La Constituci¨®n naufraga en Francia
Un 54,86% vota en contra del tratado con una participaci¨®n cercana al 70%
Los franceses rechazaron ayer por un margen de casi 10 puntos la Constituci¨®n europea en un refer¨¦ndum que registr¨® una participaci¨®n de un 69,74%. Los datos, con el 99,99% del censo escrutado, otorgaban al no un 54,86% de los votos y al s¨ª un 45,14%. La Francia del no, una heterog¨¦nea coalici¨®n de ultraderechistas, soberanistas de derechas, comunistas, trotskistas, antiglobalizadores y disidentes socialistas, consigui¨® imponerse de forma clara sobre las ¨¦lites gobernantes, tanto a los partidos que apoyan al Gobierno de centro-derecha como a la c¨²pula del Partido Socialista. El presidente, Jacques Chirac, apareci¨® en televisi¨®n y dijo haber "tomado nota" de la decisi¨®n "soberana" de los franceses de rechazar "mayoritariamente" la Constituci¨®n.
Sin embargo, el presidente reclam¨® su derecho a gestionar la situaci¨®n. "No nos enga?emos", dijo Chirac, "la decisi¨®n de Francia crea de manera inevitable un contexto dif¨ªcil para la defensa de nuestros intereses en Europa". La UE, dijo, "seguir¨¢ funcionando sobre la base de los tratados actuales". "Yo defender¨¦ la posici¨®n de nuestro pa¨ªs", a?adi¨®.
Acto seguido compareci¨® Nicolas Sarkozy desde la sede del partido gubernamental, la Uni¨®n por el Movimiento Popular (UMP), en una imagen que dejaba bien clara su candidatura a ocupar el Palacio del El¨ªseo. Sarkozy se present¨® como el hombre que tiene la llave del futuro y que ha entendido los avisos que los franceses han dado tanto a la izquierda como a la derecha. Para el que fuera ministro de Interior y de Econom¨ªa, tambi¨¦n Europa debe escuchar lo que han dicho los franceses.
Todos los padres del no se apresuraron a reclamar la victoria, desde el l¨ªder del Frente Nacional Jean-Marie Le Pen, que proclam¨® la "ruptura de la Europa de Bruselas" y pidi¨® la "dimisi¨®n" del presidente Jacques Chirac, hasta el trotskista Olivier Besancenot o el rebelde socialista Henry Emmanuelli, para quien el de ayer fue "un voto de esperanza" y se mostr¨® convencido de que otros noes seguir¨¢n al franc¨¦s.
Parece claro que los ¨²ltimos y casi desesperados intentos del presidente Chirac para evitar que Francia se convirtiera en la oveja negra de Europa, o el desembarco de l¨ªderes europeos como el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, o el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, no han podido evitar la victoria del no, construida sobre el descontento social y los miedos profundos de la sociedad francesa a los cambios que pueda traer consigo la Europa ampliada.
La amplitud de la victoria del no tendr¨¢ profundas consecuencias para el proceso de construcci¨®n europea, aunque no ser¨¢n perceptibles a corto plazo, pero s¨ª que tendr¨¢n efectos inmediatos en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica francesa. Chirac, que convoc¨® el refer¨¦ndum sin que hubiera una prescripci¨®n constitucional para ello, es la v¨ªctima m¨¢s importante. Su primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, tiene sus horas contadas en su puesto, pero ¨¦ste era un fusible que Chirac ya hab¨ªa decidido quemar, incluso en caso de victoria del s¨ª.
El de ayer es s¨®lo el segundo de los diez referendos convocados durante la V Rep¨²blica, creada en 1958, en que ha ganado el no. El otro tuvo lugar en 1969, cuando el presidente Charles De Gaulle pregunt¨® a los franceses si apoyaban una reforma del Senado y un proyecto de descentralizaci¨®n. De Gaulle, en realidad, se estaba sometiendo ¨¦l mismo al juicio de sus compatriotas y perdi¨®, tras lo cual present¨® su dimisi¨®n y se retir¨®. Chirac, por contra, ya ha dejado claro que acabar¨¢ su mandato, pese a que a lo largo de la campa?a tambi¨¦n se ha puesto en evidencia que, para buena parte de los franceses, se hab¨ªa convertido en un plebiscito sobre el presidente.
La otra gran v¨ªctima de la jornada de ayer es el primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, que, al depositar su voto, se limit¨® a decir escuetamente: "Todo es posible", ha visto como su carrera descarrilaba en el momento m¨¢s inesperado, despu¨¦s de haber impuesto sus tesis en favor del Tratado Constitucional en la elecci¨®n interna del PS. Todo lo contrario de quien se ha convertido en su n¨¦mesis, el numero dos del PS y jefe del no de izquierdas, Laurent Fabius.
Fuera de Europa
Los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a se han centrado sobre el miedo, o mejor sobre los muchos miedos que no son otra cosa que el gran miedo al futuro. Los partidarios del s¨ª advert¨ªan contra la posibilidad de que Francia quedara fuera de Europa, contra la paralizaci¨®n del proceso comunitario, contra la ruptura del eje franco alem¨¢n. Los partidarios del no, agitaban otros miedos m¨¢s reales: las deslocalizaciones, la p¨¦rdida de los beneficios sociales o el dumping laboral de los reci¨¦n llegados al club europeo. En cierto sentido, la diversidad ideol¨®gica del no ten¨ªa en com¨²n una visi¨®n claramente reaccionaria del mundo: el miedo al cambio.
El s¨¢bado, todav¨ªa uno de cada cinco franceses se declaraba indeciso y evocaba la situaci¨®n vivida en 1992, cuando en el refer¨¦ndum sobre el Tratado de Maastricht de 1992, tras una campa?a muy incierta en la que el entonces presidente Fran?ois Mitterrand tuvo que poner toda la carne en el asador, el s¨ª acab¨® imponi¨¦ndose por un ajustad¨ªsimo 51,04%.
Cuando, a principios de marzo, el presidente Chirac anunci¨® la fecha del refer¨¦ndum, las encuestas detectaban m¨¢s de un 60% de s¨ªes y la preocupaci¨®n del Gobierno se centraba en que la abstenci¨®n no se convirtiera en protagonista del refer¨¦ndum. Pero las cosas cambiaron r¨¢pidamente. A mediados de marzo, el no ya empez¨® a despuntar en los sondeos.
Fiesta en la Bastilla
Cientos de opositores de izquierdas al Tratado Constitucional se reunieron anoche en la parisina plaza de la Bastilla, poco despu¨¦s de que los sondeos anunciasen la victoria del no en el refer¨¦ndum. Desde hace unos d¨ªas, circulaba entre los partidarios del rechazo una convocatoria para concentrarse en esta emblem¨¢tica plaza en que caso del triunfo del no. A pesar de la lluvia intermitente, numerosas banderas ondeadas en la plaza, que se llen¨® de simpatizantes de la mir¨ªada de movimientos de izquierda (comunistas, trotskistas, antiglobalizadores, ecologistas o sindicalistas) que se opusieron al tratado. Todos coreaban esl¨®ganes contra la "Europa liberal". Alain, un militante del movimiento antiglobalizaci¨®n, se mostraba sorprendido por la confirmaci¨®n de los resultados de los sondeos. "He esperado a los 37 a?os para militar en alg¨²n grupo y, desde mi entrada en el movimiento Attac, a principios de a?o, he estado trabajando en esta campa?a", se?al¨®.
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