Hist¨®rico Valencia
El equipo de Ben¨ªtez, con Vicente y Mista de estrellas, gana su quinto t¨ªtulo europeo
Un instante de inspiraci¨®n tras 45 minutos de fogueo. As¨ª tom¨® cuerpo el doblete so?ado por el Valencia, que cumpli¨® en Gotemburgo su imagen implacable de equipo ambicioso y voraz. Decidido a acumular t¨ªtulos y honores tanto en casa como en el extranjero. Gracias a su defensa de acero, a su car¨¢cter competitivo y al estado de gracia de sus dos zurdos de oro, Mista y Vicente, que lo han llevado hasta la cima a golpe de goles. Desde que en una fr¨ªa noche noruega, Vicente advirtiera con la selecci¨®n que su talento es m¨¢s internacional de lo que pensaba, su progresi¨®n ha resultado imparable. Y su participaci¨®n en el cuadro de Ben¨ªtez cada vez m¨¢s decisiva. Lo mismo que la de Mista, imbuido de una fe ciega en sus posibilidades. Despu¨¦s de dos finales fallidas en la Liga de Campeones y 24 a?os despu¨¦s del ¨²ltimo torneo europeo, el club de Mestalla regresa por la puerta grande con su quinto t¨ªtulo continental. Un trofeo, por cierto, al que lleg¨® casi sin pretenderlo, con un excelente rendimiento de sus suplentes, los Palop, S¨¢nchez, Pellegrino, Sissoko..., que deben ser recordados en otro d¨ªa feliz para el valencianismo.
VALENCIA 2 - O. MARSELLA 0
Valencia: Ca?izares; Curro Torres, Ayala, Marchena (Pellegrino, m. 86), Carboni; Rufete (Aimar, m. 64), Albelda, Baraja, Vicente; Angulo (Sissoko, m. 83) y Mista.
Olympique Marsella: Barthez; Ferreira, Beye, Hemdani, Meite, Dos Santos; Marlet, Flamini (Batlles, m. 72), N'Diaye (Celestini, m. 84), Meriem (Gavanon, m, 45); y Drogba.
Goles: 1-0. M. 45. Vicente enga?a a Gavanon y transforma el penalti cometido por Barthez sobre Mista. 2-0. M. 58. Vicente se interna por la izquierda tras pase de Baraja, centra a Mista, que para el bal¨®n con el pecho y lo coloca en la escuadra de un magn¨ªfico zurdazo.
?rbitro: Pierluigi Collina (Italia). Amonest¨® a Marlet, Vicente, Carboni, Drogba y Ferreira. Expuls¨® a Barthez (m. 45) en la jugada que dio origen al penalti.
Unos 52.000 espectadores en el estadio Nya Ullevi de Gotemburgo (Suecia).
El padre y la novia de Vicente temblaban en el palco del estadio Ullevi en esos dos minutos que se les hicieron eternos. Los que se cumplieron entre que Collina se?al¨® el penalti de Barthez a Mista, expuls¨® al portero internacional franc¨¦s e ingres¨® en el campo el joven arquero Gavanon con la misi¨®n de detener el lanzamiento desde los 11 metros. En ese lapso, Vicente ya hab¨ªa cogido el bal¨®n en el gesto irrenunciable de cargar con la responsabilidad de tirar el penalti. Las ¨®rdenes de Ben¨ªtez dejaban margen a la improvisaci¨®n. Ausente el especialista Jorge L¨®pez, el t¨¦cnico design¨® a dos jugadores: Vicente o Mista, para que uno de los dos se atreviera a disparar. Fue Vicente, con prisas, a sus 22 a?os, por que lo conozcan tambi¨¦n en Europa. Clav¨® la mirada en el reci¨¦n aparecido Gavanon, esper¨® hasta el ¨²ltimo suspiro y, cuando el meta cay¨® hacia un lado, Vicente toc¨® suave el bal¨®n hacia el otro. Se resbal¨®, se alz¨® enloquecido y sali¨® disparado a compartirlo con la marea naranja que poblaba la grada. Concluy¨® de inmediato la primera parte con el panorama muy despejado para el Valencia, con un gol de ventaja y un jugador m¨¢s para el arranque del segundo periodo.
Nada, sin embargo, hab¨ªa resultado f¨¢cil para el cuadro de Ben¨ªtez hasta ese instante. Entre el viento, que soplaba fuerte, y el bal¨®n roteiro, que es una liebre, el Valencia no encaden¨® tres pases seguidos. Se encontr¨® desubicado y sin que Vicente entrara en juego. Le cost¨® llevar la iniciativa pese a que se lo hab¨ªa propuesto. El Marsella se sinti¨® muy c¨®modo a la espera de acontecimientos. Pareci¨® encantado de que no pasara nada. No se despein¨® Barthez hasta ese momento fat¨ªdico para ¨¦l. Curro Torres, que ya ven¨ªa siendo el mejor de los suyos empe?ado como est¨¢ en entrar en el tren de la Eurocopa, hizo a?icos el gui¨®n franc¨¦s. Levant¨® la mirada desde su posici¨®n de extremo derecho y vio el desmarque de Mista. Golpe¨® entonces largo y enroscado para que salvara todas las cabezas de la zaga marsellesa, le llegara la pelota a Mista y ¨¦ste se encargara del resto. Que fue lo m¨¢s dif¨ªcil: amortiguar el bal¨®n con el pecho, encarar a Barthez, burlarlo hacia un costado y ... el meta lo atropell¨® con los pies por delante. La expulsi¨®n de Barthez, adem¨¢s, tuvo una ¨²ltima consecuencia nefasta para el Olympique: la sustituci¨®n de Meriem, el m¨¢s h¨¢bil de los franceses.
El resto ya fue pan comido para el Valencia, que encomend¨® finiquitara la final a su pareja del a?o, los zurdos m¨¢s mortales de la temporada. Fue un trabajito sencillo. El contragolpe lo lanz¨® Baraja, entr¨® Vicente por el carril del 10, centr¨® al ¨¢rea y otro magn¨ªfico control orientado de Mista con el pecho le dej¨® solo ante Gavanon, al que bati¨® con clase: un toque con el exterior del pie izquierdo.
La estrella marsellesa, el marfile?o Drogba, acab¨® desesperado y cazando por detr¨¢s a Baraja. Las pas¨® canutas ante la contundente y experimentada defensa valencianista. En el primer encuentro que tuvieron, en el primer minuto del deshielo, Ayala le dej¨® un recadito en forma de codazo en el cuello. El marfile?o mostr¨® poco despu¨¦s su regate en seco tras el cual se llev¨® una patada de Marchena. El mejor del partido, pues, no fue Drogba, sino Mista, que se llev¨® todos los honores. Con la final encaminada, Ben¨ªtez fue generoso con Aimar, que dej¨® un precioso pase interior digno de su prestigio, con Sissoko, pieza clave en esta estupenda Copa de la UEFA, y, por supuesto, con Pellegrino, la prolongaci¨®n del t¨¦cnico en la cancha.
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