India, de elefante a tigre
La tecnolog¨ªa de la informaci¨®n ha permitido al pa¨ªs asi¨¢tico convertirse en uno de los m¨¢s pujantes del siglo XXI
Son menos de un mill¨®n de j¨®venes, una gota en medio de un oc¨¦ano compuesto por 1.070 millones de habitantes, pero su empuje ha logrado cambiar la imagen de India desde un pa¨ªs sumido en una pobreza extrema hasta una de las econom¨ªas m¨¢s pujantes del siglo XXI. Son un ej¨¦rcito de ingenieros e inform¨¢ticos que trabajan d¨ªa y noche en los gigantes indios que configuran un entramado sector de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n o en alguna de las 150 multinacionales que han tomado la decisi¨®n de instalar sus centros de investigaci¨®n y an¨¢lisis en los parques tecnol¨®gicos que salpican la geograf¨ªa del pa¨ªs y que se concentran sobre todo en Bangalore, el Silicon Valley asi¨¢tico.
El sector servicios vive una fuerte expansi¨®n: en 1990 s¨®lo representaba el 41,2% del PIB, pero el a?o pasado ya supon¨ªa el 48,2 %
Tras d¨¦cadas de econom¨ªa dirigida y proteccionista, el Gobierno indio se vio obligado por la crisis de la balanza de pagos de 1991 a emprender una reforma urgente del sistema econ¨®mico. La rendija que la cautelosa Administraci¨®n se atrevi¨® a abrir fue de inmediato aprovechada por el sector privado para iniciar la revoluci¨®n tecnol¨®gica que actualmente vive India. El pa¨ªs crece desde entonces a un ritmo anual medio del 6%, que se debe en buena medida al tir¨®n de la inform¨¢tica y de centros de llamadas de miles de empresas occidentales que recurren a la externalizaci¨®n de sus servicios para ahorrarse gastos.
En 2004, el 90% de las ganancias en divisas del pa¨ªs, 20.000 millones de d¨®lares, procedieron de la industria del software, que este a?o contin¨²a su mete¨®rica escalada sin que aparezcan en el horizonte nubarrones que la frenen. El sector tiene la ventaja de no estar sometido a regulaciones gubernamentales ni depender para su expansi¨®n de las telecomunicaciones ni de las redes energ¨¦ticas nacionales. Cuenta plenamente, sin embargo, con el respaldo de la influyente di¨¢spora.
La clase media, cercana a los 200 millones de habitantes, hace ¨ªmprobos esfuerzos por educar a los hijos en ingl¨¦s y facilitarles el acceso a la universidad. Este arsenal de j¨®venes biling¨¹es y preparados es el que sirve de cantera a la expansi¨®n del sector servicios, que ha pasado del 41,2% del PIB en 1990, al 48,2%, el a?o pasado.
Bangalore, Hyderabad, Kol-kata, Mumbai (Bombay), Nueva Delhi, Pune, Missouri..., cada d¨ªa crece el n¨²mero de ciudades indias que establecen parques tecnol¨®gicos para hacerse con los servicios del tambi¨¦n creciente n¨²mero de empresas occidentales que recurren al outsourcing (externalizaci¨®n).
Los nuevos tiempos
Uno de los signos que avalan los nuevos tiempos que corren es el desembarco de India en Occidente. En el ¨²ltimo a?o, varias compa?¨ªas de software y manufacturas han saltado la frontera y han invertido en el Reino Unido -donde India se ha convertido en el s¨¦ptimo mayor inversor exterior-, Corea del Sur, Singapur, EE UU, Australia y Alemania. "Tata ya no puede basar su crecimiento s¨®lo en el mercado interior indio", declar¨® en el a?o 2000 el presidente de este gigantesco conglomerado industrial y tecnol¨®gico, Ratan Tata, con ocasi¨®n de la primera adquisici¨®n de una empresa fuera del pa¨ªs.
