El blindado espa?ol atacado en L¨ªbano carec¨ªa de inhibidor para neutralizar los coches bomba
El negro es el color del luto, pero tambi¨¦n el de la alerta m¨¢xima en la que se encuentra desde el domingo la base Miguel de Cervantes, cuartel general de las tropas espa?olas en el sur de L¨ªbano. Al duelo por la muerte de seis compa?eros, en el primer ataque contra los cascos azules de la ONU desde su despliegue en septiembre pasado tras la guerra entre Israel y la milicia chi¨ª Hezbol¨¢, se a?ade el estupor. "Hab¨ªamos aumentado la seguridad, pero no se nos pasaba por la cabeza que algo as¨ª pudiese ocurrir", admite el portavoz de los 1.100 soldados espa?oles, el teniente coronel Carlos Ruiz de la Sierra.
Alonso pide al primer ministro liban¨¦s la m¨¢xima colaboraci¨®n para detener a los terroristas culpables del ataque
"No se nos pasaba por la cabeza que algo as¨ª pudiese ocurrir", declara el teniente coronel Carlos Ruiz de la Sierra
El ministro de Defensa ordena la instalaci¨®n urgente de los dispositivos, que fueron recibidos hace menos de un mes
Las tropas espa?olas han tomado conciencia de que son objetivo de la soterrada guerra civil libanesa. Adem¨¢s de cambiar de color el sem¨¢foro de riesgo, que ha pasado del naranja al negro salt¨¢ndose el rojo, el ministro de Defensa, Jos¨¦ Antonio Alonso, anunci¨® ayer que acelerar¨¢ la instalaci¨®n en los veh¨ªculos de inhibidores de frecuencia para neutralizar las bombas activadas a distancia, de los que carec¨ªan los Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) atacados.
Alonso explic¨® que el Estado Mayor de la Defensa orden¨® el pasado 7 de noviembre la instalaci¨®n de 90 inhibidores en los veh¨ªculos utilizados en L¨ªbano, pero la empresa a la que se hizo el pedido no empez¨® a entregarlos hasta el 30 de mayo, por lo que a¨²n est¨¢n en instalaci¨®n. El ministro justific¨® la demora alegando que los informes de inteligencia advirtieron de este riesgo en Afganist¨¢n, donde en 2007 hubo un millar de atentados de este tipo, pero no en L¨ªbano, donde hasta el domingo no se hab¨ªa producido ninguno. Espa?a ha pagado muy caro el primero. Estos inhibidores son similares a los que llevan en Espa?a los coches de los altos cargos para evitar atentados.
Ayer por la ma?ana a¨²n ol¨ªa a quemado en el lugar de la matanza, a tres kil¨®metros del cuartel general espa?ol. Sobre un cami¨®n g¨®ndola, que proced¨ªa a su retirada, el BMR en el que viajaban los seis soldados fallecidos y los dos heridos aparec¨ªa abierto en canal como si fuera de hojalata. La parte delantera derecha del blindaje, que recibi¨® el impacto de la explosi¨®n, se hab¨ªa volatilizado y las piezas del veh¨ªculo estaban esparcidas en un radio de 150 metros. En una caja de cart¨®n se amontonaban los cascos y los chalecos antibala de las v¨ªctimas, tan in¨²tiles. Una gr¨²a rescataba de un sembrado la torreta del BMR, con su ametralladora de 7,62 mil¨ªmetros.
50 kilos de explosivos
Alonso, que lleg¨® a las seis de la ma?ana a Beirut, asegur¨® que el atentado fue obra de un coche bomba que ir¨ªa cargado con al menos 50 kilos de explosivos y probablemente fue activado con un mando a distancia cuando pasaba a su lado el segundo BMR, el ¨²ltimo del convoy. Tan violenta fue la explosi¨®n que el blindado, de unas 15 toneladas, se desplaz¨® casi 15 metros para caer por la cuneta opuesta. Dos soldados murieron dentro del veh¨ªculo, que se incendi¨® tras la explosi¨®n, a las 17.50 hora local. Los otros cuatro fallecieron durante el traslado o ya en los hospitales de Maryay¨²n, Sid¨®n y la base Miguel de Cervantes, adonde se dirig¨ªa la patrulla para el mantenimiento de sus veh¨ªculos. Las v¨ªctimas formaban parte del destacamento avanzado de Kfar Kila, uno de los cinco de la brigada espa?ola en la frontera con Israel. Los atacantes debieron de huir en la direcci¨®n de la que ven¨ªan los blindados, pues a menos de un kil¨®metro en sentido contrario hay un control liban¨¦s.
Alonso, que convers¨® por tel¨¦fono con el primer ministro liban¨¦s, Fuad Siniora, a quien pidi¨® la "m¨¢xima colaboraci¨®n para identificar y detener" a los agresores, asegur¨® que la polic¨ªa dispone ya de algunas pistas: restos del coche bomba, al parecer una furgoneta Renault Express y tambi¨¦n su matr¨ªcula, que est¨¢ falsificada, y el n¨²mero de bastidor, de fuera de L¨ªbano. El ministro no especul¨® sobre la autor¨ªa, pero record¨® que Hezbol¨¢ ha condenado el atentado y que, seg¨²n los servicios de inteligencia, no le interesaba enfrentarse a los cascos azules. En su opini¨®n, los autores del ataque "buscan desestabilizar el sur de L¨ªbano y cuestionar la misi¨®n de la FINUL", algo que en lo que a Espa?a se refiere no lograr¨¢n, pues ¨¦sta "reafirma su compromiso".
Para un coronel que prefiri¨® guardar el anonimato, "los atacantes sab¨ªan que atentaban contra un veh¨ªculo espa?ol, ya que estaba claramente identificado y son los ¨²nicos que patrullan habitualmente esa zona". El embajador de Espa?a, Miguel Benzo, enmarc¨® lo ocurrido en "una estrategia general de desestabilizaci¨®n del pa¨ªs", que comenz¨® con el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri en febrero de 2005 y continu¨® con cr¨ªmenes pol¨ªticos, como el del ministro Pierre Gemayel, o con los enfrentamientos con el grupo Fatah Al Islam, pr¨®ximo a Al Qaeda, en los campos de refugiados palestinos.
El problema es que, tras esa estrategia desestabilizadora, las autoridades libanesas no dudan en se?alar la mano negra de Siria, mientras que el Gobierno espa?ol, que mantiene buenas relaciones con Damasco, prefiere no precipitarse. "No vamos a dejarnos arrastrar por la lucha pol¨ªtica libanesa, s¨®lo vamos a fiarnos del resultado de nuestra investigaci¨®n", advert¨ªa ayer una fuente gubernamental.
En Beirut, Alonso fue recibido por el director general de la Polic¨ªa, Joan Mesquida, quien por casualidad lleg¨® el domingo para una visita protocolaria. El atentado cambi¨® su viaje y ayer se reuni¨® con el ministro del Interior y con el director de seguridad libanesa, para pedirles colaboraci¨®n.
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