Licencia para curar
El Parlamento de Sur¨¢frica aprueba normas para regular la 'medicina de los antepasados'
Tras lanzar los huesos, leer su mensaje y quemar unas hierbas, el diagn¨®stico era claro para Vikizitha Moorosi, una sangoma (curandera tradicional) surafricana. Los ancestros dijeron que su paciente tiene un problema en el est¨®mago. Su paciente, sentada enfrente, apenas se atrevi¨® a mirarla mientras dec¨ªa una y otra vez: "Siyabonga, siyabonga amakhosi" (gracias, gracias, antepasados).
El diagn¨®stico cost¨® s¨®lo 30 c¨¦ntimos de euro. La poci¨®n y unas hierbas fueron otros cuatro euros. Dentro de poco Moorosi podr¨¢ tambi¨¦n entregar una factura por sus servicios. ?sa es la idea, tras la aprobaci¨®n por parte del Parlamento de Sur¨¢frica del proyecto de ley para regular la pr¨¢ctica de los curanderos tradicionales y al que s¨®lo le falta la firma del presidente para entrar en vigor.
Moorosi es una de los 200.000 curanderos que existen en Sur¨¢frica. En un sue?o sus antepasados le comunicaron su nueva vocaci¨®n y poderes. Sus estudios fueron dos a?os como aprendiz de otra sangoma. De acuerdo a c¨¢lculos gubernamentales, tres de cada cuatro pacientes recurren primero a un curandero y luego a un doctor o enfermera. Sur¨¢frica cuenta con menos de 30.000 m¨¦dicos para una poblaci¨®n de 45 millones de habitantes. Cuando el proyecto de ley fue aprobado con s¨®lo un voto en contra, la ministra de Salud, Manto Tshabalala Msimang, dijo: "?sta es la restauraci¨®n, la reafirmaci¨®n de la dignidad de nuestro africanismo, y ¨¦ste es un d¨ªa hist¨®rico".
El doctor Moses Thindiza, miembro del conservador grupo Doctors for Life, que entre otras cosas se opone al aborto, argument¨® ante el Parlamento contra las pr¨¢cticas de los curanderos por considerar que no tienen ning¨²n fundamento en el mundo cient¨ªfico.
Los sangomas est¨¢n divididos respecto de los beneficios de la futura ley. Muchos temen que se trata de un medio para obtener informaci¨®n que luego ser¨¢ patentada y vendida por alg¨²n conglomerado farmac¨¦utico. Otro sector rechaza la nueva ley, pues impone sanciones y limitaciones al ejercicio de los curanderos. Por ejemplo, ninguno puede tratar males cr¨®nicos o incurables como el sida.
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