Espa?a se adue?a de la Davis
El equipo espa?ol da otro golpe de autoridad y logra su segunda Ensaladera tras la victoria de Moy¨¤ ante Roddick
Hace m¨¢s de 13 a?os, los escasos aficionados y periodistas que acudimos a la eliminatoria de Copa Davis contra Estados Unidos que se disput¨® sobre la hierba del Internacional Tennis Hall of Fame de Newport, en Nueva Inglaterra, volvimos a Espa?a con el rabo entre las piernas y una sensaci¨®n agridulce. Agria por el paliz¨®n que recibieron Emilio S¨¢nchez, Sergio Casal y Tom¨¢s Carbonell, y dulce por el placer de ver en la cancha a un crepuscular John McEnroe, quien, con 32 a?os y alguna cana, obsequi¨® a los presentes con todo su repertorio, escupitajo incluido a un pobre juez de l¨ªnea.
Qu¨¦ envidia. Aquel tipo ten¨ªa un comportamiento impresentable, pero ?c¨®mo jugaba! ?l solo llev¨® al p¨²blico al ¨¦xtasis en el elegante club estadounidense, mientras los espa?oles, en la pista y en la grada, nos hac¨ªamos m¨¢s peque?os golpe a golpe, partido a partido. "?Ganaremos alg¨²n d¨ªa este maldito trofeo?", se preguntaba Manolo Orantes, el capit¨¢n del equipo
Ayer, en Sevilla, pas¨® algo parecido, pero al rev¨¦s. Incluso estaba en la pista un McEnroe, Patrick, el hermano del genio y capit¨¢n de EE UU. Son las cosas del deporte, sus vericuetos y sus cuentas pendientes. Y lo que pas¨® es que Espa?a, con un equipo joven y formidable, se impuso sin discusi¨®n a EE UU en la final de la Copa Davis disputada en Sevilla. Esta vez los h¨¦roes fueron dos: Rafael Nadal y Carlos Moy¨¤. Ambos derrotaron al n¨²mero dos del mundo, Andy Roddick, y echaron el lazo a la segunda Ensaladera de Espa?a entre el ¨¦xtasis de m¨¢s de 26.000 espectadores.
El trofeo que durante un siglo aliment¨® las frustraciones de los mejores nombres del tenis espa?ol (Santana, Gimeno, Bruguera) ha ca¨ªdo ya dos veces en cinco a?os.
Espa?a lleva a?os en lo m¨¢s alto, gracias a hombres y mujeres que han grabado sus nombres en torneos del Grand Slam. Faltaba el golpe de autoridad reservado a los grandes: caminar por la Davis entre el respeto de los dem¨¢s. Se ha conseguido. En alg¨²n lugar, no en Sevilla, donde se le ech¨® de menos, Manolo Orantes, capit¨¢n espa?ol en aquella eliminatoria de 1991, debi¨® pensar que, por fin, se hab¨ªa hecho justicia.
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