Uni¨®n Europea: superar la par¨¢lisis
LA PERSPECTIVA MUNDIAL que acaba de presentar el Fondo Monetario Internacional (FMI) es, en general, bastante optimista. Que siga reflejando un crecimiento econ¨®mico del planeta para este a?o de m¨¢s del 4%, a pesar de la que est¨¢ cayendo con la espectacular subida del precio del petr¨®leo, es notable. Se mantiene esa tendencia a un crecimiento profundo, constante y bastante sim¨¦trico que se manifestaba en las pen¨²ltimas previsiones del FMI, all¨¢ por el mes de abril.
Los problemas surgen cuando las cifras se desagregan por zonas: EEUU contin¨²a creciendo, aunque un poco menos de lo que se preve¨ªa (probablemente por los desastrosos efectos del hurac¨¢n Katrina); Jap¨®n sale, ¨®jala que de forma definitiva, de esa espiral de estancamiento y deflaci¨®n que ha sufrido, en distintos grados, durante m¨¢s de una d¨¦cada; y las superpotencias emergentes, China e India, siguen tirando con mucha fuerza de la econom¨ªa y del comercio.
EE UU sigue creciendo, aunque menos; Jap¨®n sale por fin de la 'estanflaci¨®n', y China e India tiran con fuerza del comercio. La cenicienta es Europa, que sufre la anemia econ¨®mica en medio de la par¨¢lisis pol¨ªtica
La cenicienta de este panorama es Europa (UE), con una excepci¨®n notable: Espa?a, que incrementar¨¢ su PIB este a?o un 3,2%, muy cerca del porcentaje de EEUU. Los agoreros se han equivocado otra vez, aunque los problemas estructurales (falta de competitividad y de identidad exportadora, y burbuja inmobiliaria) habr¨¢n de emerger en alg¨²n momento. El lado oscuro viene del coraz¨®n de la UE: Alemania, Francia, Italia y Gran Breta?a reducen su fuelle y crecer¨¢n menos de lo que se cre¨ªa hace medio a?o.
Ello no s¨®lo tiene consecuencias nacionales, y para cada uno de los pa¨ªses que intercambian bienes, servicios y capitales con dichos pa¨ªses, sino para el conjunto de la UE. Sonado como un boxeador golpeado el club europeo tras los noes a la Constituci¨®n europea por parte de Francia y Holanda, ha de enfrentarse en el corto plazo con otros dos problemas estructurales: la negociaci¨®n con Turqu¨ªa de cara a una nueva ampliaci¨®n (las negociaciones comienzan la pr¨®xima semana) y la aprobaci¨®n de las perspectivas financieras para los a?os 2007 a 2013, que es como decir, la intendencia de la propia Uni¨®n a medio plazo. Sin esas perspectivas es casi imposible que haya un funcionamiento cotidiano normal. Las recientes elecciones en Alemania, sin un resultado claro y con la posibilidad de una salida de componenda en la que nadie liderar¨¢ con nitidez el pa¨ªs, no hacen m¨¢s que complicar la coyuntura.
Con este panorama ha alzado la voz la instituci¨®n que debe dirigir a la UE hacia alg¨²n sitio: la Comisi¨®n Europea. Su presidente, Durao Barroso, ped¨ªa desesperadamente a los pol¨ªticos alemanes que despejasen con rapidez las inc¨®gnitas. Pero tambi¨¦n traz¨® un programa de prioridades en un seminario celebrado hace unos d¨ªas, con el objeto de llenar el vac¨ªo institucional que perciben los ciudadanos y de salir de la par¨¢lisis aunque sea a una velocidad corta. La prioridad es aprobar esas perspectivas financieras, lo que corresponde impulsar en primer lugar al presidente de turno de la UE, el brit¨¢nico Tony Blair, del que hace semanas que no se sabe nada en este sentido. Y lo ha de hacer con una filosof¨ªa: poner todo el acento en el crecimiento econ¨®mico -cuya debilidad ha manifestado el FMI- y el empleo. "El bajo crecimiento y el elevado desempleo niegan oportunidades y seguridad a los europeos".
Durao parece ser consciente de la urgencia de visibilizar el proyecto europeo ante los ciudadanos, no s¨®lo ante esas ¨¦lites pol¨ªticas que aparecen tan desestructuradas. Y la credilidad del mismo pasa por volver a una realidad que ha de tener en cuenta que en el corto plazo (entre dos o tres a?os) no se podr¨¢ abordar de nuevo el Tratado constitucional. Hay que partir del marco vigente, el Tratado de Niza, agiliz¨¢ndolo en lo posible; para ello ha anunciado que la UE se deshar¨¢ en las pr¨®ximas semanas de al menos 60 proyectos de ley que son innecesarios, ineficaces y generan burocracia.
Veremos c¨®mo responden los ego¨ªsmos nacionales a este reto de urgencia.
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