Tambores de guerra de Gaza a Beirut
El espejismo israel¨ª de la seguridad unilateral -sin paz, pero sin guerra- se ha roto en la franja y en L¨ªbano
La desconexi¨®n de Gaza iba a ser "un primer paso", "el principio de que cada uno tiraba por su lado e iba a vivir su vida", se lamentaba el pasado martes el general israel¨ª Ido Nechostan, asesor especial del jefe de la operaci¨®n en la zona de la franja, que muchos israel¨ªes consideran "una guerra contra un pa¨ªs extranjero", equipar¨¢ndola a L¨ªbano. Desde lo alto de la torre de vigilancia de la colina Nizmit se divisa perfectamentela franja. El general intentaba darmostrar que es Israel el asediado por los ataques de cohetes caseros Kassam lanzados desde la franja que causan p¨¢nico entre las poblaciones israel¨ªes m¨¢s cercana. Pero la impresi¨®n es justamente la contraria: se ve a Gaza asediada desde tierra, mar y aire.
Israel considera que se hab¨ªan roto las reglas del juego y pretende restablecerlas
El control de Gaza es casi total desde fuera. Desde la sala de operaciones de la Brigada Norte se observa con c¨¢maras, un gran globo blanco, y aviones no tripulados todo lo que se mueva cerca de la valla que rodea la franja (del litoral se encarga la Marina). Todo esto llega a las pantallas de ordenadores a cargo de un equipo de j¨®venes mujeres reclutas formadas para detectar cualquier movimiento no habitual. Las mujeres, seg¨²n la capitana Hagita Ofir, son mejores que los hombres para una labor que requiere entre cuatro y seis horasseguidas de alta concentraci¨®n. Algunos palestinos intentan una y otra vez atacar esta valla, y de hecho ayer consiguieron hacer saltar el paso de Rafah, el ¨²nico que no controla directamente Israel, aunque puede cerrarlo, como lo ha hecho.
Israel lleva tiempo en un proceso de seguridad, no de paz. El espejismo de la seguridad unilateral —sin paz, pero sin guerra— se ha roto en Gaza y en el norte de Israel con los ataques de Hezbol¨¢ y la contundente respuesta israel¨ª. Los dos extremos de Israel est¨¢n ahora enlazados. Y el pa¨ªs vuelve a estar metido en una guerra. Esta vez ha salido a destruir Hezbol¨¢, a dejarla inutilizada, al menos en el Sur de L¨ªbano, y a identificar a los futuros enemigos, Ir¨¢n y Siria, una vez quebrado el Irak de Sadam Husein, y Siria. ?Qu¨¦ ha pasado? En primer lugar, Israel consider¨® que con los ataques y las capturas de soldados en Gaza y en el norte, "las reglas del juego se hab¨ªan roto", se?ala el ex general Sholomo Brom, del Centro Jaffa de Estudios Estrat¨¦gicos. Para el Gobierno, justamente, uno de los objetivos de su doble campa?a es "restablecer unas reglas del juego".
En segundo lugar, el umbral de la tolerancia israel¨ª a la violencia hab¨ªa bajado. Los atentados suicidas se han reducido gracias a una mejor inteligencia, al muro-valla de separaci¨®n y a la, hasta hace poco, tregua de Ham¨¢s. Ninguno de sus soldados hab¨ªa sido capturado desde 1994. Ahora han sido tres en dos semanas. Los cohetes Kassam no son algo nuevo. De hecho de las 15 muertes israel¨ªes que han producido en los ¨²ltimos dos a?os, s¨®lo dos han ocurrido desde la desconexi¨®n nueve meses atr¨¢s, aunque en buena parte fruto del azar. Se trata de cohetes caseros, que ya alcanzan 12 kil¨®metros, hasta Sederot y Ashquel¨®n.
Los cohetes lanzados por Hezbol¨¢ tienen 60 kil¨®metros de alcance y han llegado a Haifa. Para Israel, todo est¨¢ vinculado a trav¨¦s de la relaci¨®n Ham¨¢s-Hezbol¨¢-Siria-Ir¨¢n, que parece fuera de toda duda. Nasharallah, el l¨ªder de Hezbol¨¢, "quiere conectar el Norte y Gaza", seg¨²n la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni. Seg¨²n funcionarios israel¨ªes, adem¨¢s de que expertos de Ham¨¢s sean formados por Hezbol¨¢, el grupo chi¨ª liban¨¦s pudo atacar para evitar un acuerdo en ciernes entre Ham¨¢s e Israel que parara la violencia contra y desde Gaza.
"Lo que esper¨¢bamos se ha materializado", se?alaba el alto funcionario israel¨ª. En seis a?os el grupo integrista Hezbol¨¢ se ha reforzado militar y pol¨ªticamente. Su relaci¨®n con Ir¨¢n obsesiona a los responsables israel¨ªes, no s¨®lo por la cuesti¨®n nuclear, sino tambi¨¦n porque Ir¨¢n arma al grupo (seg¨²n Yossi Kuperwasswe, un ex jefe de la inteligencia militar israel¨ª, los iran¨ªes usaron camiones de ayuda libanesa a un terremoto en Ir¨¢n para enviar cohetes a L¨ªbano) y por el fanatismo religioso del r¨¦gimen de los ayatol¨¢s. El factor religioso, que no estaba presente hace tres lustros en el conflicto con los palestinos, se ve ahora como primordial desde Israel, y dificulta cualquier di¨¢logo pues refuerza la sensaci¨®n de muchos israel¨ªes de que "nos quieren echar".
Estos apuntes son la visi¨®n desde un ¨²nico lado, el israel¨ª, en un viaje de periodistas europeos, invitados por el Gobierno, destinado en su origen, antes de que estallara el frente con Hezbol¨¢, a ense?ar su realidad de lo que estaba ocurriendo. Esta realidad es palpable desde el aire, en un recorrido en helic¨®ptero, parecido al que impresion¨® en 1998, en una de sus raras salidas al extranjero, al entonces gobernador de Tejas, George W. Bush, aunque en este caso sufragado por la ONG Proyecto Israel. Efectivamente, a vista de p¨¢jaro impresiona lo peque?o que es el pa¨ªs, las m¨ªnimas distancias y la falta de profundidad estrat¨¦gica para su seguridad. En esta visi¨®n, falta la de la otra parte, la de los palestinos, sociedad fragmentada, que ni siquiera controla Ham¨¢s, y castigada por la estrategia israel¨ª de ir contra "los terroristas" —en Israel no usan otra palabra— aunque se cobijen entre la poblaci¨®n civil, lanzando cohetes desde apartamentos, o se considere que hay que destruir centrales el¨¦ctricas, puentes y edificios, y para evitar la fabricaci¨®n de los Kassam o que Hezbol¨¢ lleve refuerzos a la frontera.
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