"Es un tipo con suerte"
Su t¨ªo y entrenador siempre ha tratado de inculcar a Nadal la humildad
"Es un tipo con suerte", dice Toni Nadal cuando habla de su sobrino, Rafael. ?l fue quien le indujo a dar los primeros pasos en el tenis. Ahora es su entrenador y el que le dirige en un mundo tan agresivo y complicado. Tal vez es gracias a eso que Nadal, a sus 18 a?os, no pierde la compostura ni en sus grandes momentos. L¨®gicamente, cuando supo que iba a jugar contra Andy Roddick, tuvo una explosi¨®n de j¨²bilo. Pero se contuvo en sus declaraciones: "Es que [Juan Carlos] Ferrero no est¨¢ en su mejor momento y los capitanes han cre¨ªdo que yo pod¨ªa jugar". Despu¨¦s, tras ganarle, se mantuvo muy respetuoso hacia su rival.
?sa es siempre su actitud. "Fue muy fuerte lo del viernes", dice Toni; "tal vez supera lo de Brno. Pero, para m¨ª, fue all¨ª, en la Rep¨²blica Checa, donde Rafa tuvo m¨¢s motivos para sentir la presi¨®n. Hab¨ªa disputado cinco partidos en indoor y no hab¨ªa ganado ninguno y, cuando tuvo que decidir la eliminatoria frente a Stepanek, ven¨ªa de perder su primer individual y el doble. Los capitanes fueron valientes. Y yo les dije: 'Vaya estreno'. Pero tiene suerte: jug¨® tres partidos, perdi¨® dos, gan¨® uno y sali¨® como un h¨¦roe siendo el que peor lo hizo".
La ilusi¨®n con que comenz¨® Nadal el curso se trunc¨® a los pocos meses, cuando una rotura en el pie izquierdo le tuvo tres meses parado. Al igual que en 2003, tambi¨¦n por una lesi¨®n, se perdi¨® Roland Garros. Pero esta vez tampoco pudo jugar la temporada de tierra batida ni en Wimbledon. "Nos lo tomamos con resignaci¨®n", comenta Toni; "seguimos entren¨¢ndonos con ¨¦l sentado en una silla. A las siete semanas, estaba ya tenso y quer¨ªa volver. No paraba de preguntarme: '?Podr¨¦ jugar Roland Garros y Wimbledon?' Le repond¨ªa que s¨ª, pero yo sab¨ªa que no".
Cuando, al fin, pudo regresar a las pistas, su clasificaci¨®n hab¨ªa descendido del puesto 34? al 70?. Pero, justamente antes de participar en los dobles de los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas, gan¨® el torneo de Sopot (Polonia) y recuper¨® la moral. Ascendi¨® hasta el 51?. Y los capitanes le llamaron de nuevo para las semifinales, en Alicante, contra Francia, en las que sustituy¨® a Carlos Moy¨¤ y obtuvo la victoria decisiva frente a Arnaud Cl¨¦ment. Ya era una incipiente estrella. "No es famoso", dijo entonces su t¨ªo; "eso, Ferrero y Moy¨¤".
Y Toni explic¨® que, cuando este a?o lleg¨® a Melbourne para disputar el Open de Australia, su agente
le pregunt¨® qu¨¦ hotel prefer¨ªa. "Coge el Crown, que es el mejor", les dijo. Pero respondi¨®: "?Quienes van ah¨ª?". Era el de Moy¨¤, Ferrero, Roddick, Rober Federer y casi todos los primeros del ranking. "Entonces", concluy¨® Toni, "b¨²scanos otro. Ah¨ª est¨¢n las estrellas y Rafa debe irse con los malos, que es lo que es". Estas cosas le ayudan a uno a situarse en un contexto en el que la admiraci¨®n, los abrazos y las felicitaciones son moneda cotidiana.
Pero Nadal procede de una familia de deportistas. Su otro t¨ªo, Miguel ?ngel, es futbolista internacional y ahora milita en el Mallorca, de vuelta, tras haber llegado a hacerlo en el Barcelona. Est¨¢ en un contexto familiar muy unido y que tiene un concepto muy claro de lo que es la vida. "Todos somos iguales en muchos aspectos", explica Toni, "y no creo que nadie pueda presumir de ser algo por el simple hecho de pasar una bola por encima de una red mejor que otro. Hay otras cosas mucho m¨¢s importantes que ¨¦sa. Hay que ser humilde ante todo". Esta mentalidad la tiene incrustada Nadal. A pesar de que en su carrera lleva ganados ya m¨¢s de 700.000 euros, el pasado verano todav¨ªa pidi¨® permiso a sus padres para comprarse un ordenador port¨¢til.
Profundizando sobre aspectos m¨¢s ten¨ªsticos de su sobrino, Toni asegura que, cuando gesticula en la pista, nunca pretende molestar a su rival: "S¨®lo busca motivarse". Y agrega que jam¨¢s le ha visto tirar una raqueta al suelo: "No se lo aceptar¨ªa. Hay muchos ni?os que no pueden tenerla y ¨¦l, en cambio, tiene la suerte de que se las regalen".
Son conceptos poco habituales en el tenis, en el que el dinero lo invade todo. Y no ser¨¢ f¨¢cil que Nadal siga gui¨¢ndose por ellos ahora que, tras ganar a Roddick y convertirse en campe¨®n de la Davis, ha entrado de lleno en esa vor¨¢gine de la fama y el prestigio social que tantos derrotes tira.
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