El euro y China arruinan 'el milagro' italiano
Berlusconi ya no puede aplicar devaluaciones y aranceles para sacar de la recesi¨®n a una de las mayores potencias industriales
La recesi¨®n italiana se explica con dos palabras: China y euro. El crecimiento se retrasa respecto a la media europea desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, por razones estructurales -escasez de inversiones, costes laborales, aton¨ªa del mercado interno-, pero el golpe definitivo lo han asestado la competencia asi¨¢tica, que afecta a Italia m¨¢s que a ning¨²n otro pa¨ªs industrializado, y la uni¨®n monetaria, que impide las devaluaciones competitivas con que se dopaba la exportaci¨®n. Seg¨²n Antonio Fazio, gobernador del Banco de Italia, la situaci¨®n es "cr¨ªtica".
No resulta f¨¢cil describir el cuadro macroecon¨®mico italiano, porque los promedios tienen poca utilidad en un pa¨ªs de rasgos extremos, abundante en claroscuros y en factores dif¨ªcilmente calculables. Basta el ejemplo fiscal para comprender hasta qu¨¦ punto las cifras oficiales est¨¢n desajustadas respecto a la realidad. La OCDE estima que el 25% del PIB de Italia es negro y desconocido para Hacienda; si afloraran esos 250.000 millones de euros ocultos, el presupuesto mostrar¨ªa un saludable super¨¢vit, en lugar del 4% de d¨¦ficit previsto para este a?o.
Italia necesita una reconversi¨®n que requerir¨ªa enormes inversiones p¨²blicas y el despido de 500.000 trabajadores, seg¨²n algunos analistas
Los servicios bancarios est¨¢n entre los m¨¢s caros de Europa y son uno de los problemas estructurales de la econom¨ªa italiana, seg¨²n la patronal
Pero la econom¨ªa sumergida, que alcanza niveles de sarcasmo hist¨®rico (apenas un millar de italianos declaran unos ingresos anuales brutos superiores al mill¨®n de euros), no da muestras de aflorar. M¨¢s bien al contrario.
La deuda p¨²blica, entre tanto, alcanz¨® en marzo un record de 1,501 billones de euros, tras aumentar en un mes 8.000 millones, seg¨²n inform¨® el viernes el Banco de Italia. En los ¨²ltimos doce meses ha aumentado en 59.000 millones de euros.
El milagro italiano de los a?os cincuenta y sesenta se construy¨® sobre la competitividad de los productos made in Italy en los mercados externos (los precios eran reducidos de manera constante gracias a las devaluaciones de la lira) y sobre las anchas espaldas de los importadores de Francia y Alemania. Las dos mayores potencias continentales estaban a escasos kil¨®metros del cintur¨®n industrial del norte y adquir¨ªan a manos llenas los productos que caracterizaban la industria italiana: alimentaci¨®n, moda textil, mobiliario y mec¨¢nica. Las devaluaciones contribuyeron a crear la tercera deuda p¨²blica del mundo (un 106,6% del PIB) y una inflaci¨®n galopante, pero el mecanismo funcion¨® hasta que la costosa reunificaci¨®n alemana atenu¨® la avidez importadora del gran vecino del Norte. ?se fue el principio de los problemas.
El euro supuso un golpe dur¨ªsimo, lo que explica -junto a los abusos perpetrados por los comerciantes en el momento de traducir los precios- su escas¨ªsima popularidad entre los italianos. Los datos del Banco de Italia reflejan que entre 2000 y 2004 la producci¨®n ha disminuido un 5% y la exportaci¨®n permanece m¨¢s o menos estable, pese a que en ese periodo el comercio mundial ha crecido un 20%. La industria italiana es de peque?o tama?o y hasta ahora no ha sido capaz de explorar eficazmente mercados m¨¢s lejanos que el alem¨¢n o, en general, el europeo. Pero es, sobre todo, el euro el que ha encarecido los productos y les ha restado competitividad. La moneda europea ha permitido consolidar la monumental deuda p¨²blica y evitar una espiral de tipo argentino, ha reducido la inflaci¨®n y ha dado solidez al sistema asistencial. En palabras del ministro de Econom¨ªa, Domenico Siniscalco, "el euro nos ha ayudado a dejar la droga de las devaluaciones competitivas, y las cosas empezar¨¢n a ir mejor en cuanto nos libremos del s¨ªndrome de abstinencia".
El s¨ªndrome se refleja en la falta de competitividad. Desde 2000, seg¨²n la OCDE, los costes laborales han aumentado un 40% respecto a los alemanes. Diversos servicios de estudios de bancos privados coinciden en que Italia necesita una reconversi¨®n industrial que requerir¨ªa el despido de al menos medio mill¨®n de trabajadores y un fuerte aumento de las inversiones p¨²blicas en infraestructuras. Autopistas, puertos, aeropuertos y ferrocarriles est¨¢n, en general, bastante por debajo de los est¨¢ndares medios de la UE.
La crisis de los ¨²ltimos a?os tiene nombres propios. Como el de Parmalat, un presunto gigante mundial de la alimentaci¨®n que result¨® ser un globo hinchado a fuerza de especulaciones financieras y que al quebrar, en diciembre de 2003, dej¨® unas deudas cercanas a los 13.000 millones. O como el de Alitalia, la compa?¨ªa a¨¦rea m¨¢s enfermiza de Europa. O como el de Fiat, que era el sexto productor mundial de autom¨®viles y hoy est¨¢ en la cola del ranking internacional. Fiat estaba habituada a competir en un mercado semiprotegido y hasta ahora no se ha adaptado a la globalizaci¨®n. Vende poco fuera y en el interior ha perdido mercado de forma dram¨¢tica: en 1995, uno de cada dos coches vendidos en Italia sal¨ªa de sus factor¨ªas; este a?o ser¨¢ uno de cada cinco. Los errores de gesti¨®n -como la cesi¨®n a la competencia de la tecnolog¨ªa diesel common rail, desarrollada en Tur¨ªn, el fracaso del superutilitario destinado a los mercados asi¨¢ticos y el fiasco de la alianza con General Motors- han agravado los problemas. Y Fiat era uno de los puntales del milagro italiano: su ca¨ªda ha hecho perder, desde 2001, un punto anual al PIB, seg¨²n estimaciones del Ministerio de Econom¨ªa.
El presidente de la patronal Confindustria, Luca Cordero di Montezemolo, se?ala otro problema estructural: la banca. Los servicios bancarios figuran entre los m¨¢s caros de Europa y la liberalizaci¨®n, iniciada con la oleada de privatizaciones de la pasada d¨¦cada, est¨¢ lejos de concluir.
Tambi¨¦n hay que tener en cuenta un factor del que, por razones obvias, se habla poco: el crimen organizado. Las mafias que cubren -y quiz¨¢ controlan- el sur de la pen¨ªnsula explican muchos fen¨®menos asombrosos, como el relativo subdesarrollo tur¨ªstico. Las ciudades de arte, Roma, Florencia, Venecia, etc¨¦tera, atraen a millones de turistas. Pero Sicilia, una de las islas m¨¢s hermosas y soleadas del mundo, con una abrumadora abundancia de monumentos, tiene menos hoteles que Malta, una isla mucho m¨¢s discreta. El pizzo -la mordida que se paga a la Mafia- y las malas infraestructuras -la Mafia domina la construcci¨®n- retraen la inversi¨®n, incrementan los precios y perjudican la calidad del servicio. ?sa es una de las razones por las que Espa?a ha sobrepasado largamente a Italia como destino veraniego.
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