"Los terroristas son seres fan¨¢ticos, sin una mente libre, gregarios y muy cobardes"
No todos los fan¨¢ticos son terroristas, pero s¨ª todos los terroristas son fan¨¢ticos. Los actos terroristas, unos de los m¨¢s reprobables e incomprendidos por la humanidad, son cometidos por personas con una mente sin raz¨®n y, por tanto, no libre. Son seres gregarios, que act¨²an bajo el cobijo de una organizaci¨®n, y a la vez sumamente cobardes, porque se les caen los calzones cuando son pillados", afirma con rotundidad el psiquiatra Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, autor del libro Fan¨¢ticos terroristas. Claves psicol¨®gicas y sociales del terrorismo (Salvat; Madrid, 2002).
Este catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense ha estudiado en profundidad el fen¨®meno terrorista y ha conocido personalmente como m¨¦dico a varios terroristas. ?Son mentes enfermas, perversas, crueles, las de los sujetos que cometen atentados como el de Madrid del 11 de marzo? ?O son personas que luchan por unos supuestos ideales, aunque los medios no sean l¨ªcitos?
"El terrorista necesita un ambiente social y cultural para fermentar el odio y la sinraz¨®n"
"Su realidad distorsionada les hace poseedores de la verdad absoluta"
"El terrorista", explica, "s¨®lo es libre cuando entra en la organizaci¨®n, que es una secta que manipula a todos, les priva de la libertad y les impide salir de ella. Cuando ingresa en este sistema estructurado, digamos que su personalidad sufre mutaciones y mantiene periodos de encendido, o en on, y otros de apagado, o en off. En el segundo caso es alguien aparentemente normal, que puede estar conviviendo con nosotros sin que tengamos ni idea de su verdadera identidad. Por el contrario, en el primer caso, cuando est¨¢ encendido, se destapa el monstruo que hay en ¨¦l y aparece fr¨ªamente todo su odio muy bien controlado para lograr sus objetivos, que muchas veces son el crimen y el asesinato indiscriminados".
Seg¨²n Alonso-Fern¨¢ndez, que es miembro de la Real Academia de Medicina y presidente de la Sociedad Europea de Psiquiatr¨ªa Social, estos individuos sufren una deformaci¨®n del sentido de la realidad, un oscurecimiento mental y una p¨¦rdida total de su libertad interior: "No padecen una patolog¨ªa permanente, sino m¨¢s bien eclipses patol¨®gicos, en los que cometen sus actos de barbarie sin piedad y sin asomo de sentimiento de culpa. La realidad distorsionada en la que viven les hace poseedores de una verdad absoluta, que quieren imponer aunque sea con sangre, dolor y muerte. Persiguen aniquilar a unos cuantos, seg¨²n la magnitud del atentado, para causar el miedo y el horror en la mayor¨ªa. Y cuanto m¨¢s devastadoras son las consecuencias y mayor es el impacto en la poblaci¨®n, m¨¢s pr¨®ximos se sienten al ¨¦xito".
Este experto, que ha mantenido varias entrevistas con terroristas de los GRAPO, "que no de ETA", seg¨²n advierte, reconoce que una de las mayores satisfacciones de su carrera profesional ha sido "el adi¨®s a las armas de algunos de estos sujetos" tras haber mantenido varias conversaciones con ¨¦l y despu¨¦s de la lectura de su libro Psicolog¨ªa m¨¦dica y social, seg¨²n la propia confesi¨®n de esos ex terroristas.
Al contrario que el artista, que nace y se hace, el terrorista s¨®lo se hace, seg¨²n el psiquiatra Francisco Alonso-Fern¨¢ndez. Necesita un ambiente social, familiar y cultural propicio, un caldo de cultivo favorable que haga fermentar el odio y la sinraz¨®n.
Existen factores de riesgo, en palabras de este especialista. Primero estar¨ªan los familiares: ni?os faltos de cari?o; hijos de padres muy autoritarios o, al contrario, de ¨¢cratas y sin normas; antecedentes personales de haber sufrido comportamientos violentos. Les siguen los escolares: instrucci¨®n desinformativa y centrada en el odio y no en la preparaci¨®n para la convivencia, y despu¨¦s los temperamentales: personalidad insegura e intolerancia al fracaso (soledad, vac¨ªo personal). Entre los factores de riesgo sociales destaca un contexto de fundamentalismo pol¨ªtico o religioso.
