Periodismo comprometido

Hay que agradecer al marido de Marie Ange Mushobekwa Likulia (Bakabu, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, 1973) que ella asista a este Congreso. Podr¨ªa haberlo impedido. En su pa¨ªs, el C¨®digo de Familia dispone que la mujer necesita el permiso del esposo para casi todo, trabajar, viajar o abrir una cuenta en el banco. Pero estas restricciones chocan con la fuerza con la que algunas mujeres est¨¢n irrumpiendo en la escena p¨²blica. Ya hay casi un 10% de parlamentarias, aunque todav¨ªa con muy escaso poder en el Gobierno. "Eso s¨ª, para poder tener un trabajo y estar bien considerada, tienes que tener un marido y una familia", matiza. "Si no, te ven como una mujer p¨²blica y te quitan la credibilidad".

Mushobekwa presenta un telediario y un programa semanal de entrevistas por el que ha pasado la flor y nata de los pol¨ªticos del pa¨ªs. Pero, a pesar de su poder medi¨¢tico, insiste en que si su marido mandara una carta ma?ana mismo a su canal para que ella dejara de trabajar, se deshar¨ªan de ella ipso facto sin importar que lleve 10 a?os en ese empleo. Hace cuatro, ocupando una mujer la cartera de Trabajo, se modific¨® el Estatuto de los Trabajadores. Seg¨²n esta norma, ellas ya no necesitar¨ªan el permiso del marido para tener un empleo. Pero seg¨²n el C¨®digo de Familia, que no fue modificado, s¨ª. En la pr¨¢ctica, vence este ¨²ltimo.

La lucha de esta mujer, desde su trabajo como periodista, se centra en hacer visible la violencia sexual contra las mujeres. En las provincias del Este, controladas por grupos armados, se calcula que el 60% de las mujeres han sido violadas. Las v¨ªctimas incluyen beb¨¦s de nueve meses y ancianas de 90 a?os. "Lo ¨²nico que podemos hacer es exigir, una y otra vez, que se cumplan las leyes", afirma. "Y exigir atenci¨®n y apoyo psicol¨®gico para las innumerables v¨ªctimas, con graves secuelas". Secuelas f¨ªsicas y ps¨ªquicas. Sida y ni?os de padres violadores desconocidos.