El Protocolo de Kioto entra en vigor
El acuerdo contra el cambio clim¨¢tico arranca hoy sin el apoyo de EE UU, el mayor emisor mundial
La ciudad japonesa de Kioto es hoy el centro neur¨¢lgico de las celebraciones en todo el planeta por la entrada en vigor del protocolo que lleva su nombre. En el mismo Centro Internacional de Conferencias donde 180 pa¨ªses dieron luz verde, el 11 de diciembre de 1997, a este acuerdo internacional para hacer frente al problema del cambio clim¨¢tico, se dan cita hoy las autoridades japonesas e internacionales en un acto oficial bajo el lema Entrada en vigor del Protocolo de Kioto, mensajes de todo el mundo.
Con el ministro nip¨®n de Medio Ambiente, Yuriko Koike, estar¨¢n la premio Nobel keniana, Wangari Maathai, y Joke Waller-Hunter, secretaria ejecutiva de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico (UNFCC). El plato fuerte del acto son las videconferencias previstas con Kofi Annan, secretario general de la ONU, con las autoridades chinas y con ministros europeos, canadienses, asi¨¢ticos y latinoamericanos. Todo el acto se transmite por Internet (www.kyoto-protocol.jp).
"El 16 de febrero de 2005 marca el comienzo de una nueva era", seg¨²n la ONU
"El 16 de febrero de 2005 marca el comienzo de una nueva era en los esfuerzos internacionales para reducir el riesgo del cambio clim¨¢tico", ha adelantado Waller-Hunter. "El protocolo ofrece nuevas y poderosas herramientas e incentivos que los gobiernos, los sectores econ¨®micos y los consumidores pueden utilizar para construir una econom¨ªa no perjudicial para el clima e impulsar el desarrollo sostenible", asegura.
Pero las celebraciones se han convocado en los cinco continentes. Incluso en Washington, varias organizaciones dedican hoy actos a la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, pese a que EE UU se mantiene al margen del mismo. En Espa?a, la red oficial de la UNFCCC presenta unos actos organizados por el Ministerio de Medio Ambiente y reuniones en universidades.
El Protocolo de Kioto fue aprobado en 1997, en la tercera cumbre de los pa¨ªses de la convenci¨®n, pero hubo que atar muchos cabos sueltos y alcanzar acuerdos pol¨ªticos hasta que qued¨® ultimado para su ratificaci¨®n. Todos los pa¨ªses de la UE lo hicieron en mayo de 2002, pero hasta que Rusia no estamp¨® su firma en el documento, tras duras negociaciones pol¨ªticas con Vladimir Putin, no se alcanz¨® el m¨ªnimo estipulado para que el Protocolo entrase en vigor (55 pa¨ªses cuyas emisiones sumen al menos el 55% del total de las de los pa¨ªses desarrollados). Fue hace justo 90 d¨ªas, el plazo legal.
Pese a la euforia que rode¨® la firma de Rusia y la mayor a¨²n que se espera en las m¨²ltiples celebraciones de hoy, a nadie se le escapa que el Protocolo de Kioto nace limitado en sus objetivos por el rechazo de Estados Unidos (protagonizado por la Administraci¨®n Bush, pese a que el Gobierno de Bill Clinton aprob¨® el Protocolo e incluso lo firm¨® en 1998). Tambi¨¦n es notable la ausencia de Australia, pero EE UU es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta, con un 25% del total y un 40% de los pa¨ªses desarrollados.
?Qu¨¦ supone la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, ratificado por 141 pa¨ªses? Significa, seg¨²n resume la UNFCCC, que 30 pa¨ªses industrializados est¨¢n legalmente obligados a reducir sus emisiones de seis gases de efecto invernadero -medidas en su equivalente de di¨®xido de carbono- en un 5,2% de media en el periodo 2008-2012, respecto al nivel de 1990.
Los objetivos establecidos no son iguales. La UE en conjunto tiene que reducir un 8%; Jap¨®n un 7% y EE UU estar¨ªa obligado con un 6%. Adem¨¢s, pueden empezar a funcionar a partir de hoy los mecanismos del acuerdo para facilitar su cumplimiento, es decir, el mercado de carbono y los proyectos conjuntos; el Fondo de Adaptaci¨®n, establecido en 2001, puede ayudar a los pa¨ªses en desarrollo a hacer frente a los efectos negativos del cambio clim¨¢tico.
Los objetivos no est¨¢n resultando f¨¢ciles de alcanzar, sobre todo en los pa¨ªses que se han despreocupado, como Espa?a hasta ahora, de las medidas necesarias para cumplir sus compromisos. Espa?a, ha alcanzado ya el 45% de aumento pese a que se comprometi¨® en la UE a no crecer m¨¢s del 15% respecto al nivel de 1990 (aumento consentido en el marco de Kioto por el reparto interno europeo). Es el pa¨ªs de la UE que m¨¢s se aleja de sus objetivos, pero no el ¨²nico que muestra dificultades para cumplir. Tambi¨¦n Jap¨®n est¨¢ lejos de alcanzar el objetivo que aprob¨® y para nadie resulta sencillo.