Este c¨®ctel genera un ser cobarde, gregario y d¨¦spota, que, bajo el cobijo de la organizaci¨®n, impone su poder mediante el terror. El contacto con otros grupos terroristas es un fen¨®meno contagioso y se crean colectivos cerrados, que suelen ser muy violentos con todo lo que no armoniza con la tendencia del grupo.
Seg¨²n Alonso-Fern¨¢ndez, hay dos grandes clases de terroristas: los que tienen una personalidad muy fuerte, que son los cabecillas, y poseen una mentalidad dictatorial, como Stalin y Hitler, y los dem¨¢s, los adoctrinados, que son inseguros y esconden esa flaqueza con el respaldo del grupo. El rasgo com¨²n entre ambos es el hipernarcisismo de ideas, que les conduce a la convicci¨®n de que sus tesis son las ¨²nicas v¨¢lidas.
Tambi¨¦n subraya la existencia de tres dimensiones en el fen¨®meno terrorista: la terroideolog¨ªa (el fermento del comienzo, la mentalidad fan¨¢tica), la terropatolog¨ªa (sobreutilizaci¨®n de mecanismos ps¨ªquicos patol¨®gicos, como la distorsi¨®n y la deformaci¨®n de la realidad seg¨²n su conveniencia, y la proyecci¨®n masiva de sus propios elementos negativos, que hacen malvados a los dem¨¢s y no a ellos) y la terrocriminolog¨ªa (realizaci¨®n de actos criminales). A media que envejecen los grupos se va fortaleciendo la terrocriminolog¨ªa y se va debilitando la terroideolog¨ªa. Finalmente, los debates entre ellos se reducen a la planificaci¨®n de los comportamientos criminales, no a abordar ideas o ideales.
"Para luchar contra el terrorismo", apunta este psiquiatra, "hay dos grandes frentes de combate: el directo, mediante la acci¨®n de las fuerzas de seguridad, como se viene desarrollando, y otro mediante la detecci¨®n individuo por individuo de los factores responsables que conducen a ser terrorista, para as¨ª poder cortarlos de ra¨ªz".
Si hay algo que crea una conmoci¨®n terrible en la poblaci¨®n es un atentado terrorista, a juicio del psiquiatra Francisco Alonso-Fern¨¢ndez. "Por delante de las cat¨¢strofes naturales, los accidentes y las guerras", a?ade sin vacilaci¨®n.
Dos datos caracterizan el fen¨®meno terrorista y explican la gravedad de su impacto psicol¨®gico, seg¨²n este especialista: la presentaci¨®n imprevista, con lo que el atentado se acompa?a de un factor sorpresa m¨¢ximo, y la carencia de l¨ªmites espaciales, de modo que el acto terrorista puede repetirse en cualquier lugar. Las mujeres y los ni?os son, a la luz de todas las observaciones epidemiol¨®gicas, los seres m¨¢s vulnerables.
"Especialmente terribles son las secuelas en los ni?os, sobre todo si pierden a sus padres. No hay para ellos otra experiencia de mayor sufrimiento. Aparecen en el peque?o sentimientos de culpa por sobrevivir, permanecer inactivo o emprender la fuga. Es un cuadro an¨¢logo al del s¨ªndrome de culpabilidad del sobreviviente del acto terrorista: ?por qu¨¦ otros han muerto y yo no?", se?ala.
"Para dar una idea remota de la cantidad de v¨ªctimas del terrorismo no registradas como tales, basta observar el enorme incremento del consumo de tranquilizantes que se produce tras un acto de estas caracter¨ªsticas. De hecho, la aplicaci¨®n rigurosa y precoz de esta medida por personal especializado contribuye a reducir la aparici¨®n de alteraciones ps¨ªquicas", admite Alonso-Fern¨¢ndez.
En el 70% de los casos los afectados se recuperan en los tres primeros meses, pero el 30% restante desarrolla el s¨ªndrome de estr¨¦s postraum¨¢tico, que requerir¨¢ ayuda profesional. La probabilidad de su aparici¨®n no guarda necesariamente relaci¨®n con la intensidad de la reacci¨®n aguda. Se presenta entonces todo un cortejo de s¨ªntomas muy variados: temores f¨®bicos, cambios de humor injustificados, falta de concentraci¨®n, alteraciones alimentarias, trastornos del sue?o (sobre todo, insomnio), reviviscencia del suceso traum¨¢tico , pesadillas y estado depresivo.
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