas adquiridas de antemano -m¨¢s o menos como la derecha, aun sin choque, aprendi¨® tambi¨¦n a hacer-.
Josep M. Colomer es profesor de investigaci¨®n en el CSIC y autor de C¨®mo votamos. Los sistemas electorales del mundo: pasado, presente y futuro (Editorial Gedisa).
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