"Aunque es un gran paso adelante, la entrada en vigor del Protocolo de Kioto es s¨®lo el primer paso para contener la amenaza", explica Jennifer Morgan, directora del programa de cambio clim¨¢tico de la organizaci¨®n ecologista WWF, que hace especial ¨¦nfasis en el sector energ¨¦tico. "La entrada en vigor del Protocolo inaugura una nueva revoluci¨®n en el mercado, el mercado de carbono. Ya ha quedado atr¨¢s la ¨¦poca en que las empresas y los pa¨ªses pod¨ªan emitir di¨®xido de carbono y no pensar en ello y a partir de ahora el cambio hacia energ¨ªas limpias ser¨¢ la norma".
El mayor reto ambiental
Al mismo tiempo que los pol¨ªticos han venido discutiendo en los ¨²ltimos a?os las medidas a tomar para hacer frente al problema del calentamiento global, los cient¨ªficos han seguido avanzando en la investigaci¨®n sobre el clima. Saben que ha sido inducido por la acci¨®n del hombre al emitir a la atm¨®sfera ingentes cantidades de gases que recalientan el planeta; que las temperaturas medias globales aumentar¨¢n en un siglo entre 1,4 y 5,8 grados cent¨ªgrados; que el nivel del mar subir¨¢; que se modificar¨¢n los patrones clim¨¢ticos afectando a la producci¨®n agr¨ªcola en extensas regiones del planeta y a los recursos de agua dulce, y que se intensificar¨¢n los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos como sequ¨ªas e inundaciones, huracanes y ciclones.
?stas son tendencias a un siglo vista, pero los s¨ªntomas del cambio clim¨¢tico son evidentes. Los cient¨ªficos han observado ya variaciones inducidas por el cambio clim¨¢tico en al menos 420 procesos f¨ªsicos y biol¨®gicos, destaca la UNFCCC. Las temperaturas en el ?rtico han subido unos cinco grados cent¨ªgrados en el siglo XX, diez veces m¨¢s r¨¢pido que las temperaturas medias superficiales del planeta; los glaciares de las monta?as se han reducido notablemente en el Hemisferio Norte; numerosas especies animales y vegetales se desplazan hacia latitudes m¨¢s altas o var¨ªan sus fases de reproducci¨®n en funci¨®n de los cambios de temperatura. No es que el clima de la Tierra no haya cambiado antes, es que ahora lo est¨¢ haciendo demasiado r¨¢pido.
El cambio clim¨¢tico es considerado por los expertos el mayor problema ambiental que afronta el planeta. La cuesti¨®n es que tomar medidas para atenuarlo, teniendo en cuenta que depende directamente del sistema energ¨¦tico, exige ajustes econ¨®micos complejos, insisten los expertos.
Los cient¨ªficos afirman que a partir de ahora los efectos del calentamiento no har¨¢n sino aumentar. La intensidad y velocidad del cambio depende en gran parte de las emisiones -por lo que hacen falta mecanismos de contenci¨®n-, pero los expertos advierten que a la vez es esencial poner en marcha cuanto antes medidas de adaptaci¨®n.
?Y despu¨¦s de 2012?
Los cient¨ªficos de cambio clim¨¢tico saben que la reducci¨®n de emisiones estipulada en el Protocolo de Kioto apenas significa nada en el clima terrestre. La contenci¨®n tendr¨ªa que ser muy superior a ese 5,2% para realmente influir en la tendencia de calentamiento. Pero el Protocolo se considera un primer paso de lo que habr¨¢ que hacer para realmente afrontar el problema.
Por ello en el ¨¢mbito internacional ya se aborda el futuro, qu¨¦ hacer despu¨¦s del primer per¨ªodo de cumplimiento de Kioto (2008-2012), y varios institutos de prospectiva en el mundo estudian la cuesti¨®n.
La Comisi¨®n Europea considera que la temperatura media del planeta no debe superar un l¨ªmite peligroso, un aumento de m¨¢s de dos grados cent¨ªgrados a finales de siglo, y para ello habr¨¢ que reducir las emisiones entre un 15% y un 20% hacia 2050 respecto a 1990. EE UU se niega a salir de su propio gui¨®n, aferr¨¢ndose al argumento de que espera a los resultados de su plan nacional para 2012.
Lo que parece claro es que cualquier compromiso futuro no se basar¨¢, como ahora, exclusivamente en objetivos de reducci¨®n r¨ªgidos, como ahora, para los pa¨ªses desarrollados, sino que contemplar¨¢ varios enfoques, plazos flexibles y nuevos incentivos, incorporando adem¨¢s, de alguna manera, a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
Un mayor equilibrio entre responsabilidad y compromisos est¨¢ en la cabeza de muchos y es lo que reclaman pa¨ªses como Espa?a, dadas las marcadas diferencias de emisiones per c¨¢pita que se registran. As¨ª, la emisi¨®n en EE UU supera las 20 toneladas anuales y en India es de una, o en China, 2,2. Tambi¨¦n hay fuertes distancias entre los pa¨ªses desarrollados: la media de la UE es aproximadamente 10 toneladas, pero la de Espa?a es 8,4.
Tras mucho debate y duras negociaciones, en la ¨²ltima cumbre del clima, celebrada en diciembre pasado en Buenos Aires, se acord¨® celebrar este a?o una reuni¨®n en la que, aunque no se especifica, tampoco se prohibe, abordar la cuesti¨®n del r¨¦gimen futuro.
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