Frente a esta pujante minor¨ªa, India sigue siendo un pa¨ªs eminentemente agr¨ªcola, en el que dos tercios de la poblaci¨®n malviven de la agricultura, que apenas supone ya el 24% del PIB, un considerable descenso si se compara con el 31,3% de 1990. El campo es la gran asignatura pendiente de India, en donde se refugia una inmensa bolsa de miseria que asciende a cerca de 300 millones de personas que se mantienen con menos de un d¨®lar al d¨ªa. Pero en medio del desolador panorama rural indio comienzan a surgir iniciativas que revelan la marcha imparable del pa¨ªs hacia el futuro.
La ITC (Indian Tobacco Company), una empresa conocida por ser la mayor productora de cigarrillos del pa¨ªs, aunque tambi¨¦n se dedica a la venta de fertilizantes y la compra de cereales, comenz¨® hace cuatro a?os un proyecto piloto en el Estado central de Madhya Pradesh con la intenci¨®n de liberarse de los costos de los intermediarios y comerciar directamente con el campesinado. Sivakumar, director de la divisi¨®n internacional de ITC, decidi¨® entonces instalar en cada una de las 20 aldeas designadas para el experimento un quiosco con un ordenador conectado a Internet, al frente del cual coloc¨® al campesino m¨¢s avispado, despu¨¦s de entrenarle. Todos los d¨ªas los campesinos tienen derecho a conectarse a Internet para ver la p¨¢gina de ITC, que les ofrece la informaci¨®n sobre el precio que paga esta compa?¨ªa por su producci¨®n, y los precios en el mercado local, el de Nueva Delhi e incluso el de Chicago. Adem¨¢s, incluye informaci¨®n meteorol¨®gica y las nuevas t¨¦cnicas agr¨ªcolas que aparecen en el mundo. A cambio de esta ventana al exterior, los aldeanos se comprometen a ofrecer en primera instancia su cosecha a ITC.
El ¨¦xito ha sido total. La ITC, con base con Kolkata (antes llamada Calcuta, capital del Estado de Bengala Occidental), tuvo un volumen de negocio en 2004 superior a los 3.000 millones de d¨®lares y unos beneficios de 503 millones. El experimento, aunque frente a la totalidad del campesinado es una gota de agua en un oc¨¦ano, revela del entusiasmo que despierta Internet en los indios, no s¨®lo como instrumento de trabajo, sino tambi¨¦n como la puerta que permite encontrar una soluci¨®n a la pobreza end¨¦mica del mundo rural indio.
Caos circulatorio
"Uno de los mayores lastres que sufre la econom¨ªa y padecemos todos los ciudadanos es el de la corrupta burocracia nacional. Ahora, con un peque?o entrenamiento en el uso de la Red cualquiera puede liberarse de los costosos pagos a los funcionarios y obtener con mucha m¨¢s rapidez un documento o un permiso", afirma el periodista y escritor Kul Bushan. Adem¨¢s, en un pa¨ªs donde la red de carreteras es m¨ªnima, obsoleta y ca¨®tica porque la ocupan al mismo tiempo bueyes, minitractores de vapor, autobuses, camiones, coches, vacas y elefantes, Internet ofrece la posibilidad de conectarte en un instante y salvar los obst¨¢culos del transporte terrestre.
Para paliar, al menos parcialmente, el desastre del transporte por carretera, la empresa Air India, la mayor del pa¨ªs, aprob¨® en abril pasado la compra de 50 aviones al fabricante estadounidense Boeing, por un importe de 5.000 millones de euros. M¨¢s significativo a¨²n fue el encargo por la compa?¨ªa de bajo coste IndiGo de 100 aviones A 320 a Airbus. La aerol¨ªnea, que a¨²n no ha iniciado su actividad, se interes¨® tambi¨¦n en la compra de ocho A350 de largo recorrido.
Desde la independencia del Imperio Brit¨¢nico, en 1947, el Gobierno central protegi¨® la industria local restringiendo al m¨¢ximo las importaciones, al acceso a las divisas e incluso los cr¨¦ditos a las compa?¨ªas privadas. La falta de competitividad facilit¨® la formaci¨®n de una base industrial ineficaz, que fabricaba productos de baja calidad. Frente a estas condiciones adversas, muchos fabricantes indios buscaron sus propias v¨ªas de soluci¨®n a los problemas. Al iniciarse la reforma, estos empresarios se encontraban en la mejor de las situaciones para impulsar la renovaci¨®n industrial.
Pese a ello, la industria india est¨¢ lastrada por la falta de infraestructuras que, a su vez, frena la inversi¨®n exterior. Ninguna multinacional va a arriesgarse a fabricar si no tiene garantizada distribuci¨®n de sus productos o el acceso de ¨¦stos a un puerto que no est¨¦ continuamente colapsado o que carezca de capacidad de movimiento de la carga. Adem¨¢s, el Acta de Disputas Industriales de 1982 proh¨ªbe el despido a una empresa que tenga m¨¢s de 100 empleados.
De ah¨ª que el peso del sector industrial en el PIB haya disminuido ligeramente. En 1990 representaba el 27,6% y ahora el 26,9%. Sin embargo, cada d¨ªa son m¨¢s las voces que claman porque India d¨¦ prioridad a la industria que requiere grandes cantidades de mano de obra. Con ello, se pondr¨ªa freno al paro rampante en las ciudades y el sector podr¨ªa absorber a buena parte del excedente de la mano de obra agr¨ªcola, lo que facilitar¨ªa un desarrollo estable.
El negocio automotriz
La industria m¨¢s din¨¢mica es la automotriz, que ha experimentado un sensible crecimiento. Destaca el Tata Group, un conglomerado con un volumen de negocio de 18.000 millones de d¨®lares, que ha fabricado el Indica, el primer coche totalmente indio, desde su dise?o, a su desarrollo y producci¨®n. El precio del Indica es 5.400 euros.
El grupo, que tiene una enorme divisi¨®n de I+D y que incluye el Tata Consultancy Services -uno de los tres gigantes de la inform¨¢tica junto con Infosys y Wipro-, est¨¢ ahora empe?ado en sacar al mercado un peque?o modelo, por 1.900 euros, que ensamblar¨¢n los propios concesionarios de Tata o cualquier garaje con tal de que los mec¨¢nicos realicen un cursillo de formaci¨®n.
Creatividad, innovaci¨®n y dedicaci¨®n son las cualidades que m¨¢s cultiva el ej¨¦rcito de ingenieros, cuya confianza en s¨ª mismos y en India ha hecho posible el renacer que vive el pa¨ªs. Infosys, por ejemplo, tiene una plantilla de 25.000 personas cuya edad media es de 26 a?os. Su cuartel general, que se encuentra en el parque tecnol¨®gico de Bangalore, es una Suiza en miniatura, de calles, jardines y edificios impolutos, con piscina, canchas deportivas y diversos restaurantes para que los empleados disfruten y se relajen despu¨¦s de la muchas horas al d¨ªa que permanecen al pie del ca?¨®n.
La mejora de las relaciones con Pakist¨¢n, pa¨ªs con el que India ha librado tres guerras desde 1947 y con el que estuvo a punto de un nuevo enfrentamiento en 2002, ha contribuido sensiblemente al clima de optimismo que se respira en Nueva Delhi. El Gobierno se ve cortejado no s¨®lo por China y Rusia, sino tambi¨¦n por EE UU, con el que ha establecido una relaci¨®n de "socios estrat¨¦gicos" que podr¨ªa enfriar el interesante reencuentro de los dos gigantes asi¨¢ticos.
En este panorama, dominado por la agresividad del tigre en lugar de voluminoso e inmovilista elefante, las notas pesimistas las aportan el fuerte d¨¦ficit presupuestario indio, que combinado con el estatal supone el 10% del PIB, y el obsoleto sistema bancario, que sigue excluyendo de los cr¨¦ditos a las peque?as y medianas empresas privadas. Ambos factores frenan el crecimiento de la econom¨ªa que deber¨ªa de aumentar a un ritmo del 8% anual para sacar de la pobreza a los cientos de millones de personas que la padecen.